Terror ciudadano

Terror ciudadano

ENRIQUE SILIÉ V.
Hablando con Bárbara

Saber y oír de boca de personas autorizadas que cada familia dominicana tiene en su haber un: Asalto, una muerte violenta, una violación o un robo en su hogar, es una información escalofriante.

Esto genera serios trastornos psicosociales y mayores cuestionamientos de ¿qué hacer?, las opciones son varias: ¡»Escriba un artículo en el periódico, Doctor»!, ¿encerrarnos más y no salir? (nos atracan en las casas), protestar, denunciar, contratar un servicio de seguridad o llamar a la policía (en ambos están los delincuentes), nos vamos quedando sin alternativas, a alguien se le ocurrirá «vámonos de aquí».

En mi humilde entender: hay que superar la indolencia, esta situación amerita un análisis multifactorial y que el producto de ese estudio se lleve a la práctica, real y objetivamente.

Nada de soluciones mágicas (Barrio Seguro, etc.), no represión sin sentido, ni copiar modelos inoperantes, ni comprar Harley Davidson; algunas de las variables a ponderar son: drogas, publicidad de conductas negativas, una política de reinserción de los deportados por hechos delictivos, replantearse los organismos del orden (estructura, personal, salarios, capacidad, educar en principios morales, cívicos y urbanos).

Un plan general de educación, como un compromiso de todos dentro de un proyecto de nación que incluya educación ciudadana, una campaña de sensibilización de las virtudes mayores: Honradez, solidaridad, humildad, amor al trabajo, a la familia, patriotismo y el compromiso social de la paternidad, dentro de muchos otros.

Dar respuesta a este creciente y grave problema quizás no sume votos, pero sí responderá a un compromiso vital para el país.

La impunidad como manifestación máxima de la corrupción y todas las otras manifestaciones han servido de ejemplo en el país, que ha estado bombardeado de una exaltación falsa al dinero, la vida fácil, lujosa, inauténtica, llena de superficialidades que desbordan las escasas capacidades de las grandes mayorías que no alcanza a diferenciar lo que es el «tener» y del «ser».

A todos los dominicanos no indiferentes los invito a una «Cruzada contra la violencia».

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