Terrorismo ocupa sesión en la ONU

Terrorismo ocupa sesión en la ONU

NACIONES UNIDAS (EFE).- La amenaza de proliferación de armas nucleares y el peligro de que lleguen a manos terroristas han marcado la tercera jornada de debate de la Asamblea General de la ONU donde ayer intervinieron la India, Francia, Alemania e Israel.   

El asunto de la no proliferación ha cobrado aún más relevancia en el último año en la ONU por las actividades nucleares de Irán, los experimentos de Corea del Sur, la salida de Corea del Norte del Tratado de No Proliferación (TNP), y otras acciones de Estados que buscan o desarrollan programas atómicos.

   «Hay amenazas a la seguridad nacional y mundial como la proliferación de armas de destrucción masiva, la amenaza nuclear» y el terrorismo, recordó el ministro de Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, quien asumió los argumentos de muchos países de que no habrá paz sin desarrollo, ni viceversa.

   Su colega francés, Michel Barnier, fue algo más lejos al advertir que la amenaza de la proliferación corre el riesgo de conjugarse con el terrorismo, lo que exige una acción determinada y a largo plazo.

   «La acción combinada de varios Estados y actores no estatales ha puesto en difícil situación el régimen de no proliferación», estimó el ministro, que como la mayoría de participantes habló en términos generales sin apuntar a países en particular.

   La excepción fue el ministro de Exteriores de Israel, Silvan Shalom, quien tras estimar que «el mundo está más unido que nunca en la oposición a la proliferación de armas de destrucción masiva», apuntó a Irán como la amenaza más grave.

   «Irán, con misiles que pueden alcanzar Londres, París, Berlín y el sur de Rusia, no sólo representa una amenaza a la seguridad de Israel, sino a la seguridad y estabilidad de todo el mundo», dijo.

   Al abordar el tema, el primer ministro de la India, Manmohan Singh, afirmó que mientras su país «se opone a la proliferación y tiene un historial impecable a este respecto, creemos que sólo demostraremos ser más efectivos» en este terreno mediante el consenso de las naciones.

   La Convención sobre Armas Químicas «es un buen modelo a seguir» para otras armas de destrucción masiva, incluidas las nucleares, dijo Singh.

   Barnier indicó que el refuerzo de los instrumentos disponibles en esta materia es «indispensable» y que la conferencia sobre el Tratado de No Proliferación prevista en 2005 será «la ocasión» de hacerlo.

   El Tratado de No Proliferación (TNP) estipula que los cinco Estados con mayores arsenales atómicos -EEUU, China, Rusia, Francia y Reino Unido- deben reducirlo, mientras que el resto se compromete a no iniciarlo, pero la India, Pakistán e Israel no han firmado el acuerdo.

   Según cálculos del Instituto de Estudios Estratégicos de Londres, el arsenal atómico de la India está compuesto por entre 100 y 150 cabezas nucleares, de las que una veintena pueden ser lanzadas desde aviones y el resto mediante misiles de medio y largo alcance.

   Islamabad cuenta con entre 25 y 50 cabezas nucleares, de las que también unas veinte pueden lanzarse desde aviones y el resto con misiles.

   Israel nunca ha confirmado que tenga en su poder este tipo de armas, pero medios de prensa especializados y agencias internacionales le atribuyen unas 200 cabezas nucleares.

   Irán ha iniciado la producción a gran escala de hexafluoruro de uranio (UF6) para enriquecer uranio, un material que puede ser usado para la fabricación de armas nucleares.

   El tema puede volver al debate cuando suban a la tribuna el representante de este país, Corea del Sur o Rusia.

   Frente a la preocupación de potencias económicas, políticas o militares, hoy apareció también la de países pobres de Africa, un continente donde abundan los conflictos internos que socavan cualquier esfuerzo de desarrollo.

   El presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, consideró importante el combate de la ONU contra las armas de destrucción masiva, pero también deseó que no se olvide del problema de las armas ligeras y pequeñas, que matan cada día y causan «una destrucción monumental». EFE

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