Terrorismo vial

Terrorismo vial

El tema al cual nos vamos a referir hoy ha sido recurrente, más en radio y televisión y, que sepamos, no ha sido denunciado por la prensa escrita. Por lo tanto, antes de que surja un grave accidente de consecuencias fatales con su  secuela de muertos y heridos, lo vamos a delatar para que sirva de testimonio acusador en contra de los responsables del Ministerio de Obras Públicas. Desde hace más de dos meses, la mal llamada autopista Duarte es objeto de reparaciones y, sobre todo en algunos tramos, se ha procedido a remover la capa de asfalto y aplicar una nueva.

  Anteriormente, la capa removida estaba provista de una franja blanca separando los carriles indicadores del espacio que deben ocupar los vehículos en su movimiento traslativo. Pero resulta que los responsables de la aplicación de la capa de rodamiento no pintan, al terminar, la línea blanca.  El resultado es que los automovilistas, en noches obscuras y lluviosas, pierden la noción en cuál de los carriles se encuentran y se salen hasta de la pista, a veces impactando objetos que se encuentran al borde de la carretera.

Sería dable que el señor ministro de Obras Públicas circule de noche sin luna y lloviendo, en el tramo La Penda-Piedra Blanca y si no recibe un gran susto, como el de dos tanqueros que se volcaron la noche del día 12 del mes que discurre antes de llegar a la entrada de La Vega, puede sentirse dichoso. Ahora bien, me han informado, que este flamante ministro no viaja por tierra a inspeccionar los trabajos que su ministerio ejecuta.   Un helicóptero es  más práctico, ya que en el aire no se pintan rayas blancas.  Mas podría pintar una raya amarilla en su ropa, si en el aire,  de súbito aparece una turbulencia como la que hizo que se precipitara a tierra el helicóptero del Dr. Balaguer cerca de Villa Altagracia.

La irresponsabilidad de los funcionarios públicos capea por sus fueros sin que el señor Presidente de la República, los cambie o al menos les reprima recordándoles sus deberes y obligaciones.  En otros países, autopistas de peaje engendran una responsabilidad, hasta penal, de los llamados a mantener las mismas en buen estado.  Si por su negligencia causan accidentes fatales, son demandables por los que se accidentaron y pueden probar, que el accidente ocurrió por negligencia o lenidad de los responsables del mantenimiento de la vía por la cual se paga por derecho a circular por la misma.

Nosotros hemos sido testigos, de que en noches sin luna, lloviendo a cántaros, conductores que no tienen mucha pericia y no conocen la autopista, se detienen al borde de la misma y en una ocasión la cual presenciamos, una patana chocó con un carro detenido en el paseo.  Todo esto se puede evitar, si Obras Públicas, tan pronto remueve la capa de asfalto a cambiar, pinta, tanto la línea intermitente separadora de los carriles, como la línea continua al borde de la carretera.  Esperamos que alguien que lea estas líneas, le comunique al señor Ministro que las lea con la finalidad de evitar alguna desgracia y al no poder  alegar ignorancia, se le pueda imputar negligencia  y ser demandado ante los tribunales. 

Se le recuerda también, que tanto la pintura como la mano de obra salen del erario y no de su peculio y que a él lo nombró su Presidente por su capacidad, para que cumpla con todas las obligaciones atinentes a su cargo.   

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