Tiempos de covid-19

Tiempos de covid-19

La esperanza es que las 3 potencias mundiales lleguen a un gran acuerdo

Las investigaciones médicas han logrado avances extraordinarios luego de haber invertido cuantiosos recursos financieros en el desarrollo de variadas terapias anticonceptivas, así como de interrupción temprana del embarazo. Distinto a las otras especies animales y vegetales que se aparean para fertilizarse y reproducirse, el Homo sapiens generalmente copula por placer.

Hemos aprendido a modular la existencia misma, pudiendo vivir más años con mejor calidad. Sin embargo, nadie ha logrado impedir de modo infinito el fenómeno de la muerte. En el pensum escolar brilla por su ausencia la temática del fallecimiento muy a pesar de la gran verdad de que nadie dura para siempre.

Tener la dicha de nacer y crecer con una sana, útil y creativa educación orientada a la convivencia social, bienestar personal y colectivo, sigue siendo meta a lograr para millones de seres humanos que pueblan la tierra.

La pandemia del coronavirus ha llenado de incertidumbre y de temor a mucha gente. Hemos tenido tiempo de sobra para la reflexión sobre lo individual, familiar y colectivo. Al fin nos damos cuenta de que como islas humanas sucumbimos, pero como archipiélago aumentan las probabilidades de surgir victoriosos ante el reto que las circunstancias epidemiológicas nos plantean.

Tratándose de un mal que incumbe a todos los países del mundo, el enfoque debe ser global con adaptación a las particularidades regionales y nacionales.

De inicio el mal golpeó duramente, y aún sigue causando mayor número de bajas en la población de envejecientes, gracias a la vulnerabilidad creciente del sistema inmunológico, el cual naturalmente se debilita con el paso de los años.

A medida que el contagio aumenta así se registra una ampliación en los rangos de edades en que la morbilidad y letalidad avanzan. Ahora vemos a niños y adultos jóvenes afectados por variantes de cepas del coronavirus más agresivas y letales.

La humanidad carcomida por un hedonismo consumidor ha sido sorprendida por una plaga para la cual no estaba advertida, ni preparada.

El freno brusco impuesto por la covid-19 paralizó la maquinaria empresarial y rompió el equilibrio entre productores y clientes. La resultante es una gran catástrofe sanitaria con una hija mayor y muy peligrosa llamada crisis económica.

Este terremoto causado por el obligado abandono temporal de los puestos de trabajo puso a muchas familias a consumir sus exiguos ahorros y lo que es peor, muchos gobiernos se vieron forzados a endeudarse hasta el máximo permitido.

Sobrevivido el factor sorpresa debemos recuperar la calma para planificar exitosamente la salida en la presente coyuntura universal.

Los principales líderes mundiales deberían poner en un aparte las divergencias políticas, con el propósito de hacer converger todas las fuerzas constructivas que nos ayuden a salir de la crisis sanitaria, y, por ende, de la quiebra económica prevaleciente.

La esperanza en ambos hemisferios es que tanto en Oriente como en Occidente las tres potencias mundiales lleguen a un gran acuerdo por la vida.

Es una cruel insensatez pretender incentivar la guerra y promover la desunión en los pueblos, a sabiendas de que solamente la unidad nos puede salvar de la hecatombe. No más guerras fratricidas, cesen las amenazas, los bloqueos y las agresiones.

En paz hemos de salvarnos; los conflictos bélicos, los obstáculos al libre flujo de la asistencia sanitaria y alimentaria entre pueblos hermanos socavan las probabilidades de éxito mancomunado contra el SARS- CoV-2 .

Cooperación y unidad internacional debe ser la consigna de quienes luchamos por la vida.

Es una cruel insensatez pretender incentivar la guerra y promover la desunión en los pueblos

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