PASTOR VASQUEZ
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Ulises Grant, héroe de la Guerra de Secesión de los Estados Unidos, en la que venció a los sudistas, encabezados por el general Roberto Eduard Lee, fue un general victorioso, un triunfador que con las armas impuso los principios de la unión.

Fue Ulises Grant un general de generales, un comandante de grandes comandantes, un hombre de Estado, un hombre que se llenó de gloria en los campos de batalla.

Sin embargo, sus triunfos no elevaron su alter ego hasta al infinito para creerse omnipotente, como ha sucedido con algunos hombres que fueron grandes y después terminaron, por su egolatría, sometidos por el Tribunal de la Historia.

Era tan grande este hombre, tan humilde, tan sencillo y tan noble, que no se enriqueció a su paso por el Poder. Tanto así que murió olvidado, en la más completa miseria.

Claro, morir en la miseria no debe ser un trofeo para honestidad, se puede ser honesto sin dejar a la familia en la intemperie, pero Grant tuvo la mala suerte de haber confiado en un amigo que le engañó en los negocios. (Sus pretensiones por agenciarse la Bahía de Samaná no le quitan su gloria).

Grant, por su sencillez y humildad gobernó dos veces a Estados Unidos de América (desde 1868 hasta 1876). Cuando terminó la guerra fratricida que dividió a la sociedad norteamericana, Grant recorrió el país con un ramo de olivo, llevando el mensaje de la paz, de la tranquilidad a una nación amenazada con perecer.

En nuestro país, el Presidente LEONEL FERNANDEZ REYNA pasará a la historia por ser el gobernante más sencillo que ha tenido la República Dominicana.

Tenemos un Presidente que sabe escuchar a la juventud, que es un verdadero formador y un transformador. El Presidente Fernández, como Ulises Grant, se detiene para saludar al anciano, al joven, al niño, al pobre y al rico.

Es el Presidente un amigo de los jóvenes progresistas, de los niños que aspiran a formarse para forjar una mejor nación en el futuro. Al igual que Grant, buen amigo de Mark Twain (Samuel Langhorne Clemens), quien ayudó al general en sus memorias de guerra, LEONEL FERNANDEZ es un amigo de la intelectualidad, un aliado de la cultura.

Intelectuales hemos tenidos algunos en el Poder, pero el Presidente Fernández es un intelectual moderno, un hombre de avanzada, no es un derechista de esos que en una mano tienen la Biblia y en la otra el látigo para silenciar las opiniones ajenas.

Jamás se le ocurriría a alguien acudir donde el Presidente con chismes de derecha, con un “acumulo”, con una diatriba y una intriga en contra de otro funcionario, como sucedía en el pasado, y como hay gente –todavía en este gobierno- que sigue añorando ese pasado nefasto del trujillismo (porque son hijo del Doctor Chapita. Sus padres se formaron en ese lodo y se alimentaron de él).

En el Presidente Leonel Fernández tenemos un jurista de verdad, un hombre del derecho internacional, un hombre de la literatura, de la tecnología. La juventud se identifica con nuestro gobernante por su capacidad de comprensión por su voz pausada, que es la voz de un maestro. Tal y como decía Don Quijote a Sancho Panza, cuando le daba consejos para gobernar la isla Bartaria “Camina despacio y habla pausado”. Eso hace Leonel Fernández. Cada palabra de este hombre es una enseñanza. Es como si siguiera las enseñanzas del poeta nacional Don Pedro Mir: “el que sabe manejarse en los asuntos de la vida, pronto descubre que en cada esquina hay un sabio y venerable maestro” (Cuando amaban las tierras comuneras).¿Qué gobernante ha dado tanto trato a la juventud, a los deportistas, a los estudiantes, a los jóvenes maestros? ¿Quién desmitificó la diplomacia dominicana, dándole apertura para que los jóvenes políglotas –mi caso es uno-pudieran tener acceso a servir con honor a su patria? Eso lo hizo un hombre histórico llamado LEONEL FERNANDEZ REYNA, quien venció todos los prejuicios y todas las intrigas que se tejieron alrededor de esa apertura pues una corriente parasitaria y pseudos-elitista se oponía porque tenían secuestrada la política Exterior del país y solo ellos  podían servir.