Tierramérica
Alud de pequeñas centrales hidroeléctricas

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RÍO DE JANEIRO, ago (Tierramérica)  La suma de varias pequeñas centrales hidroeléctricas en una sola cuenca puede ser tanto o más perjudicial que una gran represa, advierten a Tierramérica estudiosos, activistas e indígenas que enfrentan una avalancha de proyectos sobre los ríos del occidental estado brasileño de Mato Grosso.

La energía hidráulica de pequeñas presas «es muy interesante por su bajo costo ambiental, pero todo tiene un límite», protesta André Villas-Boas, refiriéndose a la proliferación de esas centrales en las nacientes del río Xingú, gran afluente del Amazonas.

Por lo menos seis pequeñas hidroeléctricas se concentran en los ríos que ocupan el noreste de Mato Grosso, señala Villas-Boas, coordinador del Programa Xingú, del no gubernamental Instituto Socioambiental (ISA). Ya hay dos construidas y una tercera autorizada por órganos energéticos y ambientales sólo en el río Culuene, principal afluente del Xingú.

No se debería autorizar tales proyectos sin una evaluación integrada de la cuenca en sus aspectos ambientales y sociales, para un aprovechamiento planificado del recurso hídrico en su conjunto, y limitando la cantidad de hidroeléctricas, reclama Villas-Boas, señalando que más de la mitad del área del Xingú se compone de zonas indígenas.

Las represas hidroeléctricas se ubican alrededor del Parque Indígena del Xingú, un símbolo de la política indigenista brasileña donde viven cerca de 5.000 personas de 14 etnias.

Incluidas entre las fuentes limpias de energía, las pequeñas centrales hidroeléctricas pasaron a constituir un negocio atractivo por las facilidades de una «legislación blanda», bajo control e incentivos fiscales y financieros, sin considerar debidamente que «alteran dinámicas biológicas» de forma grave, si se acumulan en una cuenca, dice Villas-Boas.

En consecuencia, hay 240 pequeñas centrales hidroeléctricas previstas en Brasil, según datos de la estatal Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel). Las 81 que ya están en construcción aportarán 1.342 megavatios, que corresponden a 17,29 por ciento del total de energía, sumando las distintas fuentes.

Un ejemplo más insustentable es el río Juruena, destaca Raul do Valle, abogado que coordina acciones de política y derecho socioambiental del ISA. En la cuenca de ese río, en el noroeste de Mato Grosso, se registraron estudios para 83  proyectos hidroeléctricos. La Aneel suspendió 30 a comienzos de julio y decidió promover una evaluación ambiental integrada.

Varias veces, grupos indígenas tomaron de rehenes a autoridades gubernamentales y funcionarios de empresas constructoras, buscando paralizar las obras de las represas en el Juruena y el Culuene. Algunos fiscales también trataron de hacerlo por vía judicial, obteniendo suspensiones temporales. En varios casos hay procesos pendientes de un fallo final.

«Prevemos que faltarán peces» por los proyectos energéticos en los ríos locales, iniciados hace unos 410 años, porque las represas «bloquean la subida de los peces para su reproducción», comenta Paulo Kamaiurá, que adoptó como apellido el nombre de su etnia, una de las que viven en el Parque Indígena del Xingú.

Los ríos afectados, que ya sufren contaminación de agrotóxicos, confluyen hacia el Parque donde forman el río Xingú, por ello «se agravarán los problemas», declara Kamaiurá. Es necesario movilizar a las comunidades indígenas para que conozcan las amenazas, sostiene.

Por su presunto bajo impacto ecológico, las licencias ambientales para pequeñas centrales hidroeléctricas son concedidas por órganos estaduales, más vulnerables a las presiones económicas locales. Pero le atañen al Instituto Brasileño de Medio Ambiente cuando afectan a los indígenas, observa Valle. En los casos del norte de Mato Grosso se trata de la supervivencia de los nativos, cuya alimentación depende del pescado, alega.

Ése es el principal argumento en las acciones judiciales aún pendientes. Las empresas y las autoridades estaduales contraponen el hecho de que los indígenas no sufren impacto directo, ya que sus tierras están a decenas de kilómetros de los embalses.  «Tampoco hay necesidad de generación local de energía», ya que las ciudades cercanas están conectadas a la red eléctrica, lo que no justifica la «actividad depredadora» a favor de ganancias privadas, acota Valle. Pero la lentitud de la justicia favorece «el hecho consumado». Es casi imposible frenar una  hidroeléctrica después de construida, admite.

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Las represas
Las represas reducen la cantidad de peces en los ríos, por alterar las condiciones hidrológicas y de nutrición, además de extinguir las especies migratorias. Los intentos de restablecer la reproducción no resultaron, señala Juárez Pezzuti, biólogo que realizó un estudio sobre los efectos de Paranatinga II, una pequeña hidroeléctrica que ya funciona en el Culuene.

Los impactos podrían mitigarse con estudios previos y planificación, siempre que participen las comunidades locales, que en general “se quedan con los riesgos” y sin los beneficios de la energía generada en su vecindad, añade un profesor de la Universidad Federal de Pará. En Santo Amaro da Imperatriz, un proyecto de seis centrales provocó reacciones que llevaron a su concejo a prohibirlas, con un  solo voto en contra.

Hay 7 millones de personas sin tratamiento contra sida
BUENOS AIRES, ago (Tierramérica)  Más compromiso con el acceso universal a terapias contra el VIH y con la defensa de los trabajadores de la salud del mundo pobre son dos logros que anota el médico argentino Pedro Cahn como presidente de la sociedad científica que organiza la XVII Conferencia Internacional sobre el Sida.

