TIERRAMÉRICA
Ciencia agrícola de
excelencia muestra su talón de Aquiles

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Mario Osava
RÍO DE JANEIRO

Brasil dispone del sistema de ciencia y tecnología agrícola más desarrollado del mundo tropical, con múltiples soluciones ambientales y de productividad, pero que pocas veces llegan a su supuesto principal beneficiario: el pequeño agricultor.

Ese es el cuello de botella, admite Alfredo Barreto Luiz, investigador que ha ejercido varias funciones de dirección en la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), una red de 38 centros científicos y tres de servicios distribuidos por todo el país.

Embrapa se creó hace 35 años junto con otra empresa estatal para la extensión rural, pero que se desmanteló en 1990 sin que su tarea fuera bien desempeñada por ningún órgano estatal o local de asistencia técnica.

Así «se rompió el círculo» que empieza en la demanda del agricultor, genera investigaciones de Embrapa y debería volver con respuestas al campo, dijo Barreto a Tierramérica.

Un ejemplo es el proceso de producción sustentable de cabras desarrollado por Embrapa Semiárido, centro dedicado al ecosistema más seco y más pobre de Brasil, en el Nordeste.

Se trata de la cría de cabras de pequeños productores para obtener carne mediante un manejo alimentario, sanitario y reproductivo más eficiente, explicó el veterinario Daniel Maia, uno de los responsables del proyecto. La técnica, comprobada en dos fincas, no se pudo extender a otras por falta de recursos, señaló a Tierramérica.

El ganado caprino es adecuado para el Nordeste, donde hay 9,6 millones de cabezas, y puede ser una buena fuente de ingresos para los campesinos, pues permite faenar animales de siete meses de vida para vender la carne. El vacuno exige más tiempo, tierras e inversiones fuera del alcance de agricultores pobres, destacó el investigador.

Maia propone cruzar razas nativas con reproductores exóticos, más productivos, para obtener muchas crías de la misma edad y mejorar el control de la crianza y comercialización.

La alimentación, con especies forrajeras locales y ensilado que asegure raciones durante el verano, permite criar dos chivos por hectárea, más del doble de la productividad usual.

Para asegurar un ganado orgánico se apela a cuidados higiénicos y a medicinas vegetales de eficacia probada.

En clave de productividad
«La mayor contribución ambiental» que puede ofrecer la ciencia y la tecnología agrícola «es el aumento de la productividad», ya enorme en Brasil, sostiene Barreto.

Al usar «menos tierras y menos insumos», se contamina menos. Sin la productividad alcanzada en los últimos 30 años, el área deforestada sería enorme, arguyó.

Pero es cierto que la producción se basó excesivamente en agrotóxicos, abuso estimulado por el petróleo barato. «La revolución verde se hizo subsidiada por el bajo costo de los insumos fósiles», admitió Barreto.

Además, los desequilibrios son brutales: hay «campeones de la productividad que llegan a 16.000 kilogramos de maíz por hectárea, frente a un promedio de unos 3.000 kilos» y haciendas que producen mucho menos, señaló.

Muchos agricultores ignoran las tecnologías disponibles, datos sobre suelos, semillas adaptadas o cómo combatir plagas, otros no tienen recursos financieros para aplicarlas. Por eso es vital la transferencia extensiva a los pequeños productores, que debe ser estatal, porque el sector privado se orienta a las ganancias, afirmó.

Además de ser «el país que más entiende de agricultura tropical», Brasil tiene la ventaja de desarrollarla con «menor dependencia del petróleo». La siembra directa, que deja los residuos vegetales de la cosecha sobre el suelo, «almacenando agua y materia orgánica», es una práctica generalizada, aprovechando el nitrógeno y el carbono de esos desechos, explicó.

El calor y la humedad generan «una intensa actividad microbiana» en el suelo, favoreciendo ese proceso que ahorra fertilizantes, acotó.

Sin las presiones económicas de corto plazo, la agricultura sería ecológica, porque «los recursos naturales le representan una necesidad vital», opinó Barreto.

Embrapa adoptó últimamente iniciativas hacia «una ciencia más armónica con el ambiente», pero aún son «marginales».

Hija de la Revolución Verde

La Embrapa, que a fines de 2007 empleaba a 2.294 investigadores y a 6.338 asistentes, nació para promover la revolución verde y aumentar la productividad con fines netamente económicos, «en lo que fue eficiente», observó Tatiana Sá, miembro de la dirección ejecutiva que trabaja en la institución desde 1974.

