Tétanos neonatal, un mal evitable

Tétanos neonatal, un mal evitable

Efe Reportajes. El tétanos es una enfermedad no contagiosa muy fácil de prevenir con una simple vacuna, pero cuando ataca a quien no se ha sometido a esa profilaxis los resultados pueden ser letales.

Según UNICEF,  el tétanos provoca la muerte de ciento cuarenta mil bebés y de treinta mil mujeres al año en países en desarrollo.

Las enciclopedias y manuales médicos indican que la bacteria causante del tétanos, la “clostridium tetani”, es de una agresividad extraordinaria que segrega sustancias tóxicas (toxinas) con unos efectos que se hacen enseguida patentes en el sistema nervioso central y en el respiratorio.

Es dos veces y media más frecuente en hombres que en mujeres, incluidos los neonatos y, sin embargo, entre un 20 y un 40 por ciento de los casos de afectados no presentan heridas aparentes.

La toxina que produce esa bacteria causó estragos entre la población mundial hasta bien entrado el siglo XX, ya que penetra en el organismo a través de heridas abiertas y causa la muerte después de una len ta y dolorosa agonía.

Mortal a los tres días. Indican los especialistas médicos que la bacteria del tétanos puede tener un período de incubación de entre 2 y 50 días, pero en los casos más severos  provoca la muerte en sólo 72 horas.

La contaminación por tétanos se produce cuando una herida abierta entra en contacto con el germen patógeno.

 Las más peligrosas son las producidas por hierros herrumbrosos (clavos, cuchillos, anzuelos), o en caminos donde han quedado huellas de herrajes de rumiantes (caballos, vacas, burros), o bien si ha estado en contacto con materia orgánica contaminada (estiércol, excrementos).

A veces no basta con desinfectar la herida, ya que la bacteria suele anidar con gran rapidez en la zona, por lo que los expertos indican que lo más recomendable en esa situación es una inyección de gammaglobulina antitetánica, que es muy eficaz.

Los primeros síntomas del tétanos son rigidez y dolor en las mandíbulas, abdomen y espalda, y dificultad para tragar. Posteriormente a la rigidez le siguen espasmos musculares permanentes, sobre todo de mandíbula y músculos. De ahí que el afectado por la patología presente un falsa sonrisa sardónica, un rictus característico del tétanos, preludio de una muerte inevitable en los casos más graves. Los efectos secundarios más frecuentes del tétanos son la neumonía y las fracturas a consecuencia de los espasmos. Menos frecuentemente son las hemorragias intracerebrales.

En opinión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es “inadmisible» que el tétanos siga provocando entre cien mil y ciento veinte mil muertes de personas adultas al año en todo el orbe, de acuerdo con sus últimas estadísticas. La prevención no es siempre fácil.

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