Termina la depresión, pero no el pesimismo

Termina la depresión, pero no el pesimismo

NUEVA YORK.- Después de soportar tres años de un mercado laboral en deterioro y un falso inicio económico tras otro, los estadounidenses finalmente tienen razón para pensar que la prolongada depresión de principios del siglo XXI ha terminado. Los patrones están contratando de nuevo. La bolsa de valores se ha elevado más de 40 por ciento desde principios del año pasado.

¿Y cómo ha celebrado el pueblo estadounidense? Volviéndose mucho más rezongón sobre la economía.

Desde enero, más de un millón de empleos han sido añadidos a las nóminas, sin embargo el porcentaje de personas que dicen que la economía está en buen estado ha descendido, dicen los sondeos. Menos personas ahora que a principios de año están dispuestas a decir que está mejorando. Las calificaciones de George W. Bush por su desempeño económico han alcanzado el nivel más bajo de su presidencia, según sondeos recientes de Gallup y CBS News.

Podría sonar discordante, pero los primeros días del nuevo auge realmente parecen peores para muchas familias que la recesión del 2001 o sus prolongadas consecuencias. Los despidos de los últimos tres años totalizaron millones, pero tocaron sólo a un segmento pequeño de la población. Los salarios estancados que han seguido a las pérdidas de empleos, el reciente aumento en la gasolina y otros precios de consumo y el lento ascenso de las tasas de interés, por el contrario, afectan a los bolsillos de todas las familias. Los estadounidenses notan cuando la leche llega a 4.43 dólares.

La brecha entre los indicadores económicos y el estado de ánimo público ha hecho que los estrategas de la oficina de campaña de Bush y del senador John Kerry juren que la economía se beneficiará con su hombre en noviembre. El 14 de junio, Kerry empezó lo que colaboradores describen como dos semanas de atención concentrada en la economía al decir que la gente que trabaja duro debería poder pagar sus cuentas. Bush respondió que él es un optimista y reprendió a aquellos que «no pueden ver el brillo de sol».

Republicanos argumentan que la angustia de la nación es meramente un eco de la depresión que que pronto caerá en el silencio. «La economía realmente ha dado una voltereta», dijo el senador Jim Talent, republicano de Missouri, un estado oscilante. «Sólo se necesita un poco más de tiempo para que se filtre a los ciudadanos comunes».

Si esto termina siendo el punto más alto del pesimismo, Bush buscará la reelección mientras los estadounidenses se estén sintiendo bastante bien sobre la economía. Incluso con el ascenso del pesimismo, la confianza del consumidor está aproximadamente en el nivel que estuvo durante los veranos antes de que Bill Clinton, Ronald Reagan y Richard M. Nixon ganaran segundos mandatos, según sondeos mensuales de la Universidad de Michigan. Está significativamente más alta de lo que estuvo previo a las derrotas de Jimmy Carter y George Bush padre.

Pero a diferencia de presidentes recientes que ganaron dos veces, Bush hijo ha presidido un importante deslizamiento en la confianza, desde niveles récord en el 2000. El reciente brote de preocupación ha dado a los demócratas nueva razón para pensar que el presidente es vulnerable en más aspectos que el de Irak. Los votantes indecisos están incluso más preocupados que el resto de la población, según el Sondeo Gallup. Sólo 16 por ciento de los independientes describe la economía como excelente o buena, comparado con más de 30 por ciento de las personas que dicen que regularmente votan por uno u otro partido.

«No es el mejor de los tiempos ni el peor», dijo Frank Newport, editor en jefe del Sondeo Gallup. «No es tan horrible como diría Kerry ni tan bueno como diría Bush».

En Missouri, un galón de gasolina regular costaba un promedio de 1.75 dólares la semana pasada, tras bajas en las últimas semanas pero aún casi 50 centavos por arriba del precio de diciembre, según GasBuddy.com. En Florida, Maine y Nuevo México, otros tres estados oscilantes, un galón cuesta alrededor de 1.90 dólares. Los precios de la leche y la carne de res han aumentado, debido a una escasez de vacas. Los consumidores también ven aumentos en el huevo, el helado, la mantequilla y la mayonesa.

Un sondeo dado a conocer el jueves por el Centro de Investigación Pew encontró que los estadounidenses sigieron las noticias sobre los altos precios de la gasolina con más atención que las noticias sobre la muerte de Ronald Reagan o el conflicto en Irak.

Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, dijo la semana pasada que la era improbable que la inflación fuera «una preocupación seria» en los próximos meses. Mucho del reciente incremento inflacionario se originó en acontecimientos inusuales en vez de una demanda económica lo suficientemente fuerte para causar que los precios se mantengan en aceleración, dicen funcionarios de la Fed.

La Fed parece destinada a elevar su tasa de interés a corto plazo en un cuarto de punto cuando se reúna el 30 de junio y a continuar incrementando las tasas durante el resto del año. Las tasas hipotecarias y otras tasas a largo plazo ya se han elevado.

Sin embargo, la inflación ha hecho la vida un poco incómoda para muchas familias. La paga semanal del trabajor de tiempo completo promedio está elevándose aproximadamente al ritmo de la inflación, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Hace dos años, cuando las pérdidas de empleos estaban aumentando pero los efectos posteriores del auge de fines de los 90 seguían siendo más fuertes, la paga semanal se elevaba a una tasa anual de alrededor de 2 por ciento después de ser ajustada a la inflación.

«Hay buenos indicadores ahora», dijo el gobernador demócrata Edward G. Rendell de Pennsylvania. «Pero la gente no los está sintiendo. El crecimiento es engañoso. Estamos creando el tipo de empleos equivocado».

La idea de que la recuperación reciente en la contratación haya ocurrido en gran medida en empleos de bajos salarios se ha convertido en parte central del mensaje de Kerry, desencadenando una serie de boletines de prensa agresivos, cada uno de los cuales tiene su propio grupo de estadísticas. El interrogante no tiene respuesta definitiva, porque los datos del Departamento del Trabajo muestran sólo cuáles industrias están sumando empleos, no qué tipo de empleos.

Pero la línea de la campaña de Kerry parece adaptarse más estrechamente a la tendencia actual, y eso sugiere que pudiera encontrar oídos más receptivos entre los votantes. El empleo típico del sector privado creado desde diciembre ha sido un empleo industrial que paga un salario por hora de unos 14.25 dólares, según cifras del gobierno. En todo el sector privado, el salario promedio excede los 15 dólares.

Si las saludables ganancias en empleos de los últimos meses continúan, sin embargo, es casi seguro que los salarios mejorarán también. Los republicanos apuestan a que lo hagan y a que Greenspan esté en lo correcto respecto a la inflación.

El gobernador republicano Bob Taft de Ohio dijo que la mayor fuente de ansiedad es el rápido ritmo del cambio económico, que ha dejado a muchas personas preguntándose si perderán sus empleos ante una máquina u otro país.

«La gente se siente intranquila debido a la economía global en que estamos viviendo», añadió el gobernador demócrata John E. Baldacci de Maine. «Eso, más que cualquier otra cosa, empaña la recuperación». Mientras hablaba por teléfono, se trasladaba de un acto a otro, ambos para celebrar a compañías de Maine que estaban incrementando su fuerza laboral.

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