Terremotos recientes, ¿preámbulo del temible Big One?

Terremotos recientes, ¿preámbulo del temible Big One?

El terremoto registrado en la ciudad iraní de Bam, donde han muerto decenas de miles de personas, es uno de los peores de los últimos 50 años en este país asentado en una falla sísmica; los científicos tratan de perfeccionar sistemas que permitan predecir este fenómeno natural, que ha causado, en el último siglo, un millón y medio de muertes en todo el planeta.

Las diferencias entre las condiciones en que se reciben los terremotos en unas u otras zonas del mundo han sido obvias en esta última tragedia ocurrida en Irán, donde un movimiento sísmico de 6,3 grados en la escala de Ritcher ha provocado miles de muertos, a pesar de que su intensidad fue algo menor que el que pocos días antes, el 22 de diciembre, afectó a California (EEUU), con un balance de dos muertos.

Casi las tres cuartas partes de los edificios que albergaban a los cien mil habitantes de la histórica ciudad de Bam, en el sureste de Irán, se derrumbaron como un castillo de naipes en la madrugada del 26 de diciembre. Eran las 5,30 horas de la madrugada y la mayoría de las víctimas no llegaron a despertar antes de resultar sepultados.

La televisión estatal iraní dio en las primeras horas una cifra de 5.000 muertos, pero los cálculos se incrementaron rápidamente a medida que los equipos de rescate recuperaban cuerpos, pronto se elevaron hasta los 15.000 y veinticuatro horas después se informaba ya de al menos 30.000 muertes y 60.000 heridos.

Los estragos causados a la población en Irán fueron notoriamente diferentes a los vividos el 22 de diciembre en la localidad de Paso Robles, epicentro del terremoto de 6,5 grados que afectó a California (EE UU), otra de las zonas del mundo azotada por los terremotos, al estar asentada sobre la famosa falla de San Andrés y en la que todos sus edificios siguen estrictas normas de seguridad para prevenir los daños sísmicos.

La falla de San Andrés, que ocupa más de 800 millas (cerca de 1.300 kilómetros) desde el Cabo Mendocino hasta México, pasando por el área de la bahía de San Francisco, una de las mayores del mundo, y marca la franja donde dos gigantes placas terrestres se juntan, una bajo el océano Pacífico y la otra sobre el continente.

Las dos placas se van «aplastando» mutuamente a razón de unos 25 milímetros por año, la misma longitud que alcanzan las uñas en el mismo período.

Esta fuerza se contiene hasta que al cabo de los años se libera dando lugar a terremotos que pueden ser tremendamente destructivos, como el que tuvo lugar en San Francisco en 1906, que costó la vida a 3.000 personas y destruyó 30.000 edificios.

A pesar de que los científicos se han dedicado al estudio de las fallas durante décadas, todavía se desconocen muchos detalles del funcionamiento interno de una falla activa.

Por eso, un equipo de científicos está a punto de terminar la excavación de un largo túnel junto a la falla de San Andrés, mediante el cual se obtendrá información sobre lo que realmente ocurre en ella antes, durante y después de un terremoto.

Los científicos introducirán en el túnel, de una milla y medio de largo (cerca de 2,5 kilómetros) 40 seismómetros para medir con mayor precisión los pequeños terremotos que frecuentemente sacuden el área, lo que ayudará a precisar la ubicación exacta de esta falla, la principal zona sísmica junto a la del cinturón Circunpacífico (donde se encuentra Ecuador), el cinturón Transasiático (Himalaya, Irán, Turquía, Mar Mediterráneo y sur de España) y el cinturón situado en el centro del océano Atlántico.

[b]Esperando el “Big One ”[/b]

El reciente terremoto en California, el más fuerte en los últimos cuatro años, resucitó el temor de que sea un anticipo del «Big One», el gran sismo que vaticinan los expertos para un futuro cercano.

«Esto sólo es una advertencia», señaló en rueda de prensa Ross Stein, portavoz de la oficina del Instituto Geológico de EEUU en Menlo Park (California).

Setin dijo que el temblor provocó que el planeta se menease como un sonajero y que las montañas cercanas creciesen 30 centímetros en altura.

«Esta es una tierra de terremotos y necesitamos estar preparados para el futuro», agregó el geólogo.

En el último gran terremoto que sacudió a San Francisco, el de Loma Prieta, en 1989, con una magnitud de 6,9 grados, murieron 63 personas, 16.000 viviendas quedaron destrozadas y se quebró parte del Bay Bridge, el largo puente que une San Francisco con el este de la bahía.

Un estudio dado a conocer a mitad de año predijo que es muy posible que los temblores que se han dejado sentir en los últimos años sean el preámbulo de otro devastador, conocido como el «Big One».