«Pero no es una gestión personal, sino colectiva», se apresura a aclarar Cahn, primer ciudadano de un país en desarrollo en presidir de la Sociedad Internacional de Sida (IAS, por sus siglas en inglés).

Al publicarse esta entrevista, concedida a Tierramérica mientras armaba maletas en Buenos Aires, Cahn ya está en México para conducir la XVII Conferencia desde el domingo 3, y entregar la presidencia de la IAS a otro argentino, Julio Montaner, que dirige el Centro de Excelencia en VIH/Sida de la provincia canadiense de Columbia Británica.

En 2010, será investido presidente de la IAS el médico africano Elly Katabira, de la Universidad Makerere de Uganda, «un logro al que puedo decir que contribuí fuertemente», señala Cahn.

En la línea de fuego desde que irrumpió la epidemia, el nombre de Cahn quedó definitivamente asociado a la lucha contra esa enfermedad en su país y en el mundo tras conducir desde 2006 la IAS, una asociación independiente de más de 12.000 profesionales de 183 naciones, creada hace 20 años para prevenir, controlar y tratar el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

Cahn sigue siendo jefe de infectología del Hospital Fernández de Buenos Aires y presidente de la Fundación Huésped, que trabaja para mejorar los servicios de atención y lograr un entorno comunitario adecuado a personas con VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida.

TIERRAMÉRICA: — ¿Por qué es importante la XVII Conferencia que se celebra en México?

PEDRO CAHN: — Es la primera vez que este acontecimiento tiene lugar en un país latinoamericano, y se hace en un momento en que el acceso universal a tratamientos está un poco relegado.

— ¿Qué consiguió entonces en su gestión al frente de la IAS?

— Ante todo debo decir que ésta no es una gestión personal, sino el resultado de una tarea colectiva. Logramos principalmente mostrar a la IAS más comprometida con dos temas importantes: el acceso universal a los tratamientos y los derechos de los trabajadores de la salud en África, Asia y América Latina.

— ¿Qué problemas enfrentan esos trabajadores?

— Sufren malas condiciones de trabajo y bajos salarios. Entonces, paradójicamente, los países que proveen de ayuda financiera para combatir la epidemia en los países  más pobres los captan luego para trabajar. Hay una verdadera fuga de cerebros del Sur al Norte. Éste es un tema que expusimos públicamente en todos los foros. Hay que mejorar las condiciones para que no se vayan, porque los necesitamos.

— ¿Y cómo resultó el propósito de avanzar en un mayor acceso a tratamientos antirretrovirales?

 — La IAS participó activamente con Onusida (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida) y con la OMS (Organización Mundial de la Salud), analizando cómo mejorar más rápidamente el acceso a la medicación. En 2004, 10 por ciento de las personas que debían estar en tratamiento lo recibían y en 2006 se pasó a 25 por ciento. Ahora estamos en 31 por ciento.

— Eso es un avance.

— Podr a considerarse una buena nota, pero no lo es. Hay unos 10 millones de personas que necesitan tratamiento en el mundo, la enorme mayoría en países pobres. Llegamos a tres millones. Era lo que proponía la OMS para 2005 y lo estamos logrando penosamente en 2008. Pero la mala noticia es que nos faltan otros siete millones. Sólo en Brasil, para dar un ejemplo latinoamericano, 190.000 personas dependen de tratamientos muy caros que no se pueden cubrir sin el compromiso del Estado.

— ¿Qué falta para avanzar más rápido?

— Más recursos, voluntad política, más ejecutividad en la acción. Mayor conciencia de que no se trata de números sino de personas que mueren por una enfermedad de la que ya nadie debería morir. Todavía tenemos unas 7.000 personas que contraen la sida cada día, es decir que corremos cada vez más rápido y sin embargo nos alejamos más de la meta.

— ¿Hubo en este periodo progresos médicos?

— Por ahora no hay vacunas  en materia de microbicidas. Por eso no podemos contar aún con una herramienta de prevención segura de manejo para las mujeres que no sea el preservativo. Sí,  se confirmó el valor de la circuncisión.

Breves Latinas

VENEZUELA
Arrastra basura a isla La Tortuga

CARACAS.  El mar es vehículo de contaminación para las islas del Caribe sur, aun las casi deshabitadas como La Tortuga, situada unos 150 kilómetros al nordeste de la capital de Venezuela. «Toneladas de desperdicios caen sobre los 100 kilómetros de playas de esa isla, desde colillas de cigarrillos hasta vestidos y calzados, así como cualquier envase plástico.

BRASIL

Reciclan plásticos en calentador solar de agua
RÍO DE JANEIRO. Un aparato fabricado con envases plásticos desechables brinda agua caliente aprovechando la energía solar en el sureño estado brasileño de Paraná.   Elaborado con botellas de plástico polietileno tereftalato (PET) y envases de leche, el sistema varía de tamaño según las necesidades, y eleva la temperatura del agua hasta 50 grados en verano y 38 en invierno.

CHILE

Investigan tala ilegal de bosque
AYSÉN, Chile. La policía de investigaciones de Chile indaga una denuncia por tala ilegal de bosque nativo en la construcción de un camino hacia la represa río Cuervo, proyecto de la empresa Energía Austral.

Peter Hartmann, director regional del Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna, efectuó la denuncia ante la fiscalía regional.

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