The Economist afirma situación fiscal se complica

The Economist afirma situación fiscal se complica

La unidad de investigación de The Economist advierte que la situación fiscal del gobierno se está agravando y que podría tomar mucho tiempo que la economía comienza a recuperarse.

A continuación el texto de un informe de The Economist sobre la situación económica social y política del país:

La campaña para las elecciones presidenciales de mayo de 2004 empezó oficialmente, para la cual los principales partidos de oposición ya registraron a sus candidatos. Sin embargo, la lucha interna ha arrojado al partido del presidente Hipólito Mejía en un desorden, y pudiera presentar candidatos múltiples el día de la votación. Esta situación se añade a la incertidumbre política y hace surgir dudas sobre las perspectivas de recuperación de la grave crisis económica.

En 2002, los partidarios del señor Mejía del partido de gobierno (Partido Revolucionario Dominicano) en el congreso se apresuraron con una enmienda constitucional para permitir la reelección presidencial consecutiva, algo cuya eliminación el mismo partido había votado durante el período de su predecesor, Leonel Fernández. Los opositores a la reelección dentro del PRD denunciaron al presidente por buscar otro período en el cargo, puesto que antes había prometido no hacerlo. Entonces, el partido se fragmentó en varias facciones, y al menos otros cuatro miembros surgieron para aspirar por la nominación presidencial del PRD.

En diciembre, una facción sostuvo una convención de nominación y eligió al presidente del partido, Hatuey Decamps, como candidato. Sin embargo, esa convención fue invalidada posteriormente por la Junta Central Electoral. El 18 de enero, los que apoyan al señor Mejía tuvieron otra convención, pero los tres rivales restantes del presidente se retiraron del evento, alegando que el fraude era inevitable. El titular compitió contra un único recién llegado político y ganó el voto con facilidad.

El PRD está intentando ahora aprobar una ley nueva, la ley de Lemas, que reformaría la ley electoral permitiendo a un partido presentar hasta cinco candidatos a unas elecciones. (El que más votos alcance de un partido se llevará los votos de todos los demás contendientes. ) La medida se ve como un esfuerzo de último recurso para evitar la ruptura formal del PRD, pero ha sido criticada por los grupos de la sociedad civil, partidos de oposición y hasta jueces en la junta electoral. La controvertida ley también está confundiendo la escena política a menos de cinco meses de las elecciones y agravando de manera sustancial el descontento político. El 15 de enero, 5,000 personas protestaron fuera del Congreso Nacional de RD contra la ley propuesta.

Mientras tanto, ni el señor Mejía ni otros candidatos del PRD tienen posibilidades claras de surgir victorioso el 16 de mayo. El puntero es el señor Fernández (presidente durante 1966-2000) del centro izquierdista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) De acuerdo con las encuestas más recientes, obtendría más de 50% de la votación. Otro rival, Eduardo Estrella, del conservador partido Reformista Social Cristiano (PRSC) está a la zaga. Pero aún así, el PRSC, tercer partido, pudiera ser importante como aliado potencial.

[b]CONTINÚA BAJA ECONÓMICA[/b]

Los problemas internos del PRD y las maniobras políticas están desviando parte de la atención del gobierno de la crítica crisis económica que aflige al país. A pesar de la re-negociación de un acuerdo con el FMI en diciembre (acordado inicialmente en agosto, pero suspendido en octubre), la situación todavía no mejora. El año pasado, la economía se contrajo pro primera vez desde 1991. La inflación alcanzó el 40%, el nivel más alto en una década, mientras que el peso perdió la mitad de su valor (después de haber perdido un tercio en 2002). Al inicio de este año, la moneda se mantiene bajo fuertes presiones, las cuentas fiscales son precarias y no hay señales todavía de una recuperación en el crecimiento general.

Las preocupaciones por la reelección, unida a la decisión del gobierno (a instancias del FMI) de para la intervención para levantar la moneda, hicieron que el peso se desplomara a una nueva baja de RD$50:US$1 el 16 de enero. En estos momentos, ronda los RD$48-RD$49 por dólar, pero probablemente se deteriore más, en la medida que se aproximan las elecciones. Las autoridades ya han advertido que un dólar más expansivo podría obligarlos a limitar las importaciones de petróleo crudo y a racionar las entregas de gasolina localmente.

