Tesla

Tesla

Nicola Tesla es un personaje poco conocido, comparado con el famoso Thomas Edison. Sin embargo, éste luce como un bobo frente a Tesla. Entre sus invenciones: radio (Marconi), máquina de rayos X (Roentgen), el tubo amplificador (De Forest), la lámpara fluorescente, las luces de neón, el velocímetro, el sistema de ignición del automóvil, el motor de inducción, el microscopio electrónico y el horno micro onda. La mayoría atribuidos a otros inventores. ¿Que cómo pasó esa catástrofe? Veamos:

Nicola era de origen serbio, nacido en Croacia, Imperio Austro-Húngaro, en 1856. Tenía una memoria extraordinaria, hablaba seis idiomas y había pasado cuatro años en el Instituto Politécnico de Graz, Austria, estudiando matemáticas, física y mecánica. Pero lo que hizo destacar a Tesla fue su extraordinario entendimiento de la electricidad, especialmente en un tiempo en que esta nacía.

Nicola llegó a los Estados Unidos de América en 1884. Trabajó para Thomas Alba Edison, quien tenía innumerables problemas con su sistema de distribución eléctrica de corriente directa. Edison le prometió mucho dinero si le resolvía los problemas. Tesla logró ahorrarle unos US$ 100,000.00, sin dudas, un dineral. Edison, sin embargo, se negó a cumplir con su promesa y Tesla renunció de la empresa.

Ahí no termina la cosa. Edison, al parecer, desarrolló una envidia colosal y dedicó el resto de su vida a aplastar al genial Tesla, lo cual logró cabalmente, si observamos, al día de hoy, el escaso reconocimiento de Tesla versus el renombre de Edison. Tesla era un excéntrico; hablaba de rayos que podrían destruir diez aviones a 250 kilómetros de distancia, que la voz se trasmitía por el aire a grandes distancias, demostró que la corriente alterna (AC) era mejor para transmisión que la directa, usada en esos días por Edison. En fin, se adelantó a su tiempo y como suele suceder, parecía un gran “loco”.

Posteriormente, escarmentado por la falta de palabra de Edison, firmó un contrato con George Westinghouse, mediante el cual recibiría US $ 2.50 por cada kilovatio de AC vendido. Conseguía así suficiente efectivo para llevar a cabo los experimentos soñados: lámparas fluorescentes, 40 años antes que la industria; luces de neón en la Feria Mundial y muchos otros.

Tesla también diseñó la primera planta hidroeléctrica del mundo, localizada en las cataratas del Niágara. Y como las personas tenían miedo a la AC, en la Exposición Mundial de Chicago, 1893, hizo pasar por su cuerpo corriente eléctrica AC de alta frecuencia, de esa manera logró que los bombillos en sus manos se iluminaran.

Lamentablemente, cuando Westinghouse le debía más de un millón de dólares, aquél cayó en dificultades económicas. Así que Tesla de millonario, en vez de quedarse con la empresa, tomó el contrato y lo rompió. No quería luchar con los acreedores, dijo. Finalmente, logró US $ 216,000.00 por sus patentes.

Pero su ingenio siguió produciendo y en 1898 demostró en el Madison Square Garden el funcionamiento del primer control remoto que visualizaba para uso en los torpedos. Como sabemos hoy están por todas partes. Generó un terremoto artificial en NY y en Colorado Springs produjo el rayo artificial más grande hasta este momento, 130 pies.

Tesla, científico y excéntrico, soñaba con dar energía gratis a todo el mundo. Este anhelo lo alejó de los grandes inversionistas de la época como J. P. Morgan, quien quería ver los beneficios monetarios de sus inversiones. Construyó una torre en Long Island, NY, y la denominó “Wireles Broadcasting System” (Sistema de Transmisión Inalámbrico), con la cual  pretendía comunicar el mundo mediante telégrafo y teléfono. El hombre que inventó el mundo moderno, murió en 1943, sin un centavo, año que la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos decidió que las patentes de Marconi eran inválidas por causa de las descripciones y trabajos previos de Tesla.

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