Tiempo de esperanza

Tiempo de esperanza

Telésforo A. Isaac
Para el mundo cultural, social, cristiano-religioso, la época pre-navideña es tiempo de esperanza. La razón de esperanza  en este tiempo se origina en el pasado lejano cuando los paganos celebraban el solsticio de invierno, el 22 de diciembre, que es la noche más larga del año y que es seguido por el renacimiento, la renovación o victoria del sol, el gran astro que da luz al mundo.

En el siglo VI, D.C. la Iglesia Cristiana del occidente,  fomentó y estableció la celebración del nacimiento del  profeta nazareno, el 25 de diciembre, para desplazar la vieja observación pagana, y así enaltecer la figura del que es la verdadera «luz del mundo»: Jesús el Cristo.

Los cristianos han designado esta época en el calendario litúrgico como Adviento. El Adviento tiene dos enfoques. Primero, se hace memoria de las profecías y las expectativas del pueblo hebreo de la venida de un rey y salvador. Esto se cumplió con la venida de Jesús Nazareno. Segundo, hoy  los cristianos esperan la segunda venida del Cristo y mantienen la esperanza de su retorno para juzgar a los pueblos y a todos en general.  Con su retorno se espera que se establecerá como soberano y señor del mundo.

La esperanza de los cristianos y de los seres de buena voluntad no puede extinguirse, ni mancharse, ni marchitarse, por eso la época pre-navideña y la celebración de nacimiento del Salvador es tiempo de esperanza.

Es cierto que el mundo está convulsionado. Hay muchas mentes perturbadas, hay innumerables corazones angustiados, hay guerras, brotes epidémicos, corrupción moral, carencia económica, intolerancia, opresión, degradación, empobrecimiento material y espiritual, desprecio, humillación y prejuicio de muchos.

A pesar de todos estos males arriba mencionados,  anualmente se aviva la esperanza, se reanima la ilusión y los buenos deseos florecen, manifestándose con las preparaciones de Adviento y las contagiosas celebraciones de la fiesta del nacimiento del Salvador.

Entramos de lleno en lo que viene a ser observación navideña, cuando se ven las ofertas comerciales, decoraciones en las casas y calles, expectativa de dar y recibir regalías, anhelo de intercambiar felicitaciones, agrado de encontrarse con amigos y familiares, en fiestas de confraternidad, para gozar y estar alegre, pues. ¡Es tiempo de esperanza!

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