TIERRAMÉRICA
Brasil en los albores  de una petroquímica limpia

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Mario Osava * Los subproductos del biodiésel pueden aprovecharse en industrias del plástico, cosméticos, medicamentos, plaguicidas, energía y maquinarias.

RÍO DE JANEIRO, mar (Tierramérica)  La refinación de combustible vegetal a partir de oleaginosas está acumulando en Brasil una masa crítica de subproductos con los que puede nacer una industria petroquímica ajena a los hidrocarburos fósiles.

La glicerina, subproducto del biodiésel, es por ahora un problema ambiental y económico para las empresas pioneras en la producción del combustible renovable en Brasil y en otras partes del mundo. Sus excedentes no pueden ser simplemente botados, ya que afectarían la vida acuática, y su almacenaje tiene costos.

Pero lo que hasta ahora es un problema está promoviendo una carrera para desarrollar nuevos usos industriales de esta materia prima polivalente. La petroquímica es su destino principal.

Ya existe el “propeno verde”, materia prima de muchos productos plásticos, y su patente corresponde a una asociación entre la empresa estatal Nova Petroquímica y la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), lo que abre camino a la sustitución de parte de los derivados del petróleo usados en esa industria.

 “Ya disponemos de glicerina en cantidad suficiente” para desarrollar esa “ruta sustentable”, aseguró a Tierramérica Pedro Bóscolo, gerente de tecnología de la empresa.

Brasil adoptó una mezcla obligatoria de dos por ciento de biodiésel en el gasóleo empleado por vehículos de motores diésel, el B2. Este genera un excedente de 105.000 toneladas anuales de glicerina, según Bóscolo.

Esa cantidad se multiplicará por 2,5 a partir de 2013, cuando Brasil pase a consumir el B5, con cinco por ciento de biodiésel, lo que permitirá una industrialización en gran escala, favorecida también por el abaratamiento de la materia prima.

Este país consume entre 30.000 y 40.000 toneladas anuales de glicerol, nombre técnico de la glicerina pura, que también es subproducto de la industria del jabón. Se emplea en la elaboración de cosméticos, alimentos, tintas y medicamentos.

De momento, la glicerina –casi 10 por ciento del biodiésel producido–, es “un pasivo ambiental”, porque en los ríos hace proliferar vegetales y bacterias que agotan el oxígeno, provocando la mortandad de peces, explicó a Tierramérica el profesor Claudio Mota, del Instituto de Química de la UFRJ, que coordina la investigación del propeno verde.

Quemarla también es dañino, porque emite cloreína, una sustancia cancerígena, y el uso directo como combustible puede dañar los equipos, ya que la glicerina sale del proceso con impurezas, acotó el investigador. Las empresas productoras de biodiésel la están almacenando a la espera de una solución y ya hubo denuncias de derrame en los ríos.

Esta situación impulsó la UFRJ y a Nova Petroquímica a buscar su aprovechamiento. Se eligió el propeno por ser materia prima de muchas industrias de este país, producida a partir de un residuo “y que no exige cultivo en tierras adicionales en competencia con los alimentos”, señaló Bóscolo.

Patentado el producto, su fase actual se desarrolla en una planta piloto en la UFRJ, le seguirá una planta un poco mayor en Nova Petroquímica, antes de lanzar la producción a gran escala en 2013.

La patente del propeno verde es inédita en Europa, que sin embargo produce más biodiésel que Brasil desde hace mucho tiempo, y por tanto dispone de mucha glicerina, pero destinada a otros usos y productos, aclaró Bóscolo.

Una empresa ensambladora de vehículos quiere usarla en sus sistemas anticalentamiento de motores, sustituyendo a un derivado del petróleo.

Con el crudo a más de 100 dólares por barril de 159 litros, los sustitutos renovables de los hidrocarburos se vuelven competitivos, sostuvo Mota, si bien el combustible fósil mantendrá su hegemonía por muchas décadas, debido al gran aprovechamiento que permite.

Pero ahora ya se justifica explotar inclusive las posibilidades energéticas de la glicerina. Uno de sus derivados oxigenados puede mejorar el octanaje de la gasolina con una mezcla de uno a cinco por ciento, y reducir las emisiones del venenoso monóxido de carbono, destacó el investigador.

ZOOM

El babasú

El babasú, palmera abundante en el Nordeste y la Amazonia oriental, tiene la virtud de que todas sus partes son aprovechadas por la población local. El efecto social de su elección para hacer biodiésel también sería inmenso, ya que más de 400.000 personas pobres sobreviven elaborando artesanía con su coco.om.do

La glicerina

La glicerina tenía un mercado restringido, porque era considerada “un producto noble” y de precio elevado, dijo a Tierramérica el director de la Empresa Brasileña de Bioenergía (EBB), Marcelo Parente. Pero los excedentes del biodiésel cambian ese escenario.

