El esposo de una amiga me contaba la dificultad de tomar decisiones que tenían en conjunto. A pesar de querer algo y estar conscientes de que era lo mejor para todos.
Me pregunto si en verdad tenemos libre albedrío, o hasta qué punto lo tenemos o dejamos de tenerlo. Hablamos mucho de nuestras libertades y parecería que solo los valores morales deberían limitar nuestra naturaleza. ¿Qué pasa con nuestra programación?
Desde pequeños nos enfrentamos a múltiples situaciones que nos van formando como somos. Llega el momento que no tenemos que pensar nuestras decisiones, simplemente lo hacemos de la manera que fuimos moldeados.
Veamos algunos influenciadores:
1. Quién nos cría: Sabiamente nos van diciendo lo que tenemos que hacer y hasta cómo hacerlo. No hay decisión importante que no sea consultada con ellos, activa o pasivamente. O preguntamos o nos preguntamos cómo lo harían.
2. Los educadores: Somos un reflejo de tantos años de influencia de las escuelas y demás centros educativos. Profesores y compañeros nos limitaron de tantas maneras.
3. Jefes y compañeros de trabajo: ¿Hacer o no hacer? Ahí la cuestión. No sabemos si tomar innovar o no. Dependiendo de quién nos tocó como guía podemos haber tenido experiencias constructivas o destructivas.
Veamos si en verdad tomamos decisiones según nuestro parecer y según lo que debemos hacer:
En cualquier situación nos entran dudas al momento de accionar. ¿Qué dirán en la familia? Ya sea de la manera de vestir a nuestros hijos, cómo los nutrimos, sus modales, etc. Muchos temen a las inminentes críticas familiares. ¿Escondemos algo o nos escondemos totalmente? La presión familiar tiende ser el mayor factor de autocensura. No es que nos están diciendo qué hacer, es que nos lo han dicho tanto… de manera directa y con sus reacciones, principalmente los reproches.
Uno de los mayores ladrones de libre albedrío es esa frase contundente: “Te lo dije”. La próxima vez que algo nos digan vamos a pensarlo mil veces antes de tomar una decisión propia. ¿Quizá es mejor evitar el reproche y hacer lo que los demás quieren que hagamos?
Algo que no me gusta es repetir el comportamiento que odio con los demás. Limitar el libre albedrío de otros es continuar la práctica que tanto nos limita.
¿Se atreve a tomar alguna decisión a pesar de lo que otros le puedan decir?