Washington, 12 mar (EFE).- Dos prisioneros afganos murieron en diciembre de 2002 a causa de las palizas que recibieron de soldados estadounidenses, según informes del Ejército que revela hoy el diario «The New York Times».

Los dos reclusos fueron encadenados al techo, pateados y golpeados en muchas ocasiones, precisa el periódico.

A raíz de esas muertes, el soldado estadounidense Willie Brand fue acusado de homicidio sin premeditación en una audiencia cerrada celebrada en febrero en el estado de Texas.

Brand reconoció haber golpeado 37 veces a un detenido identificado como Dilawar.

El soldado fue acusado de haber mutilado y asesinado al prisionero en un periodo de cinco días, «destrozándole el tejido muscular de la pierna con patadas… en la rodilla», según los informes citados por el diario.

En esos documentos se recoge el testimonio de un médico que aseguró que las palizas a Dilawar fueron tan fuertes que «aunque hubiese sobrevivido, le tendrían que haber amputado las dos piernas».

Los fallecimientos de Dilawar y de otro prisionero, Mullah Habibullah, ocurrieron en el puesto de control de Bagram, a unos 64 kilómetros al norte de Kabul.

Entre los militares implicados en este caso, hay miembros del mismo batallón de Inteligencia Militar que fue a Irak y del que formaban parte algunos de los soldados de la unidad de interrogatorios en la prisión iraquí de Abu Ghraib.

Esa cárcel fue escenario también de torturas y abusos a prisioneros, que salieron a la luz el año pasado a raíz de la publicación de fotografías muy reveladoras en las que se podía ver claramente el maltrato que sufrían los reclusos por parte de sus guardianes.