Testigo  juicio  matanza de  Paya revela de casa  El Don sacaron bultos

Testigo  juicio  matanza de  Paya revela de casa  El Don sacaron bultos

Emilio Rodríguez Victoriá, testigo en el juicio de Paya y empleado de uno de los colombianos asesinados,   reveló ayer que la noche del crimen (el 4 de agosto de 2008) cuidaba la entrada de la  casa del colombiano Darío José Atencio Vargas, alías El Jefe o El Don,  y que Luis Lara Martínez lo saludó en una de las dos yipetas que acudieron a recoger  bultos y varias maletas.

 Dijo que Lara Martínez, a quien identificó como El Churro, llegó en una yipeta blanca, seguido de otra negra, pero que de inmediato, fue golpeado en el pecho y tirado en el patio de la vivienda, boca abajo, de donde afirma haber visto todo. Sostuvo que El Don fue quien lo autorizó a abrir la puerta a El Churro y que éste, que lo visitaba con frecuencia, le dijo que no cerrara la puerta porque se iría pronto.

Ministerio Público lo mantiene.  Rodríguez Victoria, marido de la doméstica de El Don, Mercedes Carvajal, hizo reaccionar a varios abogados de los 22 imputados de la matanza, cuando reveló que el Ministerio Público le paga un salario mensual de RD$10,000 y le paga  la  casa que habita.

El hombre se esforzaba en responder preguntas como la del abogado William Garabito, quien insistía en que dijera si lo compensaban para que declara  contra  los acusados del crimen. Al final, dijo que no. Declaró que El Don solía pasar tres meses fuera de la casa.

Perdón de Orin.  El nicaragüense sobreviviente de  la matanza de Paya, Orin Clinton Gómez, le ofreció disculpas al alcalde pedáneo Ramón Reyes,  testigo del caso, por no reconocerlo en la audiencia pasada, cuando dijo que le salvó la vida y le  agradeció su gesto.

Zoom

Objetan perito

Algunos abogados intentaron poner al Ministerio Público  contra la pared, al rechazar el testimonio del perito Omar Rodríguez Ceballos, petición denegada por los jueces del Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional. El fiscal Francisco Polanco tuvo que intervenir en tres ocasiones para convencer a los jueces de que el nombre del testigo figuraba en la lista de pruebas ofertadas.

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