Tiempo de Danilo

Tiempo de Danilo

¿Se repite la historia? A semejante pregunta respondía Carlos Marx a mediados del siglo XIX en su 18 Brumario de Luis Bonaparte, de la siguiente manera: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces.

Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”.  En 1986 decíamos que el Partido Revolucionario Dominicano con su forma de comportarse a lo interno, así como con  la de gobernar, estaba resucitando un balaguerismo que creíamos definitivamente sepultado. Fruto de esa división interna y el malestar económico reinante pudo el Dr. Joaquín Balaguer retornar al poder. Es mucho lo que se puede aprender de esa experiencia. También pudiéramos derivar grandes enseñanzas del  traumático proceso convencional del partido blanco celebrado en el 2011.

El Partido de la Liberación Dominicana debe abrir bien los ojos y remover la cerilla de los oídos para que pueda ver y escuchar con atención las quejas y reclamos de ese pueblo que con su voto ha legitimado dos gobiernos morados continuos, esperanzado en que mejorarían las condiciones de vida de todo el conglomerado. Juan Bosch nos repetía que las masas populares no pertenecen a un partido o líder en particular sino que se van con quien mejor logre conducirlas. La gente da muestra de agotamiento y frustración, empieza a mirar alrededor y anda en busca de alternativas ante la amenaza de una asfixia económica y social. Hay mucho descontento y estrecheces en el seno de cientos de miles de familias humildes. Esa gente quiere cambio, no está conforme con la situación reinante.

Danilo Medina haciendo gala del buen estratega  que sin duda lo es, se vistió  con la paciencia de Job y con mucha inteligencia supo esperar el momento oportuno para lanzar tres consignas que de modo exponencial vienen calando profunda y aceleradamente en el alma de los distintos segmentos que componen la sociedad dominicana. Su planteamiento se resume en: Corregir lo que está mal; Hacer lo que nunca se hizo y Continuar lo que está bien. En esas tres frases se recogen los anhelos de millones de personas que están dentro y fuera del PLD.

Sin duda alguna que hoy día en Danilo se conjugan los anhelos de quienes deseamos ver cristalizado el propósito fundamental que llevó a Juan Bosch a fundar el partido morado: completar la obra de Juan Pablo Duarte. Si en lo inmediato empezamos a enderezar entuertos y damos señales de gobernar pensando más en los desposeídos que ahora carecen de servicios básicos con calidad y le diligenciamos ingresos que les permitan vivir con decencia, al tiempo de ofertarles  garantía de que puedan andar por esos caminos de Dios sin el temor de ser asaltados o asesinados.  Es así como el pueblo volverá a enamorarse de nosotros y legitimará a Danilo como presidente de todas y todos los dominicanos para bien de la nación entera.  Es nuestra  última oportunidad de seguir gobernando. De lo contrario empecemos a ensayar los llantos de Jeremías.

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