Tiempo para examinar la condición del alma

Tiempo para examinar la condición del alma

Por TELÉSFORO ISAAC
La Semana Santa comienza el día que conocemos como Domingo de Ramos, de Palmas o de Pasión. Durante esta semana se conmemoran los últimos y grandes acontecimientos de la vida, pasión, crucifixión y resurrección de Jesús el Cristo.

Este tiempo que llamamos Semana Santa o Semana Mayor es propicio para sopesar y hacer examen de la condición del alma. Hay algo que todos podemos hacer durante este período, no importa quiénes somos, ni cuál es nuestra afiliación eclesial, o nuestra condición de vida. He aquí una reflexión o ejercicio que podemos tomar en cuenta:

Todo ser humano necesita hacer un examen físico periódicamente. De la misma manera los cristianos deben hacer un examen de la condición de su alma para ser desintoxicada de impurezas.

El examen físico corporal lo efectúa un médico con la asistencia de la biotecnología y los diversos aparatos simples o sofisticados que ahora ofrece la alta tecnología.

El examen del alma es más sugestivo, pero no menos escrutado e importante. Se hace mediante el análisis mental, rememorando los pecados contra Dios y contra el prójimo por pensamiento, palabra y hecho. Además, lo que se ha hecho y se ha dejado de hacer. Muchas veces el cristiano de fe y práctica tiene el alma herida. Siente molestias, ansiedades, inquietudes, descorazonamiento, angustia y hasta desesperación. Cuando esto sucede, es necesario hacer un exhaustivo examen del alma.

El sentido de la condición del alma y las razones para la perturbación de la conciencia pueden se múltiples:

– Soberbia espiritual o sea falta de humildad de corazón que hace que sea prepotente.

-Rigidez, pero, sin embargo frágil como cáscara de huevo.

-Modestia falsa.

-Hechos que yacen en el subconsciente.

El malestar llega a causar esterilidad espiritual, dificultad para orar, conflicto interno, tropiezos con el prójimo, desamor y lejanía de Dios. Todo esto y más sin reconocer la razón del deslizamiento que le agobia.

Se necesita tener una conciencia crítica, sensibilidad, sinceridad, discernimiento y fuerza de voluntad para hacer un auto-examen a fin de analizar y determinar el “por qué de esta condición del alma”.

Es saludable saber cuál es el causante de la herida del alma y tratar de curar el corazón y la mente para así purificarse de toda inmundicia y curar la herida.

Cosas y hechos que pueden herir el alma:

• El peso de pecado cometido por pensamiento, palabra u obra.

• Enfermedades degenerativas y/o incurables.

• Desengaños, decepciones.

• Debilidades personales difíciles de controlar.

• Experiencias traumáticas no sublimadas.

• Esperanzas y anhelos no alcanzados.

• Soledad.

• Confusión de la percepción de Dios.

• Fracasos en la vida

• Desempleo

• Ingratitudes

El alma del cristiano debe estar curada de toda herida, limpiada de toda impureza y libre de todo sentimiento traumático o de culpabilidad perturbadora.

¿CÓMO ESTÁ TU ALMA?

¿Cómo desierto seco y estéril?

¿Cómo porosa arena de playa?

¿Cómo lodo de pantano fangoso?

¿Cómo bosque frondoso pero impenetrable?

¿Cómo valle de sombra de muerte?

¿Cómo pestilente pocilga de cerdos?

¿Cómo agitado y tempestuoso mar?

 ¿Cómo la penumbra de un frío día sin sol?

 ¿ESTÁ TU ALMA ASÍ?

¿Cómo jardín matizado de perfumadas flores?

¿Cómo montaña elevada hacia lo alto?

 ¿Cómo el amanecer de un hermoso día?

 ¿Cómo el agua cristalina y refrescante?

¿Cómo el aroma de fragante bálsamo?

¿Cómo la transparencia de un soleado día?

¿Cómo la cara risueña de una niña sin picardía?

¿Cómo la inocencia de un niño sin malicia?

 ¿Cómo águila remontada en alto vuelo?

¿Cómo tierra fértil para cultivar la semilla de la fe?

¿Cómo rayo de luz que disipa la oscuridad?

¿Cómo el Cristo que es la Verdad y la Vida?

Aproveche estos días de recogimiento, asueto y devoción para hacerse este u otro examen de la condición de su alma. Seguro que se sentirá bien.

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