Las relaciones de pareja son muy complejas, pero si esta pareja está conformada por padres que trabajan, es aún más difícil de sobrellevar. Aunque en muchos de los casos exista amor, no siempre es suficiente para mantener la cohesión de una pareja.

Largas jornadas de trabajo, noches en vela, siete días a la semana sin descanso… Esta podría ser la agenda de cualquier matrimonio con hijos. Y si le sumamos las ajetreadas tareas típicas de estas fechas, la vida social, ese vínculo de esposos y el tiempo de asueto parecen esfumarse en el preciso momento en que tu hijo llegó al mundo.

Desde luego que la paternidad puede suponer, si no el mayor, sí uno de los cambios más drásticos de tu vida; pero esto no significa necesariamente que debas renunciar a tu tiempo libre y menos a tu tiempo “de pareja”.

Ser padre es una experiencia hermosa, pero agotadora; para esta se debe adoptar un nuevo rol y asumir muchas responsabilidades que consumirán la mayor parte de tus horas. Pero tanto tú como tu pareja necesitan tiempo libre y deben entender que disponer de él no es un lujo sino una necesidad. Y encontrarlo es solo cuestión de organización.

En los primeros meses de vida, la dedicación y el tiempo que requieren los bebés son muy exigentes, y cuando ya los niños son más grandes, demandan mayor atención, de manera que, si por los hijos nos llevamos, apenas nos quedaría tiempo para comer y bañarnos. Lo que significa que el cuidado de los hijos no se puede transformar en el único motivo de nuestras vidas. 

Es conveniente velar porque se creen o se mantengan ciertos hábitos como pareja: comer, ver televisión, o dormirse juntos. Pero para esto es primordial establecer las reglas del hogar con los hijos, su tiempo de jugar, así como la hora de bañarse, cenar y acostarse a dormir; ya que solo de esta manera se podría sacar un tiempo al final del día para estar tranquilos, solos el uno para el otro, y poder conversar, y dedicarse atención sin distracciones.

Es vital sacar ese tiempo juntos, porque contribuirá a crear una imagen de normalidad como pareja y en la medida de lo posible se debe tratar de desconectar y que las conversaciones no giren siempre en torno a los niños. Aprovecha al máximo el tiempo en casa con tu pareja, y en ocasiones, aunque te parezca extraño, planifica una cita para estar a solas, si intentas que sea algo espontáneo, siempre te parecerá que no tienes tiempo o decidirás que el hijo es más importante. Dedica un tiempo, al menos un día al mes, a salir y compartir los dos solos sin interrupciones.

A pesar de los límites de tiempo, del agobio laboral, o del cansancio general, siempre recuerda que para mantener la chispa viva en tu matrimonio, y sentirse plenos como hombre/mujer emocionalmente vinculados, hay que hacer especial e interesante el tiempo que compartan juntos, pues de ésta manera alejarán la monotonía, el aburrimiento y en cambio reforzarán el lazo que los une aumentando el abanico de posibilidades de tener unos hijos felices en un hogar donde reine el amor y la armonía.