Termina hoy  temporada dura ciclónica

Termina hoy  temporada dura ciclónica

MIAMI (EE.UU.) (EFE).- La naturaleza dejó este año un surco de muerte en Centroamérica, República Dominicana, Haití y México, en una temporada de huracanes que concluye formalmente mañana y que apenas perturbó a Estados Unidos.

La peor parte de la temporada de huracanes, que comenzó el 1 de junio, “fue claramente para el Caribe”, dijo a Efe Dennis Feltgen, meteorólogo y portavoz del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, con sede en Miami.

Las predicciones de los meteorólogos, que vaticinaron una intensa temporada de huracanes en el Atlántico para este año, se cumplieron con la formación de 14 tormentas tropicales y seis huracanes (“Dean”, “Félix”, “Humberto”, “Karen”, “Lorenzo” y “Noel»), dos de ellos de categoría 5, con vientos de más de 250 kilómetros por hora.

Frente a las críticas vertidas por algunos medios sobre la dudosa exactitud de los pronósticos meteorológicos, Feltgen sostuvo que es frecuente detectar “una idea falsa que no sé de dónde proviene” y que consiste, dijo, en “creer que todos las tormentas van a tocar tierra».

“Lo que nosotros decimos es que va a ser una temporada activa”, destacó el científico, para añadir que los meteorólogos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos “vaticinaron correctamente el número de tormentas que se esperaba que se formasen” en 2007.

La NOAA pronosticó en mayo para la temporada de 2007 en la cuenca atlántica la formación de entre 13 y 17 tormentas tropicales, de las cuales entre siete y diez derivarían en huracanes.

En contraste con la benigna actividad ciclónica de la temporada pasada, cuando se registraron nueve tormentas y cinco huracanes, ninguno de los cuales tocó tierra en Estados Unidos, este año los fenómenos meteorológicos afectaron, sobre todo, a la isla La Española, Centroamérica y México.

En efecto, “Dean”, el primer huracán de la temporada en el Atlántico, un temible ciclón de categoría 5 con vientos de 260 kilómetros por hora, dejó al menos 13 muertos a su paso en agosto por el Caribe y otros 10 fallecidos y más de 70.000 damnificados en México.

En septiembre, un mes después de que “Dean” impactara la costa mexicana tras atravesar la península de Yucatán, otro ciclón, “Lorenzo”, se abatió sobre el estado de Veracruz y Puebla, donde seis personas perdieron la vida por las inundaciones y los deslizamientos de tierra.

Otra nota trágica la puso en septiembre el ciclón “Félix”, también de categoría 5, cuyo cómputo de destrucción en Nicaragua fue- 53 muertos, 105 desaparecidos, 100.000 damnificados y cerca de 10.000 casas destruidas.

La cifra de muertos en Nicaragua, sin embargo, se elevó a 105 con la aparición de 52 cadáveres de indígenas misquitos en territorio hondureño.

Las comunidades de los misquitos y mayagnas nicaragüenses, que pueblan una zona recóndita del país, fueron las más afectadas por la la devastación provocada por los huracanes hasta el punto que aún hoy hay zonas sin luz eléctrica y servicios de agua o telefonía.

La destrucción y la muerte volvieron a cubrir de luto a Haití y República Dominicana (La Española) y Jamaica en octubre pasado, cuando la tormenta tropical “Noel” se cobró la vida de al menos 114 personas y dejó miles de damnificados y numerosos desaparecidos.

Pese a que el Gobierno dominicano tardó en reconocer el alcance de la destrucción, la cooperación internacional respondió con celeridad con el envío de ayuda humanitaria y de emergencia.

Para el meteorólogo Feltgen, resulta de vital importancia que los Gobiernos y la población entiendan la importancia de la prevención ante “el actual período muy activo de huracanes que comenzó en 1995 y que puede durar de 20 a 30 años».

Justamente, la necesidad de tomar medidas más estrictas para afrontar los huracanes fue una de las advertencias constantes del científico Herbet Saffir, quién diseñó la escala de medición de huracanes que lleva su nombre y el de su colega Robert Simpson, y que murió el pasado día 21 en Miami.

Saffir murió de un ataque al corazón a los 90 años de edad, tras una vida dedicada a desarrollar métodos para medir la intensidad de los huracanes.

La escala Saffir-Simpson se utiliza de manera regular desde los años 70 para medir la fuerza y velocidad de los vientos de los huracanes desde el nivel inferior del 1 al máximo de 5 cuando los vientos de un ciclón alcanzan los 250 kilómetros por hora.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas