TESTIMONIO
El precio de la Sangre

<STRONG>TESTIMONIO<BR></STRONG>El precio de la Sangre

El autor recrea en este texto, y en base a testimonios que recogió, los últimos momentos de los héroes que  descabezaron la tiranía de Trujillo. En la entrega  anterior se refirió  a los asesinatos, paso a paso, cometidos en la Hacienda María por Ramfis Trujillo y sus cómplices.  Fernando Casado  sostiene con este texto que aquí concluye, que es posible establecer el destino final dado a los restos de esos mártires .

“Cuando sacaban a los héroes para matarlos, llegó una guagüita, que no era oficial, con dos oficiales de la aviación, a quien no conozco (sic), pero que Jorge Moreno y Disla sí los conocen, porque ellos hablaron, o mejor dicho, llamaron a esos oficiales por los nombres de Careto y Collado. Jorge Moreno y Disla dieron orden a esos oficiales para que se llevaran los cadáveres de los héroes, de manera que ellos son los que saben lo que hicieron con ellos”.  

¿Dónde están los cadáveres de los Héroes? Actores hay quienes viven aún. Deben hablar sin temores. La vorágine del trujillismo arrastró y comprometió hacia el crimen a muchas vocaciones débiles: solo una explicación, jamás una justificación; pero no se trata ya de justicia, sino de rescatar y darle un lugar físico en la Historia a sus despojos, el que merece su estatura de Héroes y Mártires, su sacrificio eterno, el precio impagable de su sangre.

No podemos pasar por alto las informaciones y sugerencias de  César A. Saillant Valverde, partiendo de que está hablando quien fuera “Secretario Particular” de Ramfis Trujillo, testigo vivencial de aquel momento. Actor cercano y sagaz en aquel escenario tambaleante. Conocedor de estilo, simulaciones y destrezas torvas de cuartel, con brillante y experta inteligencia y de primera mano. Nadie puede orientar mejor que él. Narra Saillant:

“El informe, sin embargo, que Sánchez Rubirosa le transmitió a Ramfis aquella mañana, carecía por completo de significado:

-Ya la casa está desocupada, general, yo despaché a todo el mundo y no hay absolutamente nadie-.

–Está bien -le contestó Ramfis-, entonces nos veremos allá esta tarde.

Mi primera idea fue la de que Pirulo le informaba a Ramfis que su casa de Arroyo Hondo la había desocupado, quizás para dejarla vacía. Pero ¿por qué retirar todo el servicio antes  de su salida, sobre todo un servicio que a él no le costaba un centavo porque todos sus sirvientes eran militares? ¿Por qué comunicarle aquel detalle personal a Ramfis? ¿Y a qué tenía Ramfis que ir esa tarde allí, cuando estaba supuesto a partir a mediodía? Este es mi cuarto elemento de juicio:

4º. Ramfis le había ordenado al coronel Sánchez Rubirosa desocupar totalmente una casa para esa tarde. La casa parecía ser la del mismo Sánchez Rubirosa en Arroyo Hondo; pero podría ser otra. Ramfis iría esa tarde a esa casa vacía, con algún propósito.

Sigue conjeturando juiciosamente Saillant:

“Ahora ¿cuál sería la casa que se ordenó desocupar? Todo da a entender que debió ser la misma de Sánchez Rubirosa, un energúmeno que se prestaba a todos los crímenes, un criminal él mismo; su casa de Arroyo Hondo que, por extraña coincidencia, fue y es en la actualidad propiedad del señor Ornes Coiscou, director presente de “El Caribe”. Esto podría averiguarse preguntando al antiguo servicio del coronel Sánchez Rubirosa cuáles fueron sus actividades aquella tarde”.   

Las opciones que argumenta, utilizara Ramfis para desprenderse de los cadáveres, son manejadas con inteligencia y sentido experto y profesional minucioso: “Es improbable que los hubiesen lanzado al mar…Siendo tantos los cadáveres, trasladarlos para lanzarlos al mar hubiera implicado el uso de más personas y tiempo…” 

“Pudieron haber sido destruidos… Ramfis conducía desde hacía bastante tiempo experimentos para la desintegración de cadáveres. Un médico de su más absoluta confianza (a quien llamaré “C”, que siendo una inicial es más corto y fácil que escribir el nombre completo), había hecho viajes con ese propósito a centros científicos de los Estados Unidos… No es nada raro que en ese sitio, en esa casa vacía, se tuviese un baño con las substancias químicas preparadas ya para desintegrar los cadáveres… Es una teoría, pero tiene su base….”.

“Pudieron haber sido sepultados; esto es lo más probable para mí. Pero ¿dónde?

Saillant, ofrece, y no es casual, la más importante y lógica de todas las tesis sobre el destino final de los Héroes de Hacienda María. Con un barco aguardando la angustia para zarpar hacia el infierno con la historia malvada y la sangre en su sentina, no había tiempo que desperdiciar. La desocupación intempestiva de aquella casa por órdenes expresas de Ramfis, indica que allí estaba determinado de antemano el escenario, aguardando el macabro final:

“A propósito, el coronel Sánchez Rubirosa estaba construyendo una piscina , para cubra obra ya tenía las excavaciones hechas cuando tuvo que huir del país. El hoyo de la piscina se quedó, pues hecho. ¿No habrán sido tiradas allí las víctimas o en cualquier otro lugr cercano?       

Las lágrimas de los héroes han envejecido y las verdades culpables se han ido secando como trapos en el cordel de la historia. Dios ha tenido que ser juez terrenal para darles su merecido castigo a los demonios que empaparon de sangre el destino de esta nación en aquel momento de indefensión. Creo en nuestras Reservas Morales, creo en la gente que históricamente ha salvado y mantenido latente y florecido el corazón del camino hacia el sueño Trinitario. Son los menos, pero siempre han tenido la razón.

Hay  un compromiso Histórico, responsable e ineludible, de búsqueda y encuentro con esos restos.

Hace tiempo que esa “piscina” debió ser rastreada a profundidad, como los personajes, testigos o enterados, debieron haber sido cuestionados, sin animosidad, en beneficio del respeto a nuestros hechos históricos como Nación responsable. La Nación gloriosa por la que han sacrificado sus vidas tantos Mártires, confiados en que un día otros recogerán sus frutos y darán sentido a su ofrenda por una Patria digna. Si no lo hacemos, por cobardía o indiferencia, su sacrificio no tiene sentido. No merecemos hombres de su estatura.

*(La versión de  Fernando Casado está basada en parte   en declaraciones  que en su oportunidad  el ex-agente del SIM  Dante Minervino   ofreció ante un juzgado de instrucción del “Distrito Judicial Nacional” cuando fue investigado. Posteriormente   negó lo testimoniado  en razón de que supuestamente había sido torturado por sus interrogadores.  Descendientes de personas mencionadas por Minervino también lo han refutado.)

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