Tierna inocencia

Tierna inocencia

La inocencia es un término que describe la carencia de culpabilidad de un individuo con respecto a un crimen. Puede también ser utilizada para indicar una carencia general de culpabilidad con respecto a cualquier clase de crimen, de pecado o de fechoría.

Puede también hacer referencia a un estado de desconocimiento, donde se da una menor experiencia bien en una visión relativa a los iguales sociales, bien por una comparación absoluta a una escala normativa más común. En contraste con la ignorancia, la inocencia se toma generalmente como un término positivo, denotando una visión dichosamente positiva del mundo, en particular una en que la carencia de conocimiento proviene de una carencia de maldad, mientras que el mayor conocimiento proviene de hacer mal. Esta connotación se puede conectar con una falsa etimología popular que explica el término inocente como el que no sabe.

En algunos casos, el término inocencia connota un significado peyorativo cuando un nivel determinado de experiencia dicta un discurso común o calificaciones de base para la entrada en otra experiencia social diferente. Puesto que la experiencia es el primer factor para la determinación del punto de vista de una persona, la inocencia a menudo también se utiliza para implicar una ignorancia o carencia de experiencia personal. Pero en este caso, nos referimos a esa inocencia que reina El Día de los Santos Inocentes esa conmemoración de un episodio histórico o hagiográfico del cristianismo: la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.

La celebración del día de los Inocentes, el cual estuvimos conmemorando el pasado Lunes 28, es una tradición que tiene los orígenes en aquella matanza que ordenó el rey Herodes con el objetivo de asesinar al Niño Jesús. Hoy en día, la fiesta tiene un sentido pagano, este día es tomado en España, Latinoamérica y en diferentes países mediterráneos como la jornada tradicional para efectuar bromas a seres que como aquellos niños inocentes, sin saber ni entender, tuvieron que aceptar su destino. A pesar de referirse a un hecho sangriento, en México, sin saber a ciencia cierta su origen, el día de los «inocentes» se ha transformado en una tradición festiva. Es por eso que las personas que carecen de capacidad mental de entender la naturaleza de sus actos pueden ser considerados inocentes sin importar su comportamiento.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas