Terquedad rayana en
el suicidio nacional

Terquedad rayana en<BR> el suicidio nacional

Los teóricos del gobierno han establecido, como su premisa fundamental de su accionar gubernamental, que la capacidad de endeudamiento del país es bastante amplia, y con esa falsa premisa nos inoculan con los más variados préstamos, muchos de ellos concertados a tasas comerciales elevadas.

No es un secreto para nadie que los teóricos del PLD han abjurado de sus premisas fundamentales en cuanto a la forma del desarrollo nacional y el origen de los préstamos para su destino final. Ahora el objetivo es asegurarse su permanencia en el poder, cosa que no lograron en el 2000, esa vez no entendieron el alcance del disfrute del poder y conservaban cierto aire de ingenuidad y de amor a la patria.

La experiencia y las elecciones asimiladas, les hicieron cambiar de táctica a los peledeístas, que ya en el 2004 se apoyaron primero en el descrédito de un gobierno impopular y altamente carcomido por la corrupción. Luego, en las elecciones del 2006 y en las presidenciales del 2008, se lucieron como maestros en el uso del clientelismo descarado y sin tapujos, para agenciarse toda clase de apoyo y asegurar una permanencia en el poder que ahora les preocupa perder.

De ahí la persistente terquedad de los funcionarios peledeístas para endeudar al país con los más variados préstamos internacionales, y hasta nacionales, de manera que les permita disponer de los recursos que ahora se le han escapado de las manos por la merma de los ingresos y su negativa de administrar en austeridad los recursos que se reciben.

Esa merma en los ingresos ha disparado el botón del pánico de los funcionarios del gobierno, que tozudamente, solo saben exponer que se necesitan más préstamos para compensar la merma de los ingresos, en lugar de ajustarse en los gastos. Afortunadamente el pasado sábado fuimos sorprendidos con la noticia del gobierno de acudir con urgencia al FMI, después de evadir hablar de concertar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que tan buenos resultados dio del 2005 al 2008. Se pretendía evitar un control de los gastos, que ya se están haciendo sin control con miras a las elecciones del próximo año, por su mal posicionamiento en las simpatías populares.

La terquedad para endeudarse de los funcionarios, con préstamos a intereses comerciales, se estuvo acelerando hasta el anuncio de acudir al FMI, ya que estaban cerradas las ventanillas de instituciones como el Banco Mundial o el BID, que han otorgado numerosos préstamos, varios de los cuales no han podido ser desembolsados por incumplimiento en las condiciones de contrapartida y renuencia criolla de ajustarse a las reglas de juegos de la transparencia con el destino final de los fondos.

Por eso se han preferido los préstamos con bancos españoles, brasileños, colombianos, etc., con tasas más elevadas. Se conoce de lo simpático que resultan esos préstamos para quienes comprometen el futuro nacional. De esa manera utilizan el argumento de que la capacidad de endeudamiento del país es todavía óptima y creían poder continuar la fiesta de los préstamos, sin acudir al FMI, que pone en cintura a los gobiernos derrochadores y tramposos, como todo el mundo espera que ocurra ahora.

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