La investigación, en la que participaron más de cien científicos de varios entes públicos y compañías privadas, señaló que las posibilidades de que un gran sismo ocurra antes del año 2032 son de un 62 por ciento.

[b]Predicciones para todo el mundo[/b]

Precisamente en noviembre de 2003, y tras quince años de planificación, EEUU y Canadá iniciaron la puesta en marcha del mayor observatorio marino del mundo que, según los expertos, vaticinará terremotos y olas gigantes («tsunamis»).

El denominado Proyecto Neptuno es un esfuerzo conjunto de la Universidad de Washington y la Universidad de Victoria, en Canadá.

«Neptuno permitirá la predicción de terremotos por décimas de segundos, tiempo suficiente para apagar plantas de gas y electricidad y, por lo tanto, para evitar grandes catástrofes», dijo a EFE el director del programa en Estados Unidos, John Delaney.

Este proyecto científico desarrollará un observatorio marino mediante un sistema de fibra óptica.

«Pero lo más importante es que se va a transmitir información las 24 horas del día desde las profundidades marinas, lo que permitirá una forma de estudio del océano nunca antes vista que significa una gran revolución para las ciencias del mar», agregó.

Delaney, profesor de Oceanografía en la Universidad de Washington y especialista en Geología Marina, aseguró que este observatorio marino también predecirá movimientos sísmicos terrestres en todo el mundo, desde Chile hasta Japón.

La primera etapa del proyecto consiste en la instalación de un sistema de 30 laboratorios submarinos conectados por más de 3.000 kilómetros de cables de fibra óptica alrededor de la placa tectónica Juan de Fuca.

Esa placa se ubica en aguas continentales de los estados norteamericanos de Washington y Oregón, y la provincia canadiense de Columbia Británica.

En esa red de fibra óptica se crearán entre 30 y 50 puntos de recogida de datos, gracias a instrumentos y vehículos submarinos robotizados.

«Igual que la invención del satélite cambió la forma en como percibimos la superficie terrestre, este programa cambiará nuestra percepción de los océanos y nos va a permitir comprender claramente cómo funcionan los ecosistemas marinos», dijo a EFE el director del capítulo canadiense del proyecto, Chris Barnes.

Barnes fue durante la pasada década director de la facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar de la Universidad de Victoria, y en la actualidad es profesor en esa escuela.

Una vez que el proyecto entre en funcionamiento, señaló Barnes, cualquier persona en el mundo que tenga acceso a la Internet podrá entrar a la página Web del proyecto (www.neptune.washington.edu/ o www.neptunecanada.ca/index.html) en la que se transmitirá permanentemente información en tiempo real proveniente de las profundidades oceánicas.

«Tanto estudiantes como profesores en escuelas y universidades de todo el mundo, así como científicos e investigadores, tendrán acceso a las imágenes recogidas por el sistema de fibra óptica», indicó Valerie Poulin, portavoz de la Fundación Canadiense para la Innovación, una de las organizaciones que financia el proyecto.

Lo que el proyecto Neptuno va a lograr es llevar la Internet hasta las profundidades del mar y la información que se obtenga se almacenará en un banco de datos.

En un futuro, la información disponible permitirá predecir terremotos y «tsunamis», encontrar pozos submarinos de petróleo y controlar las fronteras marítimas con fines de seguridad, agregó Barnes.

Se calcula que toda la red de fibra óptica y los aproximadamente 30 laboratorios submarinos estarán completamente instalados para 2008 y el observatorio marino más grande del mundo tendrá una duración de más de 30 años.

[b]Los más graves desde la década del 90[/b]

-20 junio 1990.- Terremoto de 7,3 grados en el noroeste de Irán: 60.000 muertos. El más grave del siglo XX en ese país.

– 16 julio 1990.- Terremoto de 7,7 grados en Manila y varias provincias de Luzón (Filipinas): 1.597 muertos.

– 31 enero 1991.- Terremoto de 6,8 grados en Pakistán: más de 300 muertos. Su epicentro se localizó en Afganistán, donde ocasionó 50 muertos.

– 20 octubre 1991.- Terremoto de 6,1 grados Uttar Pradesh, norte de la India: 2.000 muertos.

– 22 marzo 1992.- Terremoto en el este de Turquía: mil muertos.

– 1 septiembre 1992.- Terremoto de 7,2 grados en la costa del Pacífico de Nicaragua: 269 muertos.

– 12 octubre 1992.- Terremoto de entre 5,5 y 6 grados de El Cairo (Egipto): 552 muertos. El más grave en la historia moderna de ese país.

– 13 diciembre 1992.- Terremoto de 7,5 grados en la isla de Flores (Indonesia): 2.500 muertos.

