Terapia de biorresonancia, electromagnetismo que cura

<P>Terapia de biorresonancia, electromagnetismo que cura</P>

Estrés, depresión, insomnio, ansiedad y algunos tipos de alergias, intoxicaciones e infecciones,  figuran en la lista de tratamientos por biorresonancia, un método alternativo que consistente en estimular las ondas electromagnéticas del propio individuo para que  actúen como terapia frente al malestar físico y psíquico.

La biorresonancia tiene su origen en Alemania a partir de investigaciones teóricas desarrolladas durante la primera mitad del siglo XX por parte de físicos renombrados como Edwin Schoringer, Herbert Frolich, Max Planck (Nobel en 1918), Wolfgang Pauli (Nobel en 1945) y Fritz Albert Popp.

Los primeros ensayos prácticos fueron desarrollados en ese país europeo, en la década de los años 70, por Reinhold Voll. En los años 80, el instituto alemán Grugemann acuñó el término “terapia de biorresonancia”, un método alternativo de tratamiento de distintas dolencias que hoy se aplica en unos cincuenta países, con Rusia a la cabeza,  donde se calcula que se hacen aproximadamente un millón de tratamientos diarios en el vasto territorio de esa nación.

Biofísica y mecánica cuántica. Víctor Herráez, director de Bioenergy, un centro existente en España donde se aplican sesiones de biorresonancia, define ésta como “la ciencia de regulación de un ser vivo por medio de sus propias ondas electromagnéticas” para que éstas se vuelvan curativas, y añade que sus terapias están basadas “en la biofísica y la mecánica cuántica”.

Los impulsores de la biorresonancia como procedimientos terapéutico parten del principio de que toda materia viva genera corrientes eléctricas  y emite ondas electromagnéticas propias. Este tipo de energía puede ser registrado por medios mecánicos para diagnosticar ciertas enfermedades. Las máquinas utilizadas en los tratamientos de biorresonancia “normalizan” esas corrientes alteradas y las devuelven saneadas al organismo, con el fin de contribuir a que el problema desaparezca.

Aseguran también que las terapias de biorresonancia “permiten equilibrar el funcionamiento emocional, corregir los pensamientos y pautas negativas de nuestro consciente y positivizar los traumas acumulados en nuestro inconsciente”.

Para cada una de las patologías tratadas por este método terapéutico existen protocolos normalizados aplicables a los distintos equipos que se utilizan en los tratamientos, y que consisten en unos aparatos de control de las ondas electromagnéticas por medio de monitores.

La misión principal de los equipos es regular las ondas alfa, beta, delta y gamma, cuyo desequilibrio puede provocar los problemas de estrés.

El procedimiento es muy simple: el paciente se sienta en un sillón y es conectado por medio de unos cables al aparato detector de las ondas internas, desde donde se realiza el retorno de las mismas al organismo.

Para convertirse en un experto en biorresonancia –explica Herráez a Efe–  hay que superar los cursos de formación establecidos por cada fabricante de los distintos equipos, desde un nivel básico u operativo, hasta nivel de master.

“A los pacientes que acuden a esta consulta en busca de información se les indica que la biorresonancia está especialmente indicada para trastornos provocados por el estrés como insomnio, ansiedad, depresión y angustia, así como en el tratamiento de alergias, intoxicaciones e infecciones”, comenta el experto.

Los tratamientos por biorresonancia son costosos. El precio por sesión en España oscila entre 70 y 90 euros (93 y 119 dólares).

Las claves

1.  Saneadora 

Las máquinas utilizadas en los tratamientos de biorresonancia “normalizan” las ondas electromagnéticas alteradas y las devuelven saneadas al organismo.

2-   En los casos de alergia

 La eficacia de la biorresonancia se basa en que elimina la información electromagnética que desencadena la respuesta alérgica por parte del sistema inmunológico. Cuando se trata de infecciones patógenas e intoxicaciones, los equipos emiten ondas inversas de neutralización de los gérmenes en cuanto detectan sus oscilaciones patológicas.

Funciones

“En el caso de los trastornos derivados del estrés, la biorresonancia permite reequilibrar las ondas cerebrales relacionadas con aquéllos y  regular las funciones de los neurotransmisores más importantes”, asegura Herráez.

En un momento económico tan difícil para casi todo el mundo, cuando el miedo a perder el empleo deriva a veces en estrés, Herráez opina que este tipo de procedimientos pueden convertirse en una alternativa “eficaz”, ya que ese estrés se traduce también en problemas físicos, como migrañas y alteraciones digestivas e intestinales.

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