Tierramérica
Autopsia ambiental en el Golfo de México

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BOSTON, Estados Unidos   (Tierramérica)  Sigilosos submarinos se sumergen en el Golfo de México con la precisión de las aves de rapiña. Exploradores con aspecto de robots buscan gotas de petróleo en las profundidades. Sistemas informáticos analizan muestras al instante. Todo para evaluar el impacto del desastre.

Estos equipos, que se emplean para medir la cantidad de plancton o para buscar fuentes hidrotermales en el suelo marino, ahora se aplican a estudiar qué ocurrió con los casi cinco millones de barriles de petróleo (unos 758 millones de litros) que comenzaron a derramarse por el Golfo el 20 de abril.

Ese día la plataforma de exploración Deepwater Horizon, arrendada por la multinacional British Petroleum (BP), sufrió una explosión y el 22 se hundió. Sólo pudo detenerse el derrame desde el 15 de julio.

La estadounidense National Science Foundation (Fundación Nacional de la Ciencia) financió 60 proyectos de investigación en el Golfo, por un total de siete millones de dólares. BP prometió que invertirá 500 millones de dólares durante una década en estos estudios. Un equipo del Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI por sus siglas en inglés), cercano a la nororiental ciudad de Boston, fue al Golfo y volvió con “millones” de datos que analizar, dijo a Tierramérica el oceanógrafo Christopher Reddy.            

“Queremos saber cuánto petróleo se derramó, cuál era la situación en un momento dado y cómo cambia a medida que pasa el tiempo”, explicó.

El equipo empleó a Sentry, su vehículo submarino automático. Programable por computadora, esta nave amarilla de forma rectangular no necesita estar amarrada a un barco, y navega a una profundidad de 4,3 kilómetros, “hasta que encuentra petróleo, como un perro tras su hueso”, dijo Reddy.

A mediados de junio, un camión trasladó al Sentry de Boston al Golfo. Personal del WHOI lo cargó entonces a bordo del buque Endeavor, que ejecutó una travesía de 12 días.

El objetivo principal del Sentry fue seguir el rastro del crudo. El científico Rich Camilli lo equipó con un espectrómetro de masas (empleado para medir y analizar compuestos moleculares) adaptado para tareas submarinas.

El vehículo “olfateó” hasta que ubicó las mayores concentraciones de crudo, tomó muestras, que analizó en el acto, y envió los resultados a Reddy, a bordo del Endeavor.

Reddy utilizó esos datos para determinar la huella genética del crudo de Deepwater Horizon, diferente a la de cualquier otro que pueda haberse volcado en el Golfo, una zona de intensa explotación petrolera.

“El petróleo crudo es materia vegetal muy vieja, cocinada y apretada en la tierra”, dijo Reddy. Cada hidrocarburo tiene distintos compuestos, presentes en diferentes proporciones, según su origen.

Al analizar esas proporciones en las muestras, se puede determinar, por ejemplo, que mucho del crudo se evaporó por el calor de las aguas del Golfo, las elevadas temperaturas estivales y el viento, dijo Reddy.

También se puede analizar cómo cambia el petróleo con el paso del tiempo.

Algunos de sus componentes se desintegran fácilmente en el agua, otros se evaporan y otros son resistentes y tienden a perdurar como “bolas de alquitrán”.

Se trata de una ciencia forense aplicada al ambiente, destacó Reddy.

Este investigador analizó el petróleo que cubría un pantano en la costa del sudoriental estado de Louisiana, a unos 80 kilómetros del pozo de BP. “Pude hallar la huella de Deepwater y que ya había sufrido una evaporación significativa”, dijo.

Antes de la misión del Endeavor, y junto con la Scripps Institution of Oceanography, con sede en el occidental estado de California, el WHOI botó en el Golfo el submarino autónomo Spray, con forma de tiburón, un ala en cada costado y una aleta vertical en la cola.

Otros seis vehículos similares trabajan allí.

Breck Owens, del WHOI, programó al Spray para que permaneciera cuatro meses en el agua en busca de rastros de hidrocarburo.

 Puede sumergirse 500 metros y usa equipos acústicos para percibir las partículas suspendidas en el agua.

Cuenta además con una antena inserta en el extremo de un ala, y envía datos a Owens y a Scripps en tiempo real, por correo electrónico. A su vez, Owens puede enviarle nuevas instrucciones mediante un teléfono satelital.

“Podemos aprovechar esta oportunidad y desarrollar un adecuado sistema de observación en el Golfo”, dijo Owens en una conferencia en el WHOI.

Los datos aportados por el submarino permitieron establecer en junio que la Corriente del Lazo, que mueve las aguas oceánicas cálidas hacia y desde el Golfo, había formado un remolino y por tanto el petróleo vertido no viajaría más al norte de la costa este estadounidense.  Científicos del WHOI analizan ahora sus datos y prevén difundir sus resultados en pocas semanas.

