THE NEW YORK TIMES Un regreso estratégico de Kerry

THE NEW YORK TIMES Un regreso estratégico de Kerry

POR SHERYL GAY STOLBERG
WASHINGTON.-
Un nuevo viejo rostro apareció en el Capitolio la semana pasada, justo a tiempo para la segunda toma de posesión del Presidente George W. Bush. John Kerry estaba de regreso.

Tuvo un asiento prominente – al frente pero no al centro – en la ceremonia de asunción del jueves, donde sonrió valerosamente cuando la multitud republicana en el National Mall abucheó a su imagen en la pantalla de televisión gigantesca. Antes en la semana, acaparó titulares con su agresivo interrogatorio a Condoleezza Rice, la nominada de Bush para la secretaría de Estado, y su anuncio de que votaría contra ella.

Como una actriz que llegara tarde a los Premios de la Academia, el regreso de Kerry al Senado – dos semanas después de que el nuevo Congreso inició labores – pareció pretender causar sensación, así como hacer frente al delicado problema de cómo reingresar al mismo escenario político que el presidente al que combatió tan duro para derrocar.

El último contendiente presidencial perdedor en regresar a un puesto prominente en Washington fue el senador George McGovern, el demócrata que perdió ante el Presidente Richard M. Nixon en 1972. Presidentes y vicepresidentes derrotados – Jimmy Carter, George Bush padre y Al Gore entre ellos – se retiraron a la vida privada. Bob Dole, el ex senador republicano que perdió ante el Presidente Bill Clinton en 1996, se convirtió en vendedor de Viagra y Pepsi. Michael Dukakis, quien perdió ante Bush padre en 1988, regresó a su puesto de gobernador de Massachusetts y se convirtió en paria en su propio partido.

Ese es un destino que Kerry quiere evitar. Por ello está presentándose de nuevo ante los estadounidenses en una forma calculada para mantener viva su fortuna política.

«En forma extraña, pienso que es inteligente aparecer en la semana en que Bush estaba apareciendo», dijo Steve Jarding, estratega demócrata. «Está haciendo saber a la gente que va a estar frente a Bush en cada paso del camino, y si uno es John Kerry, ahí es exactamente donde quiere estar».

En una época en que el país parece amargamente dividido y los demócratas carecen de un personaje nacional, las acciones de Kerry sugieren que está tratando de establecerse como una especie de presidente sombra, un líder para los casi 58 millones de estadounidenses que votaron por él.

Jarding dice que ve a Kerry «estableciendo un marcador» para otros demócratas, incluida la senadora Hillary Rodham Clinton de Nueva York, quien podría desafiarlo para conseguir la nominación en 2008. Dice que Kerry será el jefe de facto de su partido hasta que alguien lo derribe de esa percha.

Eso hace sentir intranquilos a algunos demócratas; en privado, aún culpan a Kerry por perder la elección y creen que es tiempo de abrir camino a sangre fresca. Los republicanos están complacidos: «Entre más candidatos tengan postulándose y peleando, mejor», dijo Charles Black, estratega con estrechos lazos con la Casa Blanca.

Pero Kerry debe ser cuidadoso. «Puede tratar de ser visible en el escenario nacional, criticando al presidente, y eso podría hacerle lucir bien ante la base demócrata, pero tiene que ser muy cuidadoso de no exagerar, o sólo lucirá como político», dijo Black.

Rara vez un candidato derrotado regresa para ganar la Casa Blanca. Pero Allan J. Lichtman, profesor de historia de la Universidad Americana, señaló que Nixon perdió ante John F. Kennedy en 1960 y regresó para ganar en 1968, en parte al hacer campaña vigorosamente en favor de los republicanos en los años intermedios. «Nixon acumuló agradecimientos pendientes dentro del partido», dijo Lichtman.

Kerry está preparándose para hacer lo mismo. Terminó la campaña de 2004 con 16 millones de dólares que quedaron de su lucha por la nominación, y desde noviembre ha dado un millón de dólares al Comité de Campaña Senatorial Demócrata y 250,000 dólares para apoyar un esfuerzo de reconteo en el estado de Washington, donde la candidata demócrata para la gubernatura, Christine Gregoire, finalmente ganó por 129 votos.

También ha contratado a un estratega demócrata, John Giesser, para crear un comité de acción política que recaude dinero para promover causas y candidatos demócratas. Aún envía correos electrónicos regulares a los 2.7 millones de suscriptores de johnkerry.com. El lunes, planea presentar un anteproyecto de ley para extender los beneficios médicos del gobierno para cubrir a todos los niños, como propuso hacer si era elegido.

«Quiere dar voz a los millones que quieren estar involucrados en la base popular, a quienes les importa profundamente el país, a quienes saben que podemos hacerlo mejor», dijo Giesser, al insistir en que Kerry no está tratando de posicionarse para el 2008. Otros en ambos partidos no están convencidos de ello.

«Significa que sigue motivado», dijo Black, el estratega republicano, del resurgimiento de Kerry. «Por ello es mejor que los Clinton estén observando».

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