El peso devaluado, además de una baja económica disparada en parte por el derrumbe en abril pasado de uno de los mayores bancos del país, Baninter, ha fomentado un extendido descontento social. Se produjeron varias manifestaciones el año pasado y seis personas murieron durante una huelga contra el gobierno en noviembre pasado.

La situación fiscal del gobierno también está empeorando. Como prueba de esto, tiene atrasos con muchos suplidores, incluyendo los que suministran al programa de desayuno de las escuelas públicas. De igual forma, un programa de bienestar social de alto nivel del gobierno que paga un estipendio a 100,000 madres que tienen sus hijos en las escuelas públicas ha fracasado.

[b]LEY SOBRE EL RIESGO FINANCIERO[/b]

En diciembre, el FMI acordó reinstalar el programa de préstamos suspendido en octubre (después que el gobierno asumió deuda adicional para re-comprar dos distribuidoras de electricidad privatizadas anteriormente). Sin embargo, no ha habido emisión de fondos de la disponibilidad de crédito de US$600 millones. El desembolso dependerá de la aprobación pendiente de un proyecto de ley sobre el riesgo financiero por la Cámara Baja, ya aprobado por el Senado. Esto pudiera producirse dentro de pocos días.

Sin embargo, con las elecciones cerca, el señor Mejía pudiera estar reacio a dar algunos pasos más que se requieren para estabilizar la economía y mantener el apoyo del FMI. El acuerdo pide políticas monetarias más estrictas para controlar la inflación y un ajuste fiscal para compensar un alza en los costos del pago de la deuda pública. En el corto plazo, el ajuste fiscal se debe alcanzar mediante la limitación del gasto y el aumento de varios impuestos. En el plazo medio, el programa contempla un rigurosa reforma del sistema tributario y el gasto público, y la privatización como los medios que aseguren la sostenibilidad de la dinámica de la deuda pública, después de duplicar la relación deuda/PIB hasta cerca de 50% en 2003.

Recientemente, los funcionarios ajustaron la política monetaria y el Congreso aprobó los nuevos impuestos, incluyendo un gravamen de 2% e las importaciones, 5% a las exportaciones y un impuesto de salida en los aeropuertos de US$20. Pero el gobierno pudiera resistirse a nuevas restricciones al gasto, en especial, a las demandas por reducir la excesiva fuerza laboral del sector público. En realidad, la falta de control del gasto y el gran incremento en la nómina del gobierno desde que asumió el cargo en 2000 han sido factores claves en el deterioro de las finanzas públicas y la pérdida de confianza en el gobierno.

Como resultado, el gobierno pudiera verse presionado para cumplir la meta del sector público consolidado de un déficit de 2.5% del PIB en 2004. Si esto provoca que el FMI retire su respaldo, la crisis económica pudiera profundizarse. La pérdida de la ayuda pudiera resultar en una renovada espiral de depreciación de la moneda e inflación, y pudiera desatar un incumplimiento en el

pago de la deuda.

[b]TIEMPOS DIFÍCILES PARA EL PRÓXIMO PRESIDENTE[/b]

La inquietud, tanto económica como social, es probable que se mantenga hasta bien avanzado este año. Es probable que se produzcan nuevas manifestaciones antes de las elecciones de mayo. Estas protestas enviarían un mensaje al gobierno saliente, así como una advertencia al que le siga. El próximo presidente que asuma el cargo en agosto de 2004 batallará de inmediato con las demandas en conflicto de los ciudadanos dominicanos -incluyendo los miembros del partido que esperan empleos en el nuevo gobierno- y los del FMI. Esto hará muy duros los primeros meses del nuevo gobierno.

Es poco probable una recuperación económica a corto plazo. La EIU espera una nueva contracción del PIB de 1% en 2004, después de un descenso estimado de 1.2% el año pasado, en la medida que la inflación desgasta el poder adquisitivo real, y las altas tasas de interés y la baja confianza limitan la inversión. Si el nuevo gobierno logra restablecer la confianza, estaría en perspectiva un modesto crecimiento económico en el 2005. Pero esto dependerá de una mayor disciplina fiscal y el continuo apoyo del FMI, ninguno de los cuales

Puede darse por seguro. Si estos ingredientes no están presentes, y particularmente, si las protestas populares aumentan, República Dominicana podría estar en camino de un período más largo de resultados económicos negativos y el incremento de las tensiones sociales.

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