Tiempo para unas vacaciones, señor Presidente…

Tiempo para unas vacaciones,  señor Presidente…

Píndaro está debajo de una mata de coco, a la orilla de una playa, y su pensamiento se va lejos … Entre las matas ve brillar una calva que emerge del mar y que hace tiempo dejó de ser incipiente, para dejar una profunda huella en su última barbería… Es Herminio, que con su toalla seca el sudor que –aunque acaba de darse un chapuzón,- le ataca de nuevo…
“¡Heyyy… Píndaro!… ¿Cómo te va?”… Como si hubiera cogido fuerza con el agua salada, se sigue expresando…. “Desde muy joven -santiaguero lasallista-, aprendí que al cuerpo y al alma hay que darles, de vez en cuando y de cuando en vez, un descanso…Con las vivencias, me he plegado a esa creencia… Gracias a Dios, me he dado cuenta de que el espíritu y lo físico me han respondido porque los he cuidado… Los he respetado… Y, con ello, he respetado a los que me han rodeado y me rodean…”.
“Así es –le interrumpe Píndaro-… “Si tú supieras que he visto, con asombro, cómo el señor Presidente de este país se ha dejado obnubilar por sus cercanos colaboradores y, al mismo tiempo y quizás sin quererlo, ha proyectado una aceptación de lisonjas, sin reparo, creando una imagen de quien parece estar emulando a un nonagenario mandatario que, por muchos años, habló poco y nos gobernó…”.
“Parece que estamos en la misma onda, Píndaro –exclama Herminio-… He estado pegado a los periódicos desde hace unos años y, quizás como analista de mercado que soy, he visto con honda preocupación que se ha ido creando un dominio casi total de las noticias en las primeras páginas de los diarios impresos dedicándolas a un supuesto desacuerdo en lo interno de la organización líder en el país… Hummm… Por otro lado, pareciera también que hay personas que fomentan en el Presidente el interés de dar vigencia a la creencia de que no es bueno cambiar de montura cuando se cruza el río… Mientras esto hacen, siguen actuando desmesuradamente y con fervientes deseos de seguir haciendo lo que les viene en gana”.
“Tengo la firme convicción, de que a él un descanso no le vendría mal –expresa Píndaro-… Es más, repondría aquellas fuerzas que, mientras el hacha va y viene, sólo han sido drenadas por muchos otros cuyos intereses no parecen ser los suyos… Ni los nuestros, por supuesto. Es más, un poco más y, si nos descuidamos, nos mudan a todos originado por su ganado pero innegable agotamiento de imagen…”.
“Dices bien –le interrumpe Herminio-… Él ha estado moviéndose en el helicóptero puesto a su disposición por el Estado, completando unas 253 visitas que han sido bautizadas como ‘sorpresas’, en las que, de 2,027 proyectos, ha logrado completar 1,173 utilizando unos ¡¡¡RD$42,528,107,345.00!!!”… “¿Pero to’eso cuartos han estado ahí?” –le cuestiona Píndaro-… “¡Seguro que si –responde Herminio-… Digo… ¡Creo que el origen de él ha sido, en parte, en base a préstamos que tendrán que ser pagados por nuestros nietos!”.
“No te equivocas Píndaro… –le dice Herminio mirándolo fijamente-… Si logras que alguien se declare ‘extremadamente pobre’, a través de los ‘Sistemas de Pagos de los Subsidios Sociales’ puede recibir una de las cerca de 800 mil tarjetas de solidaridad, para‘comer primero’, ‘tener asistencia escolar’, ‘gas regalado cada mes’, ‘suplemento alimenticio si dices que ya eres viejo y necesitas protección’, unos chelitos para que uno de tus hijos pueda ir a la escuela superior’ y, si tienes un familiar enrolado a chofer de carro público, quizás también podrás recibir unos galoncitos de gas”… “Ahhh –le cuestiona Píndaro-… ¿Y no hay uno para la asignación de unas de esas yipetas con vidrios súper tintados?”.
“¡Cállate, Píndaro! –exclama Herminio, mientras se cambia de ropa quitándose el traje de baño en un vestidor público de la playa-… En la esencia de la verdad de nuestra realidad más que actual –reflexiona en voz baja mientras seca su calva-, está latente el velo de misterio que durante muchos años nos marcó políticamente nuestra juventud… 31 años bajo una mano férrea que, ten por seguro, Píndaro, que no queremos volver a vivir…Quizás, es el momento de pedirle al presidente que, por favor, no copie el ejemplo de otros gobernantes de nuestra esfera histórica latinoamericana que se cubren con una capa ovejuna–supuesta base democrática- para tener a poblaciones subyugadas con el solo pretexto de que se les necesita para sacarlos de la ‘pobreza extrema’…Por el momento, no haga caso a lisonjas cubiertas por disfraces…Antes de que su salud le afecte sin que se dé cuenta, tómese unas vacaciones Sr. Presidente… ¡Usted se las merece!

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