Tierra alta
A Benazir Bhutto, victima de la intolerancia

<STRONG>Tierra alta<BR></STRONG>A Benazir Bhutto, victima de la intolerancia

PASTOR VÁSQUEZ
ceyba@hotmail.com
www.ceyba.blogspot.com
Cuando Benazir Bhutto decidió retornar de su exilio en Europa, le dije a mi esposa que esa era una temeridad política, pues esa señora no tenía ninguna seguridad en medio del caos que vivía Pakistán, con un presidente jugando a todo para quedarse en el poder.

En momentos en que me encontraba en Carolina del Norte, pasando mis vacaciones de Navidad, escuché la primera noticia en la voz del histórico periodista don Álvaro Arvelo (hijo). Esto me conmovió. Unos días después de su retorno casi 200 personas murieron en un fallido atentando en contra de su vida.

Hija del antiguo Primer Ministro Zulfikar Ali Bhutto, asesinado en 1979, Bhutto había sido educada en Harvard’s Radcliffe College, de Estados Unidos y luego en la Universidad de Oxford, Reino Unido.

Benazir Bhutto había retornado a su patria en 1977 y unos meses después un complot del general General Muhammad Zia-ul-Haq derrocó a su padre. Desde entonces la joven Butto pasaría por un tremendo calvario.

Encerrada en una ergástula en la provincia de Sndh, Butto resistió con dignidad los sufrimientos a lo que la sometió el traidor Zia-ul-Haq y ella misma se llamo “Hija del Destino”. Liberada en 1984, de inmediato se fue al exilio a Londres para retornar en 1986 aprovechando una ley marcial.

En Pakistán lideró la resistencia hasta que  en 1988 el general Zia fue asesinado en un aeroplano. Ese mismo año el Parlamento escogió a Bhutto como Primer Ministro, cargo que ocupó hasta 1990.

Volvió al poder en 1993 en medio de una acentuada división en la sociedad de Pakistán. En 1996 dimitió y se fue al exilio a Londres.

La muerte de Benazir Bhutto demuestra que el mundo no ha cambiado, que el canibalismo político y el fanatismo son capaces de cualquier atrocidad en contra de la humanidad.

¿Ha pedido perdón la derecha internacional por los crímenes de Vietnam, los genocidios en masa en Japón, los crímenes de Chile? No. Este terrorífico regalo de Navidad que le acaban de dar a la humanidad es una  muestra de lo que somos capaces todavía.

A Benazir Bhutto y a todas las mujeres del mundo sólo podría dedicarle un poema de Gabriela Mistral en esta Navidad teñida de sangre:

TODAS ÍBAMOS A SER REINAS

Todas íbamos a ser reinas,
de cuatro reinos sobre el mar:
Rosalía con Efigenia y
Lucila con Soledad.

En el valle de Elqui, ceñido
de cien montañas o de más,
que como ofrendas o tributos
arden en rojo y azafrán.

Lo decíamos embriagadas,
y lo tuvimos por verdad,
que seríamos todas reinas
y llegaríamos al mar.

Con las trenzas de los siete años,
y batas claras de percal,
persiguiendo tordos huidos
en la sombra del higueral.

De los cuatro reinos,
decíamos, indudables como el Corán,
que por grandes y por cabales
alcanzarían hasta el mar.

Cuatro esposos desposarían,
por el tiempo de desposar,
y eran reyes y cantadores
como David, rey de Judá…

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