El Dr. Freddy Febres, endocrinólogo y miembro del Comité Científico de Celsam, destaca que una mujer sana debe usar la terapia que mejor se adapte a ella
¿Qué opción tengo para tratar los síntomas de la menopausia? ¿Todas las terapias hormonales (TH) son iguales? ¿Cómo puedo evaluar los riesgos y beneficios de la terapia hormonal? Estas son algunas de las preguntas que se hacen las mujeres que entran al climaterio y por supuesto en la menopausia. Muchas informaciones que circulan hoy en día sobre la menopausia y la Terapia Hormonal generan confusión y angustia entre ellas. El Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam) recogió la opinión de expertos para ofrecer una guía a las mujeres de la región.
El Dr. Freddy Febres, miembro del Comité Científico del Celsam y endocrinólogo de reconocida trayectoria internacional, considera que la mujer contemporánea ha adquirido una fobia al cáncer, debido a la amplia difusión de esta enfermedad, que en realidad mata a la mitad de las mujeres que las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las encuestas mundiales seleccionan al cáncer como la enfermedad más temible y no a las cardiovasculares.
Esta situación ha provocado que cientos de miles de mujeres rechacen la terapia hormonal (TH) desaprovechando todos los beneficios que produce esta terapia en una mejoría evidente de la calidad de vida, sueño hueso, beneficio cardiovascular, en piel, y otros tejidos blandos como uñas y cabello, en el área emocional y sexual, indicó el experto de Celsam.
La posición del Dr. Febres concuerda con una reciente declaración de la Sociedad Internacional de Menopausia (SIM 2004 y la revisión del 27 de febrero de 2007) en la que se afirma que la TH continúa siendo la terapia más efectiva para los síntomas vasomotores y urogenitales relacionados con la deficiencia de estrógenos. Los dolores articulares y musculares, cambios en el estado de ánimo, alteraciones en el sueño y disfunción sexual (incluyendo un libido reducido) también pueden mejorar con la TH [1].
Con respecto a la asociación entre TH y cáncer de mama, el documento de la SIM señala lo siguiente: El grado de asociación entre el cáncer de mama y la TH posmenopáusica sigue siendo controversial. La incidencia de cáncer de mama varía de país en país. Por lo tanto, los datos que están disponibles actualmente no pueden generalizarse. El posible riesgo de cáncer de mama asociado a la TH es pequeño (menos de un 0.1% por año)[2].
De igual manera, otro reporte aún más reciente de la SIM afirma que no debería existir riesgo adicional de cáncer durante los primeros 7 años de uso de dosis estándares de estrógenos/progestinas y hasta 15 años de tratamiento con estrógenos puros. [3].
Proteger el corazón
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de morbilidad y mortalidad en las mujeres posmenopáusicas. Según la SIM hay evidencias que la TH puede tener un efecto cardioprotector si se inicia en el periodo que comienza la menopausia, esto es en la perimenopausia unos años antes de la menopausia, 45 años en adelante y si se continúa a largo plazo[4]. La sociedad médica destaca en su declaración que la TH reduce el riesgo de padecer diabetes y tiene efectos positivos en otros factores de riesgo para enfermedad cardiovascular, como son el perfil de lípidos en sangre (colesterol y triglicéridos) y el síndrome metabólico.
Por su lado, el Dr. Samuel Santoyo, Director Ejecutivo de Celsam Latinoamérica, destaca la existencia de una nueva progestina conocida como drospirenona, que además de su excelente acción progestacional (que se usa en las mujeres que tienen útero para evitar el riesgo de hiperplasia y cáncer de endometrio), tiene un efecto anti androgénico, es decir que disminuye el acné, la grasa en la piel y el vello en la cara y cuerpo que se presentan de manera común en esta etapa de la vida de la mujer. También es importante resaltar que la drospirenona tiene una acción llamada de anti-aldosterona, lo que significa que evita la retención de sal y el aumento de peso por retención de líquidos, con efecto beneficioso sobre la tensión arterial.
Mejores hábitos de vida
La recomendación del Dr. Febres es que el uso de la TH en la menopausia debe ser parte de una mejoría de los hábitos de vida y del desarrollo de una conducta preventiva, lo que debe incluir:
Disminuir ó mantener un peso adecuado
No fumar
Hacer ejercicio, preferentemente diario, mínimo 3 a 4 veces por semana
Mantener una nutrición sana
Controlarse periódicamente con el médico la tensión arterial y los niveles de lípidos en sangre
Hacerse una mamografía anual, sobre todo de los 50 años en adelante
Realizarse una densitometría ósea para descartar osteoporosis
En esta misma línea de pensamiento, la declaración de la SIM apunta que el tomar, continuar o no con la terapia hormonal, debe decidirse a discreción de la usuaria bien informada y su profesional de salud, dependiendo de sus metas específicas y de una estimación objetiva de los beneficios y riesgos. Las mujeres que tomen TH deberían tener al menos una consulta (médica) anual[5].
Para mayor información sobre Celsam, visite www.celsam.org.