THE NEW YORK TIMES
La votación está bien, el veredicto no

THE NEW YORK TIMES <BR>La votación está bien, el veredicto no

POR SCOTT SHANE
Multitudes atestaron las nevadas plazas centrales de Kiev toda la semana, cantando, gritando consignas y congelándose por la democracia ucraniana. Su protesta contra una elección presidencial que observadores estadounidenses y europeos llamaron flagrantemente fraudulenta evocó una sensación de deja vu y ofreció un recordatorio de la dificultad de crear democracia donde nunca ha existido.

Entre 1987 y 1991, esas manifestaciones tuvieron lugar en ciudades en todo el bloque soviético, mientras Rusia se libraba del régimen del Partido Comunista y otras repúblicas afirmaban su independencia. En el otoño de 1991, mientras una multitud derribaba la estatua de Felix Dzerzhinsky, fundador de la policía secreta soviética, frente al cuartel de la KGB en Moscú, parecía que no habría retorno.

Trece años después, el líder elegido de Rusia, Vladimir V. Putin, es un hombre de carrera de la KGB que gradualmente ha reimpuesto el control estatal sobre los medios noticiosos, usado un sistema legal dócil para llevar a rivales políticos al exilio o a prisión y usado ataques terroristas como pretexto para centralizar el poder en Moscú. Para los estadounidenses, que tienden a ver las elecciones como la respuesta a todas las cuestiones políticas, el hecho más inquietante sobre Putin pudiera ser que sigue siendo abrumadoramente popular.

Por ello quizá no sea sorprendente que Putin, a través de un portavoz, declarara la elección presidencial ucraniana «abierta y honesta». Como el seleccionado de Putin, el Primer Ministro Viktor Yanukovich, tuvo una ventaja sobre el héroe de los manifestantes, Viktor Yushchenko, en el dudoso recuento oficial de los votos, el líder ruso envió un mensaje de felicitación: «Ahora se han creado las condiciones más favorables para que la asociación estratégica ruso-ucraniana entre en un nuevo nivel de buena calidad».

El secretario de Estado Colin Powell ofreció otra opinión. «No podemos aceptar este resultado como legítimo porque no satisface los estándares internacionales y porque no ha habido una investigación de los numerosos y creíbles informes de fraude y abuso», dijo en una conferencia de prensa.

El estancamiento tuvo una cualidad de Guerra Fría, mientras Estados Unidos y Rusia forcejeaban sobre esferas de influencia y principios políticos. Yanukovich ha puesto en claro que daría la bienvenida a la influencia rusa sobre las repúblicas ex soviéticas que los rusos llaman «el extranjero cercano». Su rival, Yushchenko, ha puesto en claro que acercaría a su nación de 48 millonesd de habitantes a la OTAN y Occidente.

Cultivar la democracia en suelo hecho árido por un régimen tiránico, ya sea en Rusia, Ucrania, Afganistán u Oriente Medio, es una empresa complicada. Derribar una estatua de un policía secreto o de Saddam Hussein no erradicará por sí solo a una cultura política autoritaria. Pero la disposición de muchos miles de ciudadanos a protestar, y la decisión del Tribunal Supremo ucraniano de bloquear temporalmente la toma de poder de Yanukovich, demostraron que Ucrania se ha alejado mucho de sus hábitos soviéticos.

PROGRESO PALESTINO: Los palestinos tienen programado ir a las urnas el 9 de enero, e Israel prometió adoptar medidas para facilitar la elección de un presidente palestino, retirando tropas de Cisjordania y la Franja de Gaza y permitiendo a observadores internacionales presenciar la votación. Por un rato pareció que un líder encarcelado de la facción Fatah, Marwan Barghouthi, jugaría un comodín en la elección al hacer campaña por el puesto desde su celda en una cárcel israelí, donde está cumpliendo cinco sentencias. Pero el viernes, funcionarios palestinos dijeron que había aceptado no postularse.

DUDAS IRAQUIES: Líderes musulmanes sunitas iraquíes instaron al postergamiento de la elección, establecida para el 30 de enero, diciendo que un retraso de tres meses les permitiría tratar de convencer a clérigos sunitas de abandonar su amenaza de boicotear la votación. El número de fuerzas de seguridad iraquíes entrenadas parecó quedarse corto de la cantidad necesaria para vigilar 9,000 centros de votación, e incluso el secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld advirtió que la violencia «quizá se intensificaría» conforme se acerque la votación. Pero funcionarios iraquíes dijeron que se reunirían con seguidores a Saddam Hussein fuera de Irak para tratar de convencerlos de unirse al proceso político.

¿RETROCESO DE LA REFORMA DEL ESPIONAJE?: Hablando de democracia imperfecta, en Washington, la desactivación en el Congreso de una propuesta para reorganizar las agencias de espionaje bajo un solo jefe pareció ofrecer una lección sobre la diferencia entre declaraciones políticas públicas y acciones políticas privadas. Pese al apoyo del Presidente George W. Bush y el vicepresidente Dick Cheney y la insistencia de Rumsfeld de que él, también, está de acuerdo, el plan a que exhortó la comisión sobre el 11 de septiembre fracasó. Congresistas conservadores y algunos líderes militares se opusieron a los cambios porque reducirían el control del Pentágono sobre los presupuestos y operaciones de espionaje. Pero Bush prometió convencer al Congreso de intentar de nuevo.

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