Tierramérica
Biodiésel alemán obligado a la eficiencia

<STRONG>Tierramérica<BR></STRONG>Biodiésel alemán obligado a la eficiencia

Por Julio Godoy* – IPS/IFEJ
BERLÍN, dic (IPS/IFEJ)
Hasta hace meses, la producción de combustibles agrícolas era el mejor negocio energético imaginable en Alemania, gracias a una demanda creciente apoyada por el Estado. Ahora ya no.

   Las exoneraciones fiscales eran generosas, y reinaba la creencia de que tales combustibles constituían una apreciable contribución a la lucha contra el cambio climático.

   Estas perspectivas llevaron a agricultores y refinerías a aumentar su producción y su capacidad instalada, que pasó de 200 mil toneladas de biodiésel destilado de las semillas de colza (Brassica napus) en 2000, a 3,4 millones de toneladas en 2006.

  Se quintuplicó la superficie cultivada con soja y colza desde 1992. Más de un millón de hectáreas están plantadas con colza en Alemania, 10 por ciento de la tierra dedicada a la agricultura. En algunas regiones, como el septentrional estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, esa superficie representa 20 por ciento del área agrícola total.

   Pero la base de esas perspectivas positivas comienza a desaparecer. Desde el 1 de enero de 2008, el fisco alemán percibirá unos nueve centavos de dólar por litro de biodiésel. Este impuesto aumentará a más de 65 centavos de dólar en 2012.

   La exoneración fiscal y las subvenciones a los biocombustibles representaron en 2006 casi tres mil millones de dólares. Como los nuevos impuestos implican un aumento del precio, el biodiésel perderá competitividad frente al gasóleo fósil, lo que hace prever una caída de la demanda.

   «Muchas compañías ya perciben las consecuencias negativas del fin de las exoneraciones. Por eso, agricultores y refinerías redujeron su producción», dijo para este artículo Frank Bruehning, portavoz de la asociación alemana de productores de combustibles agrícolas.

   Además, la mayor demanda de oleaginosas para combustibles agrícolas generó una espiral inflacionaria de estos insumos. Y la competencia del aceite de colza importado, mucho más barato, ayudó a minar las perspectivas del negocio.

   Es que otra medida estatal para promover el uso y producción nacional del biocombustible, la mezcla de por lo menos cinco por ciento de biodiésel con gasóleo, se convirtió en un estímulo para la importación, por el aumento de precios en el mercado alemán.

    Esa mezcla debe aumentar a 10 por ciento hasta 2010, si bien los combustibles vegetales usados deberán producirse de manera sostenible y ambientalmente neutral.

   Según cifras de la asociación federal de combustibles regenerativos Biogene, los distribuidores más importantes utilizan actualmente hasta 90 por ciento de biodiésel importado para mezclarlo con gasóleo.

   Una consecuencia de estos reveses es la caída de las acciones de refinerías alemanas de combustibles agrícolas, como Verbio, BDI Biodiesel y Biopetrol. Negocios hasta hace poco prometedores se arriesgan a pérdidas millonarias.

   Las quejas no se hicieron esperar. En una conferencia de prensa a principios de mes, el presidente de la Asociación Federal de Combustibles Orgánicos, Peter Schrum, acusó al Ministerio de Finanzas de querer «triturarlos».

   Aunque hasta hoy el gobierno federal se opone a revertir los impuestos sobre los combustibles vegetales, el tema creó discordia en la coalición gobernante formada por la Democracia Cristiana y el Partido Social Demócrata.

   A finales de noviembre, los ministros de Economía y Agricultura, los democristianos Michael Glos y Horst Seehofer, pidieron eliminar los nuevos impuestos, argumentando que  constituyen un estímulo a la importación de biodiésel refinado de palma aceitera de países como Indonesia, cuya producción entraña la destrucción de selvas tropicales.

   Pero el ministro de Finanzas, el socialdemócrata Peer Steinbrück, rechazó tales demandas, al igual que diputados democristianos, como Leo Dautzenberg, comisionado de finanzas de su partido.

   «Mantener las exoneraciones fiscales a los combustibles vegetales no tiene sentido», dijo Dautzenberg, entrevistado para este artículo.

   Por si esto fuera poco, la ventaja ambiental de los combustibles vegetales respecto de los derivados del petróleo es cuestionada por científicos y activistas.

   Un estudio del Instituto Ambiental de Hamburgo presentado el 26 de noviembre concluye que la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por el uso de biocombustibles es marginal.

