Tiempo para la esperanza

Tiempo para la esperanza

SUCRE VÁSQUEZ
Al comienzo de cada año, crece la flor del optimismo y el surgimiento de voluntades para el cambio y la reafirmación de propósitos. Es tiempo para la ilusión, el optimismo. Bajo todo escenario siempre se tiene un sueño, quizás una quimera, pero aspirar, proyectar con ilusión, optimismo, es la fuerza que motoriza la acción creadora.

El lenguaje universal del éxito es la actitud positiva. Desde los genes, hasta los astros, se mueven en armonía con esa fuerza positiva, de equilibrio, de creación, ante la naturaleza caótica del destino.  La enfermedad, el accidente, el azar, se puede mover en razón favorable cuando se da paso a la fuerza positiva.

Este 2008 que comenzamos es un año crucial, de despegue, a una nueva era de la Humanidad, en razón de que al finalizar la primera década del presente milenio quedarán sentadas las bases para nuevos estilos y formas de vida.

Por ejemplo, la carestía y escasez de combustibles fósiles, como el petróleo, que sólo alcanza para 50 años antes de que se agote, dará paso una nueva modalidad de transporte más racional y sustentable con el ambiente, como es el uso de la bicicleta y los vehículos movilizados con la energía solar. Vienen medios motrices utilizando energía solar, del viento, los océanos y la fuerza nuclear, de la fisión, porque la quema de combustible fósil está en el punto extremo: si se persiste en esa danza, el planeta va a sacudirse, con un cataclismo, que barrerá con la vida como la conocemos.

Por otro lado, el avance científico permitirá, por ejemplo con el empleo de células madres, una vida más prolongada, más fuerte y juvenil, con expectativa superior a los 100 años.

Así, que vestidos de esperanza, preparen sus metas y comencemos a trabajar con miras al futuro, pero con realizaciones diarias. Peldaño a peldaño, con el trabajo, seriedad y constancia, es como se logran las metas soñadas, con la mira puesta en el Omnipotente.

sucrevazquez.com

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