Tercera dosis contra el covid-19

Tercera dosis contra el covid-19

Dosis 3 debe privilegiar grupos de riesgo por labor, edad, condición patológica

En las estrategias mundiales contra covid-19, cada día adquiere fundamento científico y urgencia la capacidad de protección robustecida por una tercera dosis.

Es una solución de prevención primaria, añadir una tercera o mezclar varias vacunas contra esta enfermedad. Se crean respuestas inmunitarias robustas, especialmente contra sus diversas variantes

Sin embargo, hay que tener muy claro, conceptual y operativamente, las diferencias y correlaciones, entre inmunidad humoral (defensa circulante en la sangre) y la inmunidad celular (defensa constante en los tejidos). Una, la primera es táctica, inmediata y transitoria; la otra es estratégica, mediata y largo plazo. En estos momentos, el mundo necesita de ambas.

Sabemos que cuando se aplican vacunas contra cualquier tipo de patología infecciosa, desde la tuberculosis hasta el covid-19, se esperan dos tipos de protecciones.

Primero, se generan anticuerpos específicos que circulan en sangre periférica o “soldados de primera línea”, contra el microbio causante.

Segundo, más allá de la sangre, en los tejidos propiamente dichos, de la economía humana, los Linfocitos T, son los soldados de la próxima línea de defensa.

Guardan en su memoria los mecanismos de protección contra la enfermedad concreta, y permiten una protección de largo alcance.

Entonces, cuando una persona es vacunada correctamente, y se pone en contacto con los agentes causales o microorganismos infecciosos de las enfermedades, por la memoria inmunológica que guardan los Linfocitos T, ese ser humano posee la capacidad reaccionar y combatir nueva vez, la enfermedad. Estos linfocitos son células que crean defensa o inmunidad permanente.

En este orden, creemos pertinente y urgente que en el contexto de poner en operación una tercera dosis, las 36 direcciones provinciales del Ministerio de Salud Pública se concentren en levantar el inventario de vacunación de su territorio. La tercera dosis debiera privilegiar los grupos de riesgos por labor, edad, riesgo o condición patológica.

Igualmente, se imponen estudios operativos «cuasi experimentales» como recomiendan epidemiólogos y expertos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Investigaciones operativas que cotejen la frecuencia de eventos (infección, cuadro clínico, ingresos, letalidad y manejo) entres vacunados y no vacunados. También, se impone realizar estudios medición de inmunogenicidad en la sangre para valorar el nivel promedio de soldados circulantes o anticuerpos contra el covid-19.

Observamos que el gobierno visionariamente, bajo la rectoría de la vicepresidenta de la República y el ministro de Salud Pública, adquirió millones de dosis de diferentes empresas farmacéuticas y países.

En este orden, la eficiencia, eficacia y efectividad de la operación de tercera dosis, estaría garantizada.

Los dominicanos debemos ser proactivos en aceptar un pinchazo más como dice el profesor Ernesto Guerrero, para seguir salvando vidas y reactivar la economía. Mejor aún, si se explican la seguridad y beneficios del procedimiento.

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