Tierra alta
CON EL CORAZON ALLA

<STRONG>Tierra alta<BR></STRONG>CON EL CORAZON ALLA

PASTOR VASQUEZ
ceyba@hotmail.com

MADRID, España.- A las diez de la mañana el día parece alentador, luego de una anterior jornada de lluvia.

Unos tibios rayitos de Sol comienzan a disipar un poco este fríito de doce grados. Y yo me estoy paseando por esta gran avenida, cerca de la Plaza Colón, con mi traje gris y un sobretodo que me protege de esta temperatura.

Estoy observando hacia esos antiquísimos monumentos, cuando de repente unas manos frías oscurecen suavemente mi mirada. Siento ese perfume tan agradable que me lleva a la confianza y me aleja del tremendo susto que he pasado.

Al virarme veo esa sonrisa tierna, veo a esa mujer criolla con el pelo envuelto en un lápiz, abrigada hasta el cuello.

«¿Qué haces tú por aquí?», dice. Y sus ojos brillan de alegría. ¡Oh coincidencia de la vida! Era la periodista Dunia De Windt, antigua compañera de trabajo en el diario HOY.

Mi amigo Iván Gatón, quien me recibió en esta ciudad me había dicho que ella estaba aquí y que me haría ver con mis otras amigas July Margarita Arroyo y Ramona Rodríguez, quienes me recibirían en Segovia.

«No te mueva de esta zona, y nos vemos exactamente a las dos de la tarde, pues ahora voy al trabajo. Este es mi nútmero».

Desapareció como había llegada, en un abrir y cerrar de ojos. Iba de prisa, como las chicas madrileñas, bolso al hombro, pantalones ajustados y zapatos ligeros.

Unas horas después estábamos juntos, Iván, Dunia y yo. El día anterior había sido de mucha tristeza para mí, en el aeropuerto de Düssendort, cerca de la frontera con Holanda, vi a mi hijo lloroso que me despedía sin quererlo, como si fuese una despedida eterna. Eso me dejó abatido.

Aquí me siento en familia. Entre reflexión y reflexión hemos llegado a la conclusión que el dominicano emigra a tierras lejanas y cada día vive con el cuerpo aquí y el corazón allende los mares.

El sacrificio es enorme, dejar el entorno de toda la vida, dejar familia y dejar amigos. Es como si uno comenzara una vida totalmente nueva.

Al día siguiente he tenido, junto a mi amigo Iván, estudiante del doctorado en derecho en la Universidad López de Vega, un encuentro con la señorita Mari Mora, Ministra Consejera, de la Embajada de la República Dominicana en España.

Hemos hablado de muchos temas. Mari es una intelectual bien formada, con una gran capacidad de observación, y en el almuerzo que sostuvimos quedé convencido de que nuestro país tiene una juventud talentosa, luchadora, emprendedora. Hay una corriente sana en el pensamiento democrático dominicano.

Creo que estamos avanzando como nación, porque vamos adquiriendo conciencia de nuestros aspectos negativos y también de nuestros valores positivos.

DUNIA DE WINDT

Me sentí muy complacido de haberme encontrado con esta joven valiosa, pues me he remontado a los días en que mis amigos de la secundaria y yo queríamos vencer a un monstruo milenario que nosotros denominamos el minotauro.

¡Y lo vencimos! Vencimos al minotauro a base de estudio, de trabajo y de conciencia. El minotauro representaba para nosotros el oscurantismo, la pereza, el mal, el camino ancho del que nos enseñó nuestro señor Jesucristo.

«Entrad por el camino estrecho, porque ancho es el camino y amplia la puerta que lleva a la perdición y muchos son los que entran en ella. En cambio angosto es el camino y estrecha la puerta que lleva a la vida y pocos son los que entran en ella».

Aquí, la joven Dunia, quien fue una periodista destacada tanto en el periódico HOY como en el Listín Diario, está luchando por vencer el horrendo monstruo que lleva al oscurantismo, a la nada, a un mundo mediocre, tal y como lo describió José Ingenieros.

Ella se ha integrado a la prensa madrileña, trabaja en una estación de radio, y está activa en el teatro y varias manifestaciones de la cultura. Me han contado que por aquí anda también Doris Ovalle, periodista y amiga.

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