Tiempo de Vivir. Pelea en la escuela

Tiempo de Vivir. Pelea en la escuela

La inteligencia emocional es demasiado importante para ser obviada en la educación. Con pena vi la pasada semana un vídeo de un joven agrediendo a una adolescente en el aula de una escuela.
Sólo sé que él era mayor de edad y ella tenía quince años… Por todo lado, una barbaridad. Si además incluimos a los que no hicieron nada por evitar la pelea estamos en una situación muy compleja.
Cuando era muchacho recuerdo que teníamos peleas en el barrio y en el colegio. No recuerdo alguna de géneros diferentes, pero sí había niñas que se enfrascaban entre ellas en tiraderas de cabellos… por no decirlo en el argot de mis paisanos.
El primer golpe que se ve en el vídeo lo dio el hombre. ¿Quién provocó el inicio? en realidad no lo sé. Lo importante para mí es ver dónde se rompe la cadena.
Algunos compañeros intervinieron y lograron separarlos. Quizá con algo de miedo a la represalia del león, pero protegieron a la joven como pudieron. La historia siguió en los medios y la justicia.
Veo como algunos muestran sin tapujos en las redes su inteligencia emocional. La cadena no se rompió, las reacciones emocionales siguen y la agresión se va agrandando.
Tenemos a los indignados que lamentan el hecho; a los que quieren justicia; también un grupo que quiere venganza. Para mi suerte, no vi a nadie apoyando al agresor.
Cuando reaccionamos con agresiones o pidiendo las mismas estamos siguiendo la cadena. No es físico el golpe sino sicológico.
Personas jóvenes tienden a reaccionar físicamente. Baja autoestima, es la principal causa. Se comenten errores y se pueden pagar muy caros.
Creo que todos debemos buscar una sociedad más inteligente emocionalmente. Tratar de ayudar a los que comenten errores emocionales, no es fácil no cometerlos. Sé que la solución no es el simple perdón si no queremos que suceda nuevamente. Sino la ayuda para poder dominar dichas reacciones.
Las cárceles de mi país (y de muchos otros) no son correccionales, más fácil podríamos llamarlas fábricas de delincuentes de alto riesgo.
Me gustaría que al ver algo así pensáramos si podemos tomar una acción para ayudar y no en cómo nos vengamos. La segunda opción no rompe la cadena, sino que la agranda.
¿Se atreve a reconocer la próxima reacción que tenga y convertirla en acción?

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