The Matrix

<p>The Matrix</p>

LEO BEATO
Creemos que la realidad es la que percibimos con los ojos. Sin embargo, es a través del cerebro que percibimos llamando “real” a lo que vemos. Los ojos lo único que hacen es transformar la luz en signos eléctricos que la corteza cerebral decodifica e interpreta.

Por ejemplo, una masa de moléculas que, bajo un microscópico electrónico parece un panal de abejas, el cerebro lo interpreta como un objeto sólido y le llama mesa. De hecho, la luz que percibimos no es mas que un 0.005% de la energía que existe en el universo.

Dependiendo de la vibración de ésta el cerebro la decodifica y le da un nombre de un objeto (silla, espejo, piedra, almendra, etc.) creando así nuestra “realidad”. Sin embargo, todo proceso de percepción no es más que una ilusión óptica, un holograma integral tridimensional (altura, anchura, fondo), un punto de referencia quántico al que aceptamos como “real”. La corteza cerebral, a través de los cinco sentidos, recibe los estímulos del exterior, los reduce a impulsos eléctricos y los interpreta de acuerdo a patrones establecidos de antemano y con los cuales todos parecemos estar de acuerdo. El que no lo está puede ser considerado “esquizofrénico”. De ahí que, como decía el profesor Juan Bosch, “una cosa es la que se ve y otra muy distinta es la que no se ve y siempre esta última es mucho más grande que la primera”. De ahí también que existan muchas “realidades” distintas en una misma familia, en un mismo partido y en un mismo pueblo.

Todo es relativo, tal como indicaba Albert Einstein cuando elaboró su teoría de la relatividad dependiendo de la velocidad de cada vibración (E=MC2). La materia no es más que energía multiplicada al cuadrado por la velocidad en que ésta vibra. Percibimos lo que pensamos que vemos. La nuestra es una realidad holográfica, una proyección tridimensional, como si se tratara de una película en una pantalla con la diferencia que creemos que lo que se proyecta en la pantalla tiene vida propia fuera del proyector cuando, de hecho, no es mas que su proyección. La película es lo que podríamos llamar The Matrix (el punto de referencia central, el software del CPU que es el cerebro humano, el sueño, la irrealidad haciéndose pasar por “real”). Todo nuestro universo físico es un inmenso conglomerado de vibraciones entrecruzadas girando en diferentes coordinadas a diferentes grados de velocidad y de pulsaciones que se interceptan unas a las otras creando en nosotros la ilusión de que son sólidas y que existen por si mismas. Un gato, cuyos ojos tienen mucho más acceso al espectro de la luz, tiene muchísimo más capacidad visual que un ser humano. Lo mismo que un perro en lo referente a las vibraciones acústicas. De ahí que los animales perciban lo que nosotros parecemos incapaces de ver, de oír, de oler, de percibir. De ahí también que vivamos inmersos en una especie de hipnosis colectiva masiva como zombis ambulantes programados selectivamente de antemano. Percibimos solamente lo que creemos “ver” o lo que los “entrenadores” del experimento (The Matrix) quieren que veamos. De ahí lo peligroso de la televisión porque se puede convertir en un arma de doble filo dependiendo de quién o de quiénes tengan control sobre ella. Tele (distancia) visión (proyección programada).

Una proyección programada dirigida a distancia. Los diseñadores de las percepciones, como los publicistas a sueldo y los manipuladores de las imágenes (los políticos) son los que controlan a los zombis. Les mueven y les cambian las marionetas a voluntad.

Pensamos que votamos por un candidato específico y en realidad no existe tal cosa porque a nivel subconsciente los dueños ya nos han programado a votar por uno determinado que nos han vendido subliminalmente. Controlan el capital, las percepciones y las imágenes y también controlan a los zombis. Siempre terminamos votando por el candidato mejor vendido por los medios de comunicación creándonos nuevos paradigmas (modelos de percepción) si no es que antes ya nos han metido gato por liebre con eso de las máquinas electrónicas que sutilmente se dañan o terminan contando mas votos que votantes en los lugares menos pensados. Esa parece ser la nueva táctica que ha destrozado lo poquito que quedaba de otra percepción muy relativa: la democracia. Decía Albert Einstein: “No percibimos la realidad tal como ésta es sino que la percibimos como creemos que es”. El átomo (núcleo, protones, electrones) es la unidad menos sólida de todas las que existe. Entre el núcleo y un electrón existe mas espacio relativamente que entre un elefante y un ratón. Vivimos un sueño colectivo al que Pedro Calderón de la Barca llamó “frenesí” y que se puede fácilmente convertir en una gran pesadilla como la que estamos viviendo hoy día con la guerra de Irak. Los físicos quánticos lo describen como miles de trillones de combinaciones de pulsaciones dentro de una misma corriente energética. ¿En cuál te encuentras tu?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas