LOS ANGELES (EEUU) (EFE).- Al menos tres personas han resultado muertas ayer, lunes, en el terremoto de intensidad 6,5 en la escala de Richter registrado en el sur de California, informaron ayer los servicios de urgencia.

Las víctimas mortales se registraron en la localidad de Paso Roble, la más afectada por el seísmo y a unos treinta kilómetros del epicentro, al derrumbarse un bloque de edificios.

Según un portavoz del Departamento de Bomberos de Paso Robles, al menos dos de las víctimas eran personal que trabajaba en una tienda cercana y que se encontraban desaparecidas desde que se registró el temblor de tierra, a las 11.16 hora local (19.16 GMT).

Varias personas resultaron también heridas en una bodega al caerles barricas de vino, informaron las autoridades del Condado de San Luis Obispo.

El seísmo, que ha dejado sin electricidad a decenas de miles de personas, tuvo su epicentro en la localidad costeña de Cambria, a unos 55 kilómetros de San Luis Obispo y a unos 300 kilómetros de Los Angeles, según informó hoy el Instituto Geológico de EEUU.

El terremoto se dejó sentir con fuerza tanto en el área de Los Angeles como en San Francisco, donde se pudo percibir un bamboleo en los edificios más altos.

El seísmo de hoy podría ser una avanzadilla del «big one», el gran terremoto que, según los estudios más recientes, inevitablemente se producirá de aquí a unos años en California.

«Esto es una advertencia», señaló Rob Stein, del Instituto Geológico de EEUU. «Esta es una tierra de terremotos y necesitamos estar preparados para el futuro», señaló Stein en rueda de prensa.

«Un terremoto como éste produciría cientos de millones de pérdidas en un lugar como Los Angeles, y daños estructurales en los edificios», dijo Stein, aunque con las estimaciones iniciales del Instituto, los daños indicó que son «modestos».

La causa es que el epicentro se encontró en un área rural, de baja población y concentración de edificios.

La zona del epicentro se encuentra cerca del Castillo de San Simeón, el castillo-museo del excéntrico magnate de la prensa William Randolph Hearst, un sitio histórico visitado diariamente por centenares de turistas que no ha sufrido daños pero que tuvo que ser evacuado.

Al de hoy podrían seguir otros temblores, según advirtieron los expertos que creen que, no obstante, existen sólo un 5 por ciento de posibilidades de que los nuevos terremotos sean mayores que el primero.

En el último gran terremoto que sacudió a San Francisco, el de Loma Prieta, en 1989, con una magnitud fue 6,9, murieron 63 personas, 16.000 viviendas quedaron destrozadas y se quebró parte del Bay Bridge, el largo puente que une San Francisco con el este de la bahía.

Un estudio dado a conocer a mitad de año predijo que es muy posible que los temblores que se han dejado sentir en los últimos años sean ser el preámbulo de otro devastador.

La investigación, en la que participaron más de cien científicos de varios entes públicos y compañías privadas, señaló que las posibilidades de que un gran seísmo tenga lugar antes del año 2032 son de un 62 por ciento.