No sé dónde leí, que leer de verdad, en profundidad, es activar por asociación las lecturas que uno ha hecho a lo largo de toda la vida, y no puntualmente el texto del momento.
Por eso la tarde que fui invitada a recorrer, en el Centro León la exposición de Théodore Chassériau, el panel que inicia el recorrido visual por la vida del pintor y que reproduce una imagen aparecida hace mucho tiempo en un libro de Bernardo Vega, AImágenes del ayer@ creo que de 1986, sobre la Samaná de 1860, activó esas antenas de la memoria lectora.
Ese grabado muestra cómo era Santa Bárbara de Samaná cincuenta años después del nacimiento del pintor en la zona de El Limón.
El otro detonante de la memoria lectora fue el ensayo titulado: AChassériau, El Limón y Samaná@ escrito por Bernardo Vega Boyrie que sirve de chispazo del recuerdo y que integra el catálogo de la exposición del pintor.
La frase última del ensayo dice ALa bahía y península de Samaná tienen un historial importante, lleno de curiosas anécdotas, pero indudablemente el período entre 1795 y 1819 fue el más interesante de todos, y fue durante esos conflictivos años que nació allí el célebre pintor francés@, engloba no sólo la anécdota sino una historia decisiva para la isla La Española.
La historia del padre del pintor, Benito Chassériau, y su accidentada vida como su incierto final recuerda ese relato detallado de AMujer en traje de batalla@ para los que fueron soldados de Napoleón Bonaparte e integraron La Gran Armada.
Heroicos, arrojados, ladrones, audaces, tunantes, farsantes e impostores, de todo se derrama desde las paredes cuajadas de grabados y dibujos donde aparece la historia visual de un joven pintor, hijo de un francés de La Rochelle y de una mulata nacida en el Limón y exilada por ese gran estallido de esclavos en el Santo Domingo francés.
La madre del pintor, Marie Madelene Couret de la Blagniere, fue una mulata nacida en Samaná en 1791, hija de un próspero terrateniente francés, que después de la revuelta huye a Samaná, invierte en tierras y esclavos y después compra tierras en Santo Domingo.
Entre tanto su futuro yerno, Benito Chaseriau, había sido nombrado secretario general del gobierno del general Leclerc, pero según la cancillería, Ajugó y disipó la caja pública con cerca de 30.000 francos@. Leclerc lo había nombrado para organizar el servicio del tesoro de la colonia pero ante el desfalco, el general Ferrand a cargo de la colonia, lo apresa. Sin embargo y como una gracia acepta el pago para saldar sus deudas que hace el padre de Madelene a cambio de que se case con su hija de catorce años y con la que mantenía relaciones desde tiempo atrás.
En la portada del libro de AMujer en traje de batalla@, Benítez Rojo que siguió en su novela el consejo de Schiller de: ADemorarse con amor@, dice que utilizó todas las técnicasy géneros posibles para que el personaje de Henriette experimente triunfos y fracasos, amores y rupturas, alegrías y tragedias, para irse encontrando a sí misma y conseguir en tanto mujer, desarrollar, no sólo una mentalidad libre de prejuicios sociales y culturales, sino también el control sobre su propio cuerpo@.
Ese mismo consejo parece que sigue la exposición de Théodore Chassériau.
Entre dibujos, grabados y aguadas, esa exposición evoca un momento histórico, la vida de una isla, la imagen de sus actores reales o imaginarios, y así como en la literatura, la exposición gráfica se convierte en ese espejo metafísico del que habló Primo Levi donde se refleja todo aquello que va más allá de lo cotidiano y banal.
El fino dibujo de Marie Madelene Couret de la Blagniere, convoca las páginas de AGeorges@ de Alejandro Dumas, donde aparece en toda su majestad el primer relato sobre la esclavitud escrito por un mulato, hijo de un francés general del ejército napoleónico y una mulata de las islas puesta en venta por el abuelo del escritor y recomprada por el padre.
La figura de la madre mulata hace aparecer ese normando que fue Víctor Hugues y la novela de Alejo Carpentier en AEl siglo de las luces@ desplegando las banderas del Directorio y el edicto que instaura de nuevo la esclavitud en un período de tormentas, lucha y sangre.
Como fantasmas en el trasfondo surgen, la cubana Sofía de AEl Siglo de la luces@, y madame Marisse Polidor, actriz del Teatro Nómade, amiga de Henriette y adorable personaje de AMujer en traje de batalla@ apresada en el horror de la insurrección de esclavos en el Cabo Haitiano que resumen y convocan el fresco femenino de una sociedad prejuiciada y misógina.
De pronto, no sólo los personajes reales de la historia verídica sino los de ficción aparecieron en los muros del Centro León.
Henriette Faber Cavent, primera cirujana militar suiza, apresada y juzgada en Santiago de Cuba por impostora, de la novela de Benítez Rojo AMujer en traje de batalla@ aparece en toda su épica, hablando el lenguaje de la picaresca estudiantil, del romance, del relato de guerra, de la crónica de viaje, del realismo, del naturalismo, de la novela erótica, de la novela jurídica y el relato histórico, y recrea las mil una historias menores que se vivieron en la península de Samaná, casi isla.
Théodore Chassériau nació el 20 de septiembre de 1819 en tiempos de la España Boba, en la localidad de El Limón, cercana a Samaná, en la isla de Santo Domingo, y su obra resume el sentir y el torbellino de una época y su gente.
No sólo fue el hijo de María Magdalena Couret, también oriunda de El Limón y de Bénoit Chassériau, francés que desempeñaba funciones consulares y comerciales en el Caribe. Sino que, hijo de su tiempo revivió y encarnó en el grabado y el dibujo, un tiempo, y unas gentes que trascienden el mero hecho anecdótico y como un relato de Balzac conforman el fresco vivo y tangible de toda una sociedad y sus circunstancias.