¿Tiene sentido creer en el Cristianismo o es sólo
una ilusión?

¿Tiene sentido creer en el Cristianismo o es sólo <BR>una ilusión?

POR CLAUDIA HERNÁNDEZ DE ALBA
James Harvey Johnson del Club de Pensadores, lo dice así: “Las creencias religiosas están en contra del sentido común. No hay ángeles, diablos, infiernos, cielos, espíritus, brujas ni milagros. Estas creencias supersticiosas son promovidas con el propósito de que los ingenuos crean que al pagar dinero a la clase sacerdotal serán favorecidos por uno de los dioses.

No hay nada sobrenatural; nada contrario a la ley natural” la religión es un fraude gigantesco (Religión is a Gigantic Fraud), San Diego, CA). A menudo se acusa al creyente de “asesinar su cerebro” porque cree en la inspiración de la Biblia, los milagros y la resurrección de Jesucristo. La gente supone que la fe cristiana se basa en la ignorancia, y que es algo ciego y sin inteligencia.

En realidad es precisamente lo opuesto. La fe cristiana es una fe inteligente; nunca consiste en un acto insensato y sin relación con la realidad. La Biblia pide que tanto el creyente como el incrédulo usen la mente al investigar el cristianismo

Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente” (Mateo 22:37). El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: “Yo se en quien he creído” (2 Timoteo 1:12) y les dijo a los creyentes de Tesalónica: “Examinarlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21). Juan el evangelista advirtió: “Probad los espíritus si son de Dios (1 Juan 4:1). Esto implica un extenso uso de la mente. Otras referencias ilustran la necesidad del uso de la mente con aspecto a la fe cristiana. “Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estas lejos del reino de Dios” (Marcos 12:34). En el Antiguo Testamento, Dios demostró respeto por la integridad intelectual del hombre. El hizo un milagro a través de Moisés y de Aarón para demostrarle al Faraón que tenían una misión divina (Éxodo 7:9). Les dijo a los israelitas que no le prestaran atención a ningún profeta que hiciera predicciones falsas (Deuteronomio 18:22). Retó también a los ídolos a que probaran que eran dioses. “Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas… Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tangamos que contar, y juntamente nos maravillemos” (Isaías 41:21,23). Como los ídolos no hicieron nada, Dios dijo: “He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió” (Isaías 41:24). Muchas personas que son cristianas no saben por qué creen en Jesús, aunque las Escrituras aclaran que deberían saberlo. “Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15). Este hecho no invalida la fe cristiana; sólo indica que hay cristianos que no están bien informados de lo que creen. Aunque algunos cristianos no hayan meditado en la razón de su fe, la verdad del cristianismo sigue igual. Se trata de Jesucristo, no de lo que desconozca el creyente.

Hemos visto que la Biblia nos exhorta a usar la mente al tomar decisiones acerca de Jesucristo. El cristianismo tiene sentido; es razonable, pero no se viene a Jesús con la mente solamente. Hay que ejercitar la fe, pero la fe se basa en hechos, no en falsas esperanzas.

Algunas personas se imaginan la fe cristiana como un salto a ciegas en la oscuridad, cuando en realidad es un paso hacia la luz. El apóstol Pablo, al defender la fe cristiana ante un rey incrédulo, dijo: “Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también habló con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón” (Hechos 26:26).

Los hechos de Jesús le eran bien conocidos a este rey, igual que todos los que vivían en esa época. Cualquiera que quisiera investigar la validez de ellos podría evaluarlos y pesarlos. Los milagros de Jesús ocurrieron a la vista del público, y debido a esto los primeros cristianos invitaban a todos a ver por ellos mismos “si las cosas eran así”.

Ellos no desanimaban a los escépticos  diciendo: “Sólo tienen que creer. Estimulaban su curiosidad por examinar los fundamentos de la fe cristiana (hechos 17:11). La fe del cristiano no sólo esta abierta a la verificación, sino que esta sujeta a la falsificación.  El desafío a refutar la fe cristiana ha sido hecho muchas veces, pero nunca se ha logrado hacer esto con éxito. Si el cristianismo ejercita sólo una “fe ciega”, ¿Por qué se convierten todavía tantos hombres y mujeres cultos gracias al ejercicio de su intelecto? La fe todavía resiste la prueba, porque esta fundada en la verdad. “Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad, y la vida” (Juan 14:6).

La decisión de ser cristiano debe hacerse después de una reflexión debida, con plena consideración y evaluación del costo. La persona necesita entender lo que está haciendo antes de llegar a ser cristiana.

Claudiahdez_07@hotmail.com

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