Sin embargo, la industrialización exige un complejo proceso de purificación, al que se dedica la EBB, que ya obtuvo una glicerina “prepurificada” que interesa a muchas industrias, pues reduce costos.

Es “un paso hacia la bidestilación” para actividades como la petroquímica, observó Parente, cuyo padre, Expedito Parente, inventó el biodiésel hace casi 30 años y desarrolló el bioqueroseno, combustible para aviones a partir de aceites vegetales.

BREVES MUNDIAL

BRASIL
Peces en riesgo de colapso reproductivo

RÍO DE JANEIRO.- Treinta y dos por ciento de las 142 especies de peces marinos del sur de Brasil corren riesgo de colapso reproductivo, afirma un libro recién publicado en este país.    En todo el litoral marítimo brasileño hay peces amenazados, pero el problema es más grave en el sur, según el libro publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Brasileño de Medio Ambiente.

CHILE
Trabajadores  denuncian muerte de buzo

SANTIAGO.- La Confederación Nacional de Trabajadores de la Industria del Salmón y Mitílidos (Conatrasal) exigió a la Armada y a la justicia chilenas esclarecer las causas de la muerte de un buzo que realizaba faenas de extracción de salmones en un centro de cultivo de la austral región de Aysén.

El presidente de Conatrasal, Javier Ugarte, dijo a Tierramérica que el buzo Víctor Obando Gallardo, muerto el 8 de este mes, fue obligado a trabajar pese a que ese día la Armada había decretado «puerto cerrado» por el mal tiempo. 

Ugarte aseguró que desde hace tres años solicitan a las autoridades dotar a la región de cámaras hiperbáricas que permitan tratar mejor a los buzos descompensados. «Aysén no está preparada para la expansión de la salmonicultura en su territorio», indicó el sindicalista.


VENEZUELA
Mancha roja sobre el Orinoco

CARACAS.- Decenas de metros cúbicos de un líquido rojo de desecho fueron derramados en las aguas del río Orinoco frente a Ciudad Guayana, 500 kilómetros al sudeste de Caracas y asiento de industrias pesadas, de hierro, acero, alúmina, aluminio e hidroelectricidad.

 Las autoridades ambientales y de las empresas estatales y privadas se abstuvieron de informar sobre el derrame «que no es la primera vez que ocurre, ante el silencio, la pasividad y la falta de sanciones y medidas preventivas por parte de las autoridades», dijo el activista Jesús Carrera.    La tubería que ha vertido el líquido, vecina del puerto de embarque de la productora de aluminio primario Venalum, «es una de las 17 descargas contaminantes que recibe el Orinoco frente a esta urbe industrial.

¿Privatizar para proteger?
Marcela Valente *

El Estado no logra asegurar la preservación de un humedal argentino que es área protegida hace 25 años. Un estadounidense está comprando tierras para cumplir ese propósito.

BUENOS AIRES, mar (Tierramérica) El inmenso humedal Esteros del Iberá, en el noreste argentino, es objeto de una polémica entre intereses conservacionistas y empresariales, con actores privados y públicos repartidos en los dos bandos.

La punta del iceberg de esas tensiones apareció este mes, cuando el Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Corrientes ordenó demoler de inmediato un terraplén de 27 kilómetros construido sin estudio de impacto ambiental por empresarios forestales en la Reserva Natural Esteros del Iberá.

La reserva, creada en 1983, está conformada por 13.000 kilómetros cuadrados de lagunas poco profundas, bañados, pastizales, selvas y palmares que son hábitat de 125 especies de peces, 40 de anfibios y 60 de reptiles, además de 344 de aves.

También allí viven mamíferos como el aguará-guazú (Chrysocyon brachyurus), voz guaraní que significa «zorro grande», y dos especies en peligro de extinción: el lobito de río (Lontra longicaudis), pariente de la nutria, y el venado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus), un tipo de ciervo sudamericano.  

Pero cerca de 60 por ciento de la reserva está en manos privadas y 90 por ciento de esa porción corresponde a suelos no inundables. Sus propietarios se dedican a la ganadería, la forestación y el cultivo de arroz y pasturas. El 40 por ciento restante, bajo dominio público, está bajo agua.

Esto ha provocado que los productores estén a la defensiva por temor a que se restrinja la actividad económica y a que los ecologistas reclamen el fortalecimiento del control estatal de una zona única, dinámica y frágil.

Pero en el bando de los ambientalistas milita The Conservation Land Trust (conocida por la sigla CLT) una organización fundada en 1992 por el millonario estadounidense Douglas Tompkins, que está adquiriendo tierras en la zona con el declarado fin de donarlas al Estado y ampliar el área protegida de Iberá.

 “Ya se adquirieron 130.000 hectáreas, pero no se van a donar hasta que no se garantice la preservación”, dijo a Tierramérica la bióloga Sofía Heinonen, directora del Proyecto de Conservación de los Esteros de CLT. “Esperamos hacerlo en menos de 20 años”, añadió.

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