VICTOR GULIAS
Con el barril de petróleo coqueteando los 50 dólares, las naciones que no producen el crudo -caso RD- estamos frente a una difícil situación. El país consume unos 128 mil barriles diarios y esas divisas hay que buscarlas de donde sea, pues no podemos paralizar el motor vital que lo mueve todo.
En el plano interno, el enorme déficit que encontraron las autoridades entrantes, tendrá que ser pagado por las clases medias ya populares, con más impuestos, lo que nos forza a preveer un período de tiempos difíciles donde hará falta más paciencia, más comprensión de parte del pueblo, pero mayor control del gasto y real austeridad, de parte del gobierno.
Los sectores poderosos, los empresarios, los ricos, deberán también ofertar su cuota de sacrificio, para no cargárselo todo al sufrido pueblo, a los fines de evitar que de tanto estirar la soga, ésta termine por romperse, dejando a todos con el pie en el estribo, si el potro de la paciencia nacional se desbocara.
Vivimos tiempos difíciles. A pesar de la baja del dólar, los comerciantes no traducen esa baja a sus precios, los apagones castigan duramente, la gente come menos y no tiene ya de dónde sacar para cubrir gastos perentorios, las medicinas andan por las nubes, la invasión de haitianos no cesa y, para colmo, al parecer estamos perdiendo la tradicional paz, seguridad y tranquilidad que nos llenaba de orgullo.
Como si todo eso fuera poco, ahora la naturaleza aporta su parte y nos azota el Huracán Jeanne, dejando devastación y penurias en la Región Este del país y zona Norte, donde gracias al esfuezo combinado de las autoridades municipales y provinciales, el Gobierno y la Iglesia, así como de líderes de la talla de Amable Aristy Castro, se ha podido ir mitigando el patético cuadro de crisis local.
Pero ante semejante cuadro nacional, lejos de sentarnos a contar y llorar nuestros lamentos, más allá de toda dificultad, dejando de lado el interés político partidista y poniendo por encima de todo el interés supremo de la nación, tenemos que unirnos, dar nuestro respaldo al Presidente Leonel Fernández y demandar de su gobierno acción, iniciativas, pulcritud, eficiencia y austeridad total, para poder remontar la crisis.
Ese respaldo, ese apoyo al entrante Jefe del Estado, debe estar desprovisto de mercurialismo y personalismo, pues en estos tiempos difíciles que vivimos sólo podremos salir adelante si el país, como un solo hombre y una sola mujer, marcha, trabaja, lucha, se esfuerza, suda y sufre nucleado a su Estadista.
Un advertencia: Si por mezquindades y sectarismos, si por querer hacer fracasar esta gestión, colocamos las banderas y los colores partidarios por encima del interés del pueblo, si la ceguera política y la corrupción nos desbordan, si no hacemos ahora lo que el crítico momento demanda y la lógica reclama, entonces, lloraremos lágrimas de sangre.
Si por el contrario trabajamos y nos sacrificamos, si deponemos actitudes dañinas, si el gobierno practica la austeridad, la decencia y la competencia, si cada sector aporta su cuota de sacrificio, en el orden de las reales posibilidades y si apelamos a la protección Divina y a la mediación de nuestra Virgen, estamos seguros de que dejaremos atrás estos tiempos difíciles. Adelante, la patria y la historia, aguardan.