Ternuras y travesuras de poetas

Ternuras y travesuras de poetas

Rafael de León fue un poeta popular español, autor de letras de gran cantidad de coplas y de otros aires del folclor de su país. Produjo letras tan conocidas: “La Zarzamora”, “Ojos verdes”, “Arrieros somos”, “¡Ay pena, penita, pena!”, “¡Las cositas del querer!”, “¡Dime que me quieres!”, “¡Francisco Alegre, olé!”, “¡Lola Puñales!”, “¡No me quieras tanto!”, “¡No te mires en el río!”, “¡Rocío!”, “¡La Salvaora!”, “¡Y sin embargo te quiero!”. Una muestra, solamente, de tantas piezas musicalizadas.
Escribió poemas de gran impacto: “Réquiem por Federico” (García Lorca), “Romance de la viuda enamorada”, “Pena y alegría del amor”, “Profecía”, “Así te quiero”, “Lluvia”, “Romance del hombre maduro”. Escribió fragmentos dramáticos, guión cinematográfico etc. La mayor cantidad de canciones fueron escritas por Rafael de León y Antonio Quintero, y trabajadas musicalmente por el maestro Quiroga. Uno se enteraba por la literatura que incluía cada grabación: Quintero-León-Quiroga.
Rafael de León escribió este breve poema:
LLUVIA
¡Llovía tanto, tanto, tanto!
¡Ay! ¿te acuerdas cómo llovía?
Que de tu casa a la mía no se podía cruzar…
Estaba frío el asfalto, había hielo en el aire, nieve en la noche cerrada.
Entonces, te dije: Tendrás que quedarte aquí, mi vida, en mi casa, conmigo, en mi cuarto.
¿Quieres? ¿Quieres?
¡Y no quisiste!
¡Ay, qué lástima!
¡Llovía tanto, tanto, tanto!
¡Ay, cómo llovía!
Este poema está grabado en voz de Jorge Mistral, actor español.
Hagamos un parangón entre el esfuerzo fallido que nos presenta Rafael de León y el resultado obtenido por el comportamiento del personaje de los versos intitulados.
¡MALDIJE!
Maldije la tormenta que te asustaba.
Maldije la lluvia que te mojaba.
Y maldije la brisa que alborotó tu pelo.
Hoy tocaste a mi puerta
Y bendije la tormenta que te trajo.
Y bendije la lluvia cuando te sacaste el vestido mojado.
Y bendije la brisa cuando apagó la lámpara.
¡¡Bendije!!
Este segundo poema pertenece al “inquieto” argentino Facundo Cabral, que más que un cantautor, guitarra en manos, fue un filósofo de la vida, que partió inesperadamente hace unos años, pero había revelado, para que nos sirviera en la lucha existencial:
“Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo”.
Y nos previno que la vida es un camino circular para permitirnos el [asombro] del reencuentro”.
Quizás por eso experimentó temprano la recurrencia del reencuentro con la dama que sintió el apremio de sacarse el vestido mojado delante del virtuoso de las travesuras, Facundo Cabral, que no perteneció a ningún lugar, por eso compuso y cantó:
“No soy de aquí, ni soy de allá, y ser feliz es mi color de identidad”.
Dígame, por favor ¿con cuál de los dos resultados “poemáticos” usted se queda?
¡Gracias!…

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