– 12 julio 1993.- Terremoto de 7,8 grados de Hokkaido (Japón): 201 muertos y 38 desaparecidos. El más grave en la última década ocurrido en Japón.

– 30 septiembre 1993.- Terremoto de 6,4 grados en el Estado de Maharastra (India): 35.000 muertos y 10.000 heridos. El más devastador sufrido por el país desde su independencia, en 1947.

– 14 octubre 1993.- Tres terremotos consecutivos de hasta 7 grados en Nueva Guinea (Oceanía): 140 muertos.

– 17 enero 1994.- Terremoto de 6,6 en el norte de Los Angeles (California) -el más violento en los últimos 20 años- seguido de más de 150 sacudidas: 68 muertos.

– 16 febrero 1994.- Terremoto de 6,5 grados en la isla de Sumatra (Indonesia): 207 muertos.

– 3 junio 1994.- Terremoto de 5,9 grados en la isla de Java (Indonesia): 214 muertos en el maremoto que le siguió.

– 6 junio 1994.- Terremoto de 6,3 grados en los Departamentos de Huila y el Cauca (suroeste de Colombia): más de 128 muertos y 200 desaparecidos.

– 18 agosto 1994.- Terremoto de 5,6 grados en Mascara (oeste de Argelia): 171 muertos.

– 17 enero 1995.- Terremoto de 7,2 grados en la ciudad japonesa de Kobe: 6.000 muertos.

– 28 mayo 1995.- Terremoto de 7,5 grados en la ciudad de Neftegorsk, norte de la isla de Sajalín (extremo oriental de Rusia): 1.989 muertos.

– 3 febrero 1996.- Terremoto de 7,0 grados en la provincia de Yunnan (China): 233 muertos y medio millar de heridos.

– 28 febrero 1997.- Terremoto de 5,5 grados en el noroeste de Irán: 1.000 muertos.

– 10 mayo 1997.- Terremoto de 7,1 grados en el este de Irán: 1.560 muertos.

– 9 julio 1997.- Terremoto de 6,8 grados en el este de Venezuela: 82 muertos y 500 heridos.

– 4 febrero 1998- Terremoto de 6,1 grados en el norte de Afganistán: 4.400 muertos.

– 22 mayo 1998.- Terremoto de 6,8 grados en la región central de Cochabamba (Bolivia): 105 muertos. El peor del siglo en Bolivia.

– 30 mayo 1998.- Terremoto de 7,1 grados en la provincia de Tajar, noreste de Afganistán: más de 5.000 muertos.

– 27 junio 1998.- Terremoto de 6,3 grados en la provincia de Adana, en el litoral mediterráneo turco: 144 muertos y más de 1.500 heridos.

– 25 enero 1999.- Terremoto de 6,2 grados en el oeste de Colombia que tuvo hasta 14 réplicas: más de 1.100 muertos y 4.000 heridos.

– 17 agosto 1999.- Terremoto de 7,4 grados en el noroeste de Turquía, incluido Estambul: más de 17.000 muertos y unos 30.000 heridos.

– 7 septiembre 1999.- Terremoto de 5,9 grados en Atenas (Grecia): 138 muertos y 2.000 heridos.

– 20 septiembre 1999.- Terremoto de 7,6 grados en Taiwán: 2.412 muertos y unos 9.000 heridos. El peor en la historia del país.

– 12 noviembre 1999.- Terremoto de 7,2 grados en el noroeste de Turquía: al menos 675 muertos y 4.700 heridos.

– 22 diciembre 1999.- Terremoto de 5,8 grados en el oeste de Argelia: 28 muertos y 175 heridos.

– 13 de enero 2001.- Terremoto de 7,6 grados en El Salvador: 827 muertos y 2.615 heridos.

– 26 enero 2001.- Terremoto de 6,9 grados en el estado indio de Gujarat: 15.500 muertos.

– 14 febrero 2001.- Terremoto de 6,6 grados en El Salvador: 305 muertos y más de 2.000 heridos.

– 25 de marzo 2002.- Terremotos de 5,9 y 6,3 grados en el norte de Afganistán: 700 muertos.

– 22 junio 2002.- Terremoto de 6,0 grados en el norte de Irán: 230 muertos.

– 24 febrero 2003.- Terremoto de 6,8 grados en la región de Xinjiang, en el noroeste de China: 268 los muertos y más de 1.000 heridos.

– 1 mayo 2003.- Terremoto de 6,4 grados en el sureste de Turquía: 172 muertos. La provincia de Bingol, que fue la más afectada, ya sufrió en 1971 un terremoto que dejó 900 muertos.

– 21 de mayo 2003.- Terremoto de 5,8 grados en Argel: según el balance provisional 538 muertos y 4.637 heridos.

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