“¿Cómo entra la luz en una persona? Si la puerta del amor está abierta”.
Paulo Coelho
Los cabalistas dicen: “La Luz que está disponible hoy, debe usarse hoy”. Cualquier cosa que llega a tu vida viene con propósito. Hay un motivo (o varios) para todo lo que has experimentado. Todo lo que se presenta viene siempre por la misma razón: revelarte tanta Luz como sea posible. En este sentido, jamás pierdes nada.
La función de la luz es ayudarte a alcanzar la plenitud del amor. Todos hemos sentido la “pérdida” de cosas, momentos o relaciones importantes: un miembro de la familia a quien nunca le expresamos nuestro amor, una pareja con quien acabamos la relación de una manera amarga, una amistad que se desvaneció sin causas aparentes, un trabajo que una vez tuvimos, o una situación que no vivimos con gratitud.
Cuando las personas vienen a consulta para que les acompañe a mirar lo que han perdido, suelo ver un común denominador para el menoscabo sufrido: no han usado la luz que estaba disponible para su mayor bien. Lo que realmente pierdes no es una pareja, trabajo o amistad. Pierdes la oportunidad de revelar Luz.
Osho decía que si es en contra de tu voluntad, incluso en el paraíso estarás en el infierno. Pero si sigues el curso natural de tu ser, incluso en el infierno estarás en el paraíso, ya que el paraíso es donde tu ser real florece y el infierno es donde te es impuesta otra cosa.
Cada evento que ocurre es un paso para regresarte al amor. Si usas la Luz que está disponible en la realidad que se presenta, podrás sentir que el amor te sostiene y te nutre más allá de tu aparente pérdida. En una ocasión fui a dar el pésame a una amiga. Su única hija de quince años se había suicidado. El debate interior de cómo mostrarle que comprendía su dolor, me hacía sufrir.
Cuando finalmente tuve valor y fui a la funeraria, su calidez, su abrazo y su sonrisa me sostuvieron. Claro que sentía la partida de su hija, pero ella estaba enfocada en los años que la tuvo como un regalo. Daba gracias por haber sido madre, por poder entregar su amor y cuidado a alguien de un modo tan especial. No veía la pérdida sino la ganancia. Para ella el vaso estaba medio lleno.
Las bendiciones del Creador son nuevas cada día. Cada evento trae a tu vida una cierta cantidad de Luz, que viene con una fecha de caducidad espiritual. En ocasiones, la luz está disponible para un momento preciso o una persona precisa, y si lo desaprovechas no hay otra oportunidad.
La Luz que recibes para que la uses hoy, no puede acumularse para usarla mañana. Las cosas no funcionan así en la dimensión espiritual. No existen “congeladores” espirituales para guardar la Luz y usarlas cuando se te antoje El mañana viene con un nuevo paquete de Luz para ser usado. El pan que Dios brinda siempre es fresco.
Actualmente, la principal tarea humana es aumentar el contenedor de Luz, para recibir mayores bendiciones cada día. Tal vez, estés pensando que no es justo que sea de este modo. Ese pensamiento viene del ego. El pensamiento recto es reconocer que tú participas de todo lo que te ocurre.
Jorge Luis Borges dice: «El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego». ¿Qué situación vives que no reconoces? ¿Qué te gustaría cambiar? ¿Te gustaría que el tiempo pasara rápido, para no sentir lo que vives hoy?
No desaproveches tu tiempo queriendo que lo que es no sea. Mejor utiliza la oportunidad que te brinda la Luz, para relacionarte con el amor de un mejor modo. Bertold Brecht dijo: “No aceptes lo habitual como una cosa natural, pues en tiempos de confusión organizada, de arbitrariedad consciente, de humanidad deshumanizada, nada debe ser natural, nada debe ser imposible de cambiar”.
El amor todo lo mira bueno. Al mirar lo que te ocurre desde el amor, tienes el chance de transformarlo.