)Creyó alguien cierta la visión del fin de la historia? Como en todo período de surgimiento de una civilización, la actualidad es una epopeya sin precedentes, sin héroes mitológicos, pero ninguna más heroica ni con eventos más complejos que obligan a la complementariedad de equipos avanzados, sinérgicos, produciendo lo que así sólo se puede lograr, un nuevo mundo.

Esclarecernos sobre el momento excepcional del que somos testigos y del que podemos ser co-protagonistas importantes, sirve para estimularnos y estabilizarnos ante la depresión y la desmoralización social y personal dinfundidas por quienes insertan el porvenir en el pasado que se arruina.

Las transformaciones producidas por la revolución científico-tecnológica (Tercera Ola) que desmontan los ejes principales y los viejos moldes de la sociedad industrial, establecen una nueva cultura y van liberando al mundo de la sociedad de masas, sustituyéndola por otra constituida por minorías transnacionales y locales que se identifican y articulan entre si por sus intereses, derechos propios, valores, códigos, estética y emociones nuevos. Cada minoría se articula con otras en puntos coincidentes, para conquistar o ampliar espacios, dándonos las pautas de un nuevo poder que brinda al futuro de posibilidades infinitas.

En esas articulaciones y luchas se están configurando la arquitectura, los nuevos sujetos sociales y la historia de la nueva civilización que está desalojando a los residuos de la anterior, la que aun tiene fuerzas para batirse en retirada, cargada de las violencias inherentes a sus contradicciones, más las que debe añadirles para oponerse a los cambios de su rival invencible, la gran revolución.

Dentro del aparente caos, las sucesivas crisis y las colisiones de intereses de tres culturas embistiéndose unas a las otras por conservar o fijar sus fueros en el mismo espacio y tiempo, (los mismos en lo que además pugnan infinitud de intereses particulares) hay que saber posicionarse para actuar políticamente con corrección, asumiendo la identidad de minoría que nos corresponde, para desde esa condición plantearnos las alianzas debidas y las estrategias para institucionalizarnos con los cambios, demarcar conquistas sectoriales e ir definiendo en la práctica los caminos de consolidación política de este proceso y el asunto de su vanguardia, que se vislumbra multisectorial y multinacional.

Estas estrategias también serán válidas para ubicar al Estado como un elemento del conjunto de los que se inscriben en el ideario del futuro, el que bien podría tener por emblemas a una familia joven, imágenes de la NASA, y las computadoras, como signos de un tiempo de esperanzas, de conquistas, de conocimientos e investigación.

Si aceptamos las anteriores premisas, veremos con facilidad que la humanidad no volverá a respirar jamás los aires del despotismo, del totalitarismo, ni de la inquisición, fruto del ejercicio de su nueva mentalidad co-independiente que enmienda con las prácticas sociales nuevas, las teorías del viejo Contrato Social de Rosseau, la ética angelical, igual que la dirección patriarcal o totalitaria, con todos sus contenidos ideológicos y filosóficos.

En tal contexto para hacer política hoy hay que ser político en el más puro sentido deseado por Hannah Arendt que la entendía como un espacio de relación, de pluralidad, libre de prejuicios para que la diversidad aun dentro de sus contradicciones, pudiera convertirse en pactos, tratados y en alianzas productivas convenientes. Entonces, en el apogeo de la Era Industrial y de masas y próximo a la Segunda Guerra Mundial, era imposible esto que hoy con un poco de honesta voluntad, un poco de valentía colectiva y personal y un poco de colaboración solidaria y autoridad moral podemos convertir en realidad y en poder.

En estos elementos básicos se justifica la política que venimos sugiriendo al movimiento social, democrático y de izquierda en el país, de una alianza para la acción política de unidad por objetivo, que involucre a cada minoría en la obra y conducción del proceso local, el que nadie solo puede abarcar sin multiplicar dentro de cada esfuerzo separado, aquello que no nos deja avanzar socialmente en el. Es esta unidad por objetivos, el espacio común de creatividad para iniciativas políticas coherentes con la sinergia del renacimiento civilizatorio más imponente de la historia y con las necesidades sociales perentorias de la actualidad.