MEXICO. AFP. Una supuesta testigo de la muerte en junio por el Ejército mexicano de 22 personas, identificadas oficialmente como delincuentes, aseguró que 21 de ellas fueron ejecutadas cuando ya se habían rendido y no murieron durante un enfrentamiento, como sostienen las autoridades.

«Los paraban así en hilera y los mataban», relató Julia, el nombre ficticio que se da a la testigo en una entrevista publicada en el sitio electrónico de la Revista Esquire. La fiscalía mexicana señaló que la investigación sobre este caso sigue abierta, pero que «hasta ahora» no han encontrado evidencias de que se tratara de ejecuciones extrajudiciales.

El ministerio de Defensa informó el 30 de junio que durante un patrullaje nocturno por el pueblo de Tlatlaya, soldados fueron agredidos desde una bodega y que en el tiroteo hubo «22 presuntos agresores muertos (21 hombres y 1 mujer)» y 1 militar herido.

Según Defensa, las autoridades encontraron en el lugar 3 mujeres que «manifestaron estar secuestradas» y 25 armas largas en manos del comando que, de acuerdo con medios locales, pertenecía al cártel La Familia y resguardaba en esa bodega un laboratorio de drogas sintética.