   «La mezcla de 5,75 por ciento de combustibles vegetales con combustibles fósiles representa una reducción máxima de 3,5 por ciento de dióxido de carbono, sin considerar las consecuencias ambientales de la deforestación», debido a la extensión de las superficies cultivadas con colza y soja, dice el reporte.

   El estudio también estima que los biocombustibles generan costos no contabilizados –externalidades ambientales negativas– de entre 320 y 370 dólares por cada tonelada de dióxido de carbono no emitida, además de que liberan óxido nitroso –otro gas invernadero– por el uso de abonos a base de nitratos.

   Organizaciones ecologistas como Greenpeace llevan tiempo advirtiendo del «engaño ambiental» que, a su juicio, representan los biocombustibles.

   Según Michael Hopf, portavoz de Greenpeace, el biodiésel «produce tantas partículas finas cancerígenas como los combustibles fósiles».

   Además, dijo Hopf a este cronista, el cultivo de vegetales para combustibles supone renunciar a plantar alimentos.

   «Una hectárea rinde unas 3,5 toneladas de colza anuales, que representan unas 1,07 toneladas de biodiésel, o unos mil 150 litros. Pero este rendimiento se da una vez cada cuatro años, lo que lo reduce a un promedio de 288 litros por año», explicó.

   Si en Alemania se utilizara la mitad de la superficie agrícola disponible para sembrar esta oleaginosa, la producción total sería de mil 500 millones de litros de biodiésel, menos de cinco por ciento del consumo total anual de gasóleo en Alemania.

   En la misma superficie es posible producir 6,8 toneladas de trigo, o 41 toneladas de papas. «Alemania tiene que escoger entre producir alimentos o aceite vegetal para quemarlo en automóviles», concluyó Hopf.

GRANDES PLUMAS
Primer paso en un camino climático accidentado
Por Maurice Strong *

Se necesita un viraje radical para afrontar el cambio climático como la más importante amenaza que la humanidad haya enfrentado jamás, afirma en esta columna Maurice Strong.

 

BEIJING, dic (Tierramérica)  Hay que establecer un límite global a la concentración de gases que recalientan la atmósfera hasta niveles preindustriales. Los incrementos compatibles con ese umbral deberían distribuirse entre países en desarrollo, a los que además hay que destinar un fondo de seguridad climática con una base inicial de un billón de dólares.

   La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de Bali ha sido solamente un primer paso en un camino accidentado hacia un acuerdo cooperativo entre todas las naciones para el control de los riesgos ambientales.

   El compromiso de último momento para proseguir un proceso multilateral de negociaciones disminuye aun más los ya bajos objetivos que se habían propuesto para afrontar el cambio climático. 

     Los nuevos países industrializados, China e India en particular, que ahora figuran entre los mayores responsables del aumento de la emisión de gases invernadero, manifestaron su voluntad de cooperar con un nuevo acuerdo que preserve las metas fundamentales del Protocolo de Kyoto, pero al mismo tiempo se negaron con justificada firmeza a acatar compromisos desproporcionados en relación a los que deben asumir las naciones causantes de la mayor parte de las emisiones de gases que recalientan la atmósfera. 

   La reiterada oposición de Estados Unidos, Japón y Canadá a aceptar limitaciones a sus emisiones y a hacer concesiones sobre financiamiento y transferencia de tecnología, continúa siendo un obstáculo en el camino hacia el nuevo acuerdo.

Son escasas las señales de que serán aceptados los cambios necesarios. La mayor esperanza proviene de la creciente toma de conciencia de la ciudadanía que presionará a los gobiernos para que superen sus diferencias de manera que en 2012 convengan en un proceso que asegure a todos los participantes una equitativa asunción de responsabilidades.

Pero los resultados de la conferencia celebrada entre el 3 y el 15 de diciembre en la isla indonesia de Bali dejan en evidencia las enormes dificultades que entorpecerán el camino hacia la cita de 2012.

Cuando el cambio climático fue citado como un tema emergente en la primera conferencia ambiental internacional realizada en Estocolmo en 1972, el mundo no estaba escuchando. En la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992, los jefes de 172 gobiernos aprobaron la Convención sobre Cambio Climático y acordaron cooperar para encarar los riesgos del cambio del clima. La aprobación del Protocolo de Kyoto en 1997 fue un gran avance, pero le siguió la decepción por el rechazo de Estados Unidos, principal fuente de acumulación de gases invernadero.

Necesitamos un viraje radical de prioridades. Debemos tratar el cambio climático como la más importante amenaza a la seguridad global que la humanidad haya enfrentado jamás.

La seguridad climática y la seguridad energética son dos caras de la misma moneda. Nuestro disoluto uso de energía debe ponerse bajo control; y mientras tanto se deben reducir sustancialmente las emisiones de gases invernadero.

Los incrementos permisibles en las emisiones deberían surgir de la fijación de un “límite global” basado en la evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la cantidad total de gases invernadero que puede permitirse acumular en la atmósfera para evitar riesgos climáticos inaceptables.

Los incrementos compatibles con el límite global deberían ser distribuidos entre países en desarrollo en proporciones relacionadas con el comportamiento de los países más desarrollados en la reducción de sus propias emisiones.

Los análisis científicos indican que la actual concentración de 450 partes por millón (ppm) de gases invernadero acumulados es ya demasiado alta y debe abatirse a su nivel preindustrial de 280 ppm. Todas las emisiones deberían ser reducidas y sostenidas en ese grado, que supera radicalmente lo contemplado hasta ahora.

Hay que establecer un fondo de seguridad climática y otorgarle un presupuesto inicial de un billón de dólares financiado por aquellos países que más han contribuido a las emisiones acumulativas. Ese fondo sería utilizado para asistir a los países en desarrollo a reducir el crecimiento de sus emisiones y adaptarse a las condiciones climáticas adversas.

ECOBREVES

ARGENTINA

Reclaman preocupación climática al Mercosur

BUENOS AIRES.- Organizaciones ambientalistas de Argentina solicitaron a los países del Mercosur considerar las implicancias del cambio climático como un asunto urgente en las cumbres del bloque.

La Comisión de Cambio Climático del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil de la cancillería argentina advirtió a los mandatarios de este país, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, que «la emergencia planetaria por el calentamiento global debe contemplarse en la toma de decisiones».

La coordinadora de la comisión, Alcira Perlini, dijo a Tierramérica que es la primera vez que apelan al Mercosur para plantear el cambio climático que, «pese a ser crucial, no está en la agenda» del bloque, remarcó.

La solicitud fue firmada por unas 40 organizaciones que integran la comisión y enviada al presidente de la Comisión de Representantes del Mercosur, el argentino Carlos Álvarez, quien la entregó a los mandatarios.

MÉXICO

Mariposas monarcas  bajo amenaza

MÉXICO.- Decenas de campesinos y policías cuidan los bosques de los santuarios de la mariposa monarca (Danaus plexippus) en México, pero la tala continúa, amparada por la corrupción y la pobreza de los habitantes de esos lugares.

   «Los talamontes ofrecen mucho dinero y compran a todos, por eso sigue el problema aunque el gobierno diga que ya paró», dijo a Tierramérica Carmelo Rojas, un campesino que participa en los programas oficiales de protección de la monarca en el occidental estado de Michoacán.

  Millones de mariposas comenzaron a llegar a fines de noviembre a las zonas montañosas del centro-occidente de México, tras cumplir su rito anual migratorio de cinco mil kilómetros desde la región de los lagos de Canadá y Estados Unidos.

   A inicios de este mes, las autoridades decomisaron más de seis mil toneladas de madera cortada en los santuarios de la mariposa.

  BRASIL

Fallo contra importación selectiva de neumáticos usados

RÍO DE JANEIRO.- Brasil debe volver a importar neumáticos recauchutados de Europa o cerrar su mercado a todos, incluso a los de sus socios del Mercosur, dictaminó la Organización Mundial del Comercio (OMC).

   El plazo para cumplir el dictamen vence el 17 de enero, pero el gobierno brasileño pedirá «algunos días de prórroga, por las fiestas de fin de año», adelantó a Tierramérica el servicio de prensa de la cancillería.

   Brasil prohíbe importar neumáticos usados desde los años 90, alegando riesgos ambientales y sanitarios por la menor vida útil del producto recauchutado, que pasa a ser un desecho favorable para la proliferación del dengue, por ejemplo.

   Pero siguió importándolos de Paraguay y Uruguay, por un fallo del Tribunal Arbitral del Mercosur, y de otros países por decisiones legales obtenidas por empresas, lo que provocó la denuncia de discriminación de la Unión Europea en la OMC.

Publicaciones Relacionadas