Las cooperativas miembros de la Asociación de Instituciones Rurales de Ahorro y Crédito (AIRAC) cuentan con un código de ética interno para evitar que las mismas puedan ser utilizada para lavado de activos u otras actividades ilícitas ajenas al pensamiento cooperativista.
El director ejecutivo de AIRAC, Virginio Rafael Gerardo, expuso que monitorizan mensualmente a las cooperativas para evaluar el dinero que entra y sale.
Asimismo, para que una cooperativa sea miembro de la entidad pasa un periódico de pruebas, durante el cual se hacen evaluaciones técnicas, tomando en cuenta indicadores importantes, tanto en lo social como en lo económico. Y luego el Consejo de Directores conoce este informe de evaluación, una vez que la dirección ejecutiva lo analiza y da el visto bueno.

“No queremos entrar en el gancho de que venga un narcotraficante que tiene una fachada de cooperativa y lo que tiene es un lavadero atrás y tenemos que evaluar todo eso”, dijo. Gerardo agregó que al hacer el informe de evaluación se pueden dar cuenta de la naturaleza de la misma.
Gerardo expuso que la pasada semana realizaron un seminario a los miembros sobre lavado de activos y combate al terrorismo, ya que buscan que sus socios se informen para evitar este tipo de acciones.

Joaquín Hernández, miembro del Consejo Directivo resaltó que los directivos de AIRAC que presiden cooperativas no pueden tomar prestado en la misma institución que representan, ya que crean conflicto de intereses. Agregó que solo pueden tener préstamos vía la asociación. Además que los dirigentes de una cooperativa no pueden estar más de tres períodos dirigiendo la misma, ya que se rota el personal.