Terrorismo en las carreteras

Terrorismo en las carreteras

POR  DOMINGO ABRÉU COLLADO 
En estos días han ocurrido dos actos de terrorismo en dos carreteras diferentes, uno en la carretera que va a Bávaro y otro en la carretera que sube de Bonao a Hoyo del Pino.

El de Bávaro afectó a siete personas con serias quemaduras, y según las noticias, el acto terrorista –lanzamiento de una bomba incendiaria contra un autobús– fue propiciado por sindicalistas del transporte, disgustados porque no están ganando lo suficiente como para mantener tres o cuatro mujeres, trabajar solamente dos días a la semana, tener una cuenta bancaria en dólares y otra en pesos, vacacionar en Cancún, tener visado norteamericano y Schengen, construirse una casa en el campo y otras justas demandas laborales.

El otro acto terrorista de carretera, el de Bonao, afectó a Esteban Polanco, a su hijo de 14 años y a su cuñado Regino García. Polanco y García pertenecen a la Federación de Campesinos Hacia el Progreso, de Bonao.

Todavía no se sabe a ciencia cierta las causas del atentado contra Esteban Polanco y sus familiares, pero ya hay detenidos, y esperamos que hablen, aunque haya que aplicarles la metodología aquella del puerco que confesó ser conejo.

Tomando en cuenta lo costoso de las atenciones médicas a las víctimas de quemaduras, lo costosísimo de los medicamentos, y lo costosisísimo de la ocupación de habitaciones en los centros hospitalarios con unidades de cuidados intensivos, parece ser que tratar personas quemadas se convierte en una forma superrápida de hacerse rico.

 Un ejemplo de eso es que en apenas doce días de intern…, bueno, hospedados, Esteban Polanco y Regino García, ya tenían una deuda de 1 millón 200 mil pesos. Eso significa que si deben permanecer un mes –como parece que demandarán sus heridas- fácilmente tendrán que pagar unos cuatro millones de pesos. Eso sin contar con los tratamientos posteriores que deberán llevar en sus casas.

Viéndolo de esa manera, parece que puede ser un negocio sumamente ganancioso eso de albergar personas quemadas. Porque si calculamos 10 quemados por mes, pagando cada uno dos millones de pesos, tendríamos unas entradas de 20 millones al mes, suma que vendría más que bien a cualquier centro médico.

Pero el negocio podría mejorar. Algún filósofo debe haber dicho por ahí «nunca hay suficiente ganancia si se puede cobrar más todavía», cosa que están aplicando los médicos en casi todos los centros asistenciales privados.

Miren este otro ejemplo. Un médico gastroenterólogo de un reconocido centro y que está incluido en un servicio de seguros que ampara algunas instituciones gubernamentales, le cobró a una paciente asegurada 500 pesos por atenderla, 400 pesos más de lo estipulado por el seguro. Pero además, se negó a extenderle un recibo, lo que hubiera permitido que la paciente reclamara sus 400 pesos al seguro.

En la administración del seguro de marras le dijeron a la paciente que «están de manos atadas» y que no podían hacer nada, pues los médicos han decidido la mayoría esquilmar a los pacientes a su antojo, y que además, corregir la anomalía implicaría millones de pesos para pagar detectives que vigilen que los médicos no hagan de las suyas. ¡Miren esta maldita vaina, y digan si esto no es también terrorismo puro!

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¿Se le acabó el tiempo a Milagros?

Si calculamos que Milagros tiene X años de edad; y que faltan ahora 5 años y algunos meses para las otras elecciones presidenciales; y que quizás sean seis y no cuatro los años del período de esas otras; tendríamos que… multiplicando X por 5, más la diferencia entre (la diferencia de período) ( 6 y 4), dividido el resultado entre las divisiones de su partido, sumando las zancadillas que faltan, elevando a la enésima potencia sus posibilidades en una sociedad machista, tendríamos un resultado matemático que arrojaría entre 1000 y 1500 años los que tendría cuando haya una posibilidad presidenciable real.

Un cálculo similar es aplicable también a Rafael Abinader, quien tendría menos posibilidades si le aplicamos el algoritmo plegadizo de Pitágoras, conocido también como «la desventaja aritmética». En el caso de Abinader sus posibilidades serían absolutas dentro de 2600 años.

Siguiendo estos cálculos científicos, Rafael Alburquerque debería esperar por 700 años para comenzar a echar cálculos Un cálculo interesante es el aplicable a Amable Aristy: si la edad de Amable es X, y X, tendríamos que debería esperar entre 3500 y 4000 años… o simplemente renunciar.

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Se fue el indio

Los últimos aborígenes que quedaban en el país parecen haberse ido. Entre los últimos estaba éste que hacía sus artesanías en la carretera Duarte. Este indio puso en venta el negocio, entregó su cédula de nacional taíno, clausuró el caney, declaró como dominicanos a sus hijos, dejó libre a la naboría que tenía como mujer, agarró su canoa y se fue a la isla de Matininó… o por lo menos se fue a buscarla.

Por los artefactos que encontramos junto a la carretera parece que tenía una asociación con algún ex esclavo africano. Un trapiche con poco uso nos sugiere que habrían incursionado en la fabricación de azúcar, pero con la competencia que le suponía el Central Romana y el Caei deben haber desistido luego de los primeros sacos.

También parece que se asociaron con algún héroe de la Independencia, pues en un retrato que anuncia un supuesto restaurante se aprecia la figura heroica inconfundible, con un kepis de la época y un bigote heroico también.

Definitivamente, fracasaron, algo o alguien faltó. ¿Un español quizás? Lástima, si se hubieran encontrado con uno que yo conozco y que carga con todas las licenciaturas que se venden en España quizás hubieran echado adelante, por lo menos fabricando calendarios tainos de bolsillo de los que él descubrió.

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Detalles de la ciudad Una oficina jurídica

Buscando cuevas al pie del farallón al este del río Ozama nos encontramos con esta… oficina jurídica, poco menos que en medio de la nada pues se trata de terrenos ocupados, no titulados, protegidos una parte, bienes públicos otros… Pero nada, ahí estaba una oficina jurídica que resuelve «asuntos civiles, divorcios, transferencias (imagino que de fondos), rectificaciones de actas, declaraciones tardías, solución de conflictos laborales, cobros compulsivos y partición de bienes sucesorales…» ¿Qué les parece?

Pero lo más chulo del asunto es que la «oficina jurídica» trabaja en el local de una banca, la «banca sonora»… y de paso se protege de una manera china, con el jing y el jang allá arriba, en el centro.

Detalles como ese, dispersos en nuestra ciudad, son los que nos hablan del batiburrillo cultural en que nos revolvemos día por día.

Somos como una bola de lodo (a falta de nieve) que va creciendo cada vez más. Todos pegados, enlodados, sin poder distinguir qué está bien y qué está mal, sin atinar a interpretar entre lo horrendo y lo aceptable, ni siquiera entre lo legal y lo ilegal.

Y todavía no acabamos de enterarnos de que tenemos unas dos generaciones podridas, y que solamente trabajando con nuestros niños podremos salvar lo que queda de nación y de país.

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