Esta información puede usarse para revisar hasta qué punto fueron exitosas las tareas de limpieza, y qué debería hacerse con este derrame y con otros que puedan ocurrir.

Pescadores arrojan un salvavidas a la langosta mexicana

Emilio Godoy

MÉXICO,   (Tierramérica)  Ante la voraz demanda internacional de las langostas del Pacífico y del Atlántico mexicanos, pescadores y organizaciones ambientalistas se unen para adoptar una captura sustentable, aunque el beneficio económico aún no llega.

La langosta roja de California (Panulirus interruptus) es una especialidad de la cocina del extremo noroccidental de México, sobre el océano Pacífico. Se la come frita, hervida, con tortillas, arroz y frijoles o en otras muchas preparaciones. Pero sobre todo se la exporta, y a tal punto que la especie se encuentra en estado crítico.

“Ya traíamos el cuidado de la langosta de años atrás, nosotros mismos nos regulábamos. Tenemos la causa de mantener el producto con algunas medidas que hemos adoptado y otras que nos han recomendado”, explicó a Tierramérica Jesús Camacho, de la Federación Regional de Sociedades Cooperativas de la Industria Pesquera (Fedecoop).

Con sede en Ensenada, cerca de la frontera con Estados Unidos, Fedecoop ejecuta un proyecto de pesca sustentable en la Península de Baja California, unos 2.700 kilómetros al noroeste de la capital mexicana, con apoyo de la no gubernamental Comunidad y Biodiversidad.

Tras un proceso de tres años, Fedecoop obtuvo en 2004 el certificado de pesca sustentable del internacional Consejo de Administración Marina (MSC por sus siglas inglesas), creado en 1997 por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la transnacional anglo-holandesa Unilever, una de las procesadoras de pescado más grandes del mundo.

La extensión del eco-certificado azul, que tiene una duración de cinco años, comprende todo el proceso de captura, y se otorga tras monitorear la situación de las poblaciones de langosta, el grado en que su explotación afecta al ecosistema y la ejecución de un estricto sistema de administración que garantice la existencia del recurso a largo plazo.

La pesca de langosta –cuyas hembras paren una vez al año– es con técnicas artesanales, a una profundidad menor de 20 metros, donde se mueven los ejemplares adultos en la primavera boreal para regresar en el otoño a aguas más hondas.

Los pescadores de Fedecoop emplean artes de pesca elaboradas por ellos mismos con un alambre especial, un recipiente para prenderlas y una ventana para que escapen las langostas más pequeñas.

En la zona hay al menos 592 embarcaciones y 1.212 pescadores langosteros, con unas 30.000 trampas en operación. Cada año, se recogen unas 1.350 toneladas de langosta roja en la temporada de captura, que dura algo más de cinco meses. El precio de venta es de unos 31 dólares por kilogramo.

“El sello nos ha dado un reconocimiento político que antes no teníamos. Pero hasta ahora no hemos tenido el incentivo de un mejor precio para los productos ambientalmente sanos”, se quejó Camacho.

La asociación está conformada por 13 cooperativas y unos 1.500 pescadores de la zona. En mayo de 2009 empezó la revaluación para renovar el sello, con la esperanza de concluir el procedimiento este año. Fedecoop también se dedica a la pesca del abulón, un molusco de carne muy apreciada, de caracol y de pescado.

Independizado en 1999 y con sus oficinales centrales en Londres, MSC otorga el sello  ecológico a pesquerías sustentables. De momento tiene 94 certificadas, una de ellas en Argentina, y 118 bajo examen, entre ellas una de Chile.

Cortos

BRASIL

Playas urbanas podrían desaparecer

RÍO DE JANEIRO.-   La crecida del mar y la falta de sedimentación tienden a provocar la desaparición de muchas playas en Brasil, según el geógrafo Dieter Muehe, autor de un estudio sobre el tema. “No hay cómo prever escenarios del cambio climático y sus efectos, pero un aumento del nivel del mar provocaría un retroceso de la línea costera por erosión. En el caso de las playas urbanas, en general delimitadas por muros, ese ajuste se hace imposible”, explicó a Tierramérica.

ARGENTINA

Masiva mortandad de peces

BUENOS AIRES.-   Más de cuatro toneladas de peces muertos entre sábalos, tarariras, bagres y pejerreyes aparecieron desde hace días en el embalse de Río Hondo, en el norte de Argentina, por presunta contaminación industrial.

El embalse de 33.000 hectáreas se encuentra en la cuenca del Salí-Dulce, un río que nace en la provincia de Tucumán y pasa por Santiago del Estero y Córdoba.

HONDURAS

Fondo para atender desastres climáticos

TEGUCIGALPA.-   La Cámara Legislativa de Honduras aprobó recursos por 4,5 millones de dólares de un préstamo del BID para paliar los daños que dejaron las lluvias en Tegucigalpa. La diputada, del gobernante Partido Nacional, Lorena Herrera, dijo a Tierramérica que estos recursos son parte de un paquete de US$19 millones que el gobierno invertirá.

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