POR MANASÉS SEPÚLVEDA
El fiscal de Higüey, Lucas Pérez José, dijo ayer que concluyó con los interrogatorios sobre el incendio en la cárcel de esa localidad en el que murieron 135 presos. Pérez José dijo que se han tomado medidas de seguridad adicionales en la cárcel y que está llegando nuevo personal para la dotación.

Entretanto, el obispo de Higüey, monseñor Nicanor Peña, en una misa oficiada ayer en la basílica Nuestra Señora de la Altagracia en memoria de los muertos, dijo que había denunciado anteriormente los problemas de esa cárcel.

«Es la parte más difícil que tienen todas las cárceles del país, pero se han seguido tomando medidas de seguridad como por ejemplo más control», expresó.

A su vez, Pérez José señaló que no toda la dotación que había en la cárcel está arrestada sino solo algunos y que no puede dar a conocer el resultado de los interrogatorios.

Dijo que la comisión que encabeza el procurador general Francisco Domínguez Brito preparará un informe final sobre el suceso y lo enviará al presidente Leonel Fernández a través de la Internet a España.

La comisión, además de Domínguez Brito, la integran el jefe de la Policía, mayor general Manuel de Jesús Pérez Sánchez, y el director Nacional de Investigaciones, mayor general Manuel Florentino.

MISA MEMORIAL

A su vez, el obispo Peña, en la misa de ayer en la basílica, dijo que había dicho al presidente Fernández que la cárcel estaba hecha para 90 personas y que había 400.

La Comisión Nacional de la Pastoral Penitenciaria expresó su solidaridad y «cercanía espiritual» con los familiares de los reclusos muertos.

En un documento firmado por monseñor Diómedes Espinal de León, presidente de la pastoral, y Fray Arístides Jiménez Richardson, coordinador, reiteraron su compromiso, como parte de la Iglesia, de promover la dignidad humana en toda persona encarcelada por su condición de hijo de Dios.