¿Tiene futuro el PRSC?

¿Tiene futuro el PRSC?

ALEXANDRA IZQUIERDO
Uno de los avances importantes de nuestra democracia en los últimos 25 años fue la eliminación del bipartidismo, gracias a la existencia de tres agrupaciones políticas cuya participación ha sido determinante para el equilibrio del sistema y la gobernabilidad. Esta particularidad deseable se acentuó con la reforma constitucional de 1994, que estableció la segunda vuelta entre los dos candidatos más votados para el caso en que ninguno de los aspirantes a la presidencia de la República obtuviera la mitad más uno de los votos válidos computados en las elecciones presidenciales, lo que consolidó la existencia del tercer partido y creó un nuevo espacio para las minorías políticas, como se demostró en las últimas elecciones presidenciales.

Las interrogantes sobre la posibilidad de que este esquema sobreviviera a la desaparición de los tres grandes líderes que lo forjaron como cabezas del PRSC, PRD y PLD, comenzaron a despejarse cuando el PLD logró sustituir sin traumas a Juan Bosch por un liderazgo colectivo sustentado en una institucionalidad basada en normas partidarias que todos están comprometidos a respetar y defender.

El PRD no ha completado aún la prueba a que lo ha sometido la prematura muerte de José Francisco Peña Gómez, pero las duras lecciones de la derrota electoral de mayo/2004 ha puesto a esta organización en el camino de una convención renovadora, mostrando que conserva mucha vitalidad, y de la que podría emerger el tiempo de liderazgo colectivo que sostiene al PLD y lo ha llevado por segunda vez a dirigir el país. En los próximos días veremos si los perredeístas despejan los escollos que aún les quedan en el camino.

El mayor reto del momento es para los reformistas, que muy acostumbrados al fuerte liderazgo personal de Joaquín Balaguer, no hemos logrado aún colocar nuestro tren político sobre los rieles que nos lleven a la reconstrucción del partido.

La larga presencia del PRSC en el gobierno con Balaguer a la cabeza le deja una importante herencia política constituida por la suma de una obra de gobierno, un estilo definido de dirigir el país y hacer política y una extendida militancia y presencia en toda la geografía nacional, que incluye varias generaciones de valiosos y experimentados dirigentes con un exitoso historial político.

Los reformistas tenemos ahora la oportunidad de rescatar ese legado y la única forma de hacerlo es reconstruyendo el PRSC, que es el instrumento que puede darle consistencia y conducirnos con éxito en la decisión que tomemos insticionalmente para escoger uno de los dos caminos posibles que tenemos ante nosotros para las próximas jornadas electorales, que son: acudir solos o forjar alianzas con otras fuerzas políticas mayoritarias o minoritarias.

Los pilares sobre los cuales podemos relanzar el PRSC son:

  1. Liderazgo colectivo. Los protagonismos individuales no tienen futuro. Nadie tiene suficiente estatura política, liderazgo y carisma para constituirse por sí sólo en un ente aglutinador.
  2. Disciplina. Es imprescindible aceptar, respetar y defender los principios establecidos en nuestros estatutos, y los mandatos de los organismos de decisión, aunque no estén de acuerdo con nuestros criterios particulares.
  3. Institucionalidad. El liderazgo colectivo sólo es posible si los organismos de decisión son operantes, funcionan y cumplen la misión que les asignan los estatutos.
  4. No exclusión. Ninguno de los sectores, grupos, corrientes o liderazgos tiene suficiente peso político e influencia para dirigir el partido excluyendo a los demás. Las exclusiones nos debilitarán e impedirán que alcancemos la meta.
  5. Transparencia en las actuaciones. Quienes ocupen las posiciones dirigenciales tienen que actuar con absoluta transparencia. Las manipulaciones y conspiraciones no tienen cabida en un proyecto de rescate del reformismo.

Junto con estos cinco pilares es necesario tomar medidas para crear mecanismos operativos que sirvan de base institucional al liderazgo colectivo que se necesita para dirigir el partido.

Necesitamos una Comisión Ejecutiva de 150 miembros en la que estén representados todos los sectores que actúan en el PRSC y todas las regiones. El complemento de la Comisión Ejecutiva, es una Comisión Política igualmente representativa que no pase de 30 miembros, para que pueda ser operativa, reunirse cada semana si fuera preciso y dirigir el día a día del partido siguiendo los lineamientos políticos trazados por la Comisión Ejecutiva.

Junto con esto, como estrategia fundamental, tenemos que desinflar el discurso de la disidencia. Sobre este planteamiento tenemos mucho que decir, pero esto queda para un próximo artículo.

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