Tierra alta
Leonel Fernández y Thomas Sankara

<STRONG>Tierra alta</STRONG> <BR>Leonel Fernández y Thomas Sankara

PASTOR VÁSQUEZ
ceyba@hotmail.com
Cuando la voz del presidente de la República Dominicana, doctor Leonel Fernández Reyna, se levantó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, para reclamar más equidad en el organismo mundial, uno pudo observar el rostro de un revolucionario verdadero, de un hombre de ideas avanzadas, de un verdadero patriota de Latinoamérica.

Es posible que la mezquindad política no nos permita entender que estamos frente a un líder de gran dimensión en la región.

Esa misma mezquindad que caracteriza a la política dominicana tampoco reconoció nunca el valor histórico que tenían el doctor José Francisco Peña Gómez y el profesor Juan Bosch, orgullos del pueblo dominicano y de todos los pueblos insulares.

En ese rostro yo he visto a un revolucionario, reclamando justicia frente a los poderosos que se han otorgado el derecho de dirigir eternamente el mundo, mientras los países pequeños tienen que despedazarse por la migaja de un pequeñito puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Ese valiente y sabio discurso me recordó al líder revolucionario y Presidente de Burkina-Faso, Capitán Thomas Sankara, en aquel histórico clamor frente a los poderosos, en ese mismo podium, ante la 39 asamblea el 4 de octubre de 1984.

El capitán Sankara, con apenas 33 años, la edad de Cristo, y con una firme convicción revolucionaria y marxista, levantó su voz aquella tarde inolvidable a nombre de los pueblos que sufren por las injusticias de los poderosos de la tierra.

“Yo hablo a nombre de los millones de seres que están en los ghettos, porque tienen la piel negra o porque son de culturas diferentes y tienen un status a penas superior al de un animal”.

“Yo hablo a nombre de los indios masacrados, desplazados, humillados y confinados en reservas desde hace siglos a fin de que no aspiren a ningún derecho….”

La concurrencia no dejaba de admirar la sabiduría de un joven que recientemente acababa de levantar a su pueblo en contra de un gobierno corrupto y entreguista.

Sankara había sido el líder de la revolución de Burkina-Faso, siendo un militar joven y de mediana graduación.

Convertido en Jefe de Estado, demostró sobradas condiciones para dirigir su país con sapiencia.

“Yo quiero proponer que la estructura de las Naciones Unidas sea reestructurada y que se le ponga fin a ese escándalo que constituye el derecho de veto.

La verdad es que los efectos perversos de su uso abusivo son atenuados por la vigilancia de ciertos de sus poseedores.

 Sin embargo, nada justifica ese derecho, ni la calidad de un país para obtenerlo, ni las riquezas de aquellos……..”

“En estos tiempos de tempestad nosotros no podemos dejar a nuestros enemigos de ayer y de hoy el monopolio del pensamiento, de la imaginación y de la creatividad…” (Traducción mía, PV).

Llamado el “Che Guevara Negro”, el capitán Sankara ascendió al poder del antiguo Alto Volta el 4 de agosto de 1983, tras una rebelión, dirigida por militares progresistas que habían formado la “Liga de Militares Comunistas”, contra el Gobierno de Jean-Baptiste Quédraogo.

Thomas Isidoro Noel Sankara, nacido el 21 de diciembre de 1949, fue asesinado el 15 de octubre de 1987, hace ya 20 años, por antiguos compañeros de armas, al mando de Blaise Campaore, de quienes se dicen fueron sonsacados por elementos del poder francés.

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