Casi todos los investigadores eran agrónomos, pero a partir de los años 90 se diversificó el cuadro con geólogos, cartógrafos, estadísticos y muchos otros técnicos posgraduados, antes escasos en Brasil, para responder a los nuevos desafíos de la sustentabilidad ambiental, reforma agraria y control social, recordó Sá.

También se crearon nuevas unidades de investigación y servicios, como las de Medio Ambiente, Agrobiología y Agroenergía.

Así, este país superó «la inferioridad técnica» de receptor de tecnologías del mundo desarrollado, y pasó a una cooperación internacional de doble vía, instalando laboratorios virtuales que son «antenas» en Europa y Estados Unidos, para articular grupos y captar «nuevas agendas», explicó.

La cooperación Sur-Sur, más reciente, empieza con una oficina en África.   Una línea de trabajo de Embrapa es  reducir insumos.

Breves

CHILE

Ciudadanos frenan represas en Santiago
SANTIAGO.-
   El retiro del proyecto para construir dos centrales hidroeléctricas de pasada sobre el chileno río Maipo, que planificaba la empresa AES Gener, es un «triunfo ciudadano», sostuvo la Coordinadora Ciudadana Ríos del Maipo.

La empresa retiró el proyecto que había sometido al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.

Creada en agosto de 2007 por juntas de vecinos, organizaciones ecologistas, turísticas y de andinistas de Santiago, la Coordinadora denunció diversas irregularidades cometidas por la empresa durante la tramitación, que fueron acogidas por las autoridades.

La empresa transformó el proyecto sobre la marcha.

BRASIL

Vegetales para limpiar  los suelos
RIO DE JANEIRO.-
   Brasil podrá recuperar y descontaminar suelos envenenados por mercurio, plomo, níquel, oro y otros metales peligrosos para la salud, usando vegetales nativos, mediante la técnica de fitoextracción, desarrollada en la Universidad de São Paulo.

Una idea es usarla para extraer oro y mercurio en áreas de «garimpo», como se llama la minería informal. «Sería aplicada para sacar ambos metales, recuperando el oro para venderlo y así pagar los costos del proceso», se explicó.


VENEZUELA
Parque nacional del Ávila tiene club
CARACAS.-
   Biólogos, antropólogos, ambientalistas, recolectores de palmas y rescatistas voluntarios adoptaron esta semana un Manifiesto de Caracas por el Warairarepano, nombre indígena del parque nacional del Ávila.

Este grupo de montañas que separan la capital venezolana del mar Caribe cumplen medio siglo como parque nacional de 85.000 hectáreas.

Se trata de «un documento abierto que propone declarar el Ávila como aula abierta para la investigación, educación ambiental, captación de carbono, regulación climática y preservación de fauna y flora», dijo a Tierramérica la ambientalista Argelia Silva, de la Fundación Instituto Botánico de Venezuela.

Inflación alimentaria amenaza a la infancia

Daniela Estrada.Santiago.    La desnutrición infantil en América Latina y el Caribe se agravará por culpa de la carestía de los alimentos, a pesar de que la región produce mucha más comida que la que consume, previenen técnicos y funcionarios.

«En la erradicación de la desnutrición infantil se juega el futuro de los países. El gran drama es la madre embarazada y el niño menor de tres años. Ahí es donde hay que hacer todos los esfuerzos. Lo demás es cosmética», dijo a Tierramérica el médico Eduardo Atalah, subdirector del departamento de nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

La desnutrición global (déficit de peso para la edad), y en particular la desnutrición crónica (déficit de talla para la edad), dejan secuelas físicas e intelectuales irreversibles en la infancia.

El alza de precios de productos básicos, como maíz, trigo, arroz y oleaginosas, supera en algunos casos el 100 por ciento y constituye la peor crisis alimentaría de los últimos años para América Latina y el mundo, ha dicho el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

La desnutrición crónica está a punto de afectar a 32 por ciento de los menores de cinco años, unos 18 millones de niños y niñas, mientras 50 por ciento de los menores de dos años padecen de anemia por falta de hierro, asegura la declaración final de la conferencia «Hacia la erradicación de la desnutrición infantil en América Latina y el Caribe», celebrada el 5 y 6 de este mes en Santiago, y organizada por el gobierno chileno y el PMA.

Para combatirla, los expertos coinciden que en se requiere un tratamiento «focalizado» y «multisectorial»: además de las intervenciones directas en la nutrición materno-infantil son necesarias mejoras en educación, vivienda y servicios de agua potable. Respuesta de   debe ser